Tribunales

Pide perdón por asesinar a su mujer: "Estaba rabioso y borracho"

Ocultó el cadáver entre unos juncos en el tramo del río Guadalquivir correspondiente al barrio de San Jerónimo

Acusado de matar a su pareja y ocultar su cuerpo en el Guadalquivir dice que iba "borracho y rabioso" y no quiso matarla
Acusado de matar a su pareja y ocultar su cuerpo en el Guadalquivir dice que iba "borracho y rabioso" y no quiso matarlaEuropa Press

Alfredo G.C., el varón de nacionalidad boliviana acusado de asesinar en 2022 a su pareja sentimental, tras lo cual ocultó el cadáver entre unos juncos en el tramo del río Guadalquivir correspondiente al barrio de San Jerónimo; ha manifestado este lunes en el juicio con jurado popular celebrado en su contra en la Audiencia de Sevilla que cometió los hechos "borracho" y embargado por la "rabia" a cuenta de los celos, asegurando que "nunca" quiso matar a la víctima.

A la hora de su comparecencia ante el tribunal y el jurado popular, el acusado, de nacionalidad boliviana al igual que la fallecida, sólo ha accedido a responder a las preguntas de su abogada defensora, no así a las acusaciones, que son la familia de la víctima, la Junta de Andalucía y la Fiscalía, que reclama para él 25 años de prisión por un delito de asesinato con las agravantes de parentesco y de género; tres años de cárcel por un delito continuado de estafa y un año de prisión por un delito de lesiones en el ámbito de la violencia sobre la mujer con la agravante de reincidencia.

Alfredo G.C. ha reconocido que en agosto de 2020fue condenado a 16 meses de prohibición de comunicación y aproximación a la víctima por un delito de lesiones en el ámbito de la violencia de género, prohibición que finalizó el día 23 de diciembre de 2021; tras lo cual ambos retomaron la relación, según ha señalado, asegurando que fue ella quien voluntariamente le proporcionó la clave de su tarjeta bancaria porque los dos compartían esa cuenta inscrita a nombre de ella.

Es más, ha asegurado que antes de su ruptura previa a aquella condena de agosto de 2020, entre los dos habían acumulado más de 40.000 euros en dicha cuenta, porque pensaban adquirir en propiedad una vivienda. En cuanto a la jornada de actos, Alfredo G.C. ha explicado que todo sucedió en el piso de la calle Ágata alquilado a su nombre y donde convivía con la víctima, vivienda a la que acudieron tres amigos de ambos, en concreto un matrimonio y un varón más, llegando a comprar entre todos hasta 30 litronas de cerveza en una reunión en la que pusieron música y bailaron, según su relato.

UNA DISCUSIÓN Y MÁS CERVEZA

En este contexto, según ha narrado, se percató de que su pareja presentaba marcas en el cuello fruto de succión, que resultaban ser obra de otro varón, ante lo cual se suscitó una "discusión" entre ambos y tras mediar las restantes personas que estaban en la vivienda, él abandonó la misma y se fue "a la calle", donde junto con un amigo bebió "cinco jarras" más de cerveza.

Alfredo G.C. ha señalado que en aquellos momentos estaba no sólo "ebrio y borracho", sino además "nervioso y con mucha rabia" por los celos al conocer que su pareja se veía con otro, contando cómo finalmente regresó a la vivienda, donde su pareja y los demás amigos continuaban con la celebración. Fue entonces, según su relato, cuando ella entró en el dormitorio para "cambiarse de ropa" y él entró a continuación.

De lo que sucedió después ha asegurado que no recuerda nada, como consecuencia de la ingesta de alcohol. "No me acuerdo de lo que pasó", se ha encogido de hombros, mientras según la Fiscalía, el acusado abordó a la mujer cuando la misma estaba en la cama, la inmovilizó "al aplastarle pecho y tórax con el peso de su propio cuerpo, al tiempo que le sujetaba fuertemente el cuello y le taponaba las vías respiratorias, bien con la mano o con la almohada", todo ello hasta que la mujer falleció por asfixia.

ARREPENTIMIENTO Y PERDÓN

Al punto, el acusado ha manifestado que "nunca, para nada" quiso matar a su pareja, que la quería "mucho" y que se arrepiente de lo acontecido, tras lo cual ha pedido perdón a la familia de la víctima.

Según sus palabras, en aquel momento pensó que la víctima había caído "dormida" y fue la mañana siguiente cuando comprendió que estaba muerta, ante lo cual sintió "mucho miedo" y se puso aún más "nervioso", lo que le llevó según ha explicado a "envolver el cuerpo en una sábana" y deshacerse de él arrojándolo entre unos juncos del tramo del Guadalquivir correspondiente a San Jerónimo.

Según la Fiscalía, el acusado se hizo además con la tarjeta bancaria de la víctima, apoderándose de un total de 8.140 euros de la cuenta de su pareja en diferentes operaciones a lo largo de varias semanas.

En esta nueva sesión del juicio también ha declarado la jefa del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional, quien ha explicado la investigación realizada para esclarecer el paradero de la víctima tras su desaparición y cómo varios testigos narraron que el acusado "siempre estaba intentando quitar" a la víctima su tarjeta bancaria "para sacar dinero" y disponer del mismo.