Medio ambiente
Tiempo de plagas en la provincia de Cádiz
La lagarta peluda, en Los Alcornocales, y el alga asiática, en el litoral, ponen en jaque al medio natural y a la economía
Diez son las plagas que, según relata el Antiguo Testamento (libro del Éxodo), el Dios hebreo infligió al pueblo egipcio para lograr la liberación de los esclavos semitas. Castigos que tomaron forma a través de la conversión del agua en sangre, peste del ganado, úlceras, sarpullidos, lluvia de fuego y granizo, tinieblas, muerte de los primogénitos e invasiones de langostas, saltamontes, moscas, piojos, mosquitos y ranas, causando grandes daños.
Plagas (estas de origen natural, no divino) que, salvando las distancias, parece estar sufriendo desde hace unos años la provincia de Cádiz; tanto en su interior como en su franja litoral. En cuyas masas forestales y aguas, lagartas peludas y algas asiáticas no dejan de ganar terreno para desgracia de los ecosistemas y, no menos grave, la propia supervivencia de quienes (corcheros, arrieros y pescadores) encuentran sustento en ellos desde tiempos inmemoriales.
Lagartas y algas que es en esta época del año es cuando muestran su mayor capacidad para dañar los entornos y poner en jaque tareas como el descorche o la pesca, de las que depende un gran número de familias de los entornos de Alcalá de los Gazules, Jimena, Cortes de la Frontera, Los Barrios, Conil de la Frontera, Barbate, Zahara, Tarifa, La Línea y Algeciras, entre otros.
Respecto a la primera, la lagarta, su conquista del Parque Natural de Los Alcornocales ha sido progresiva, con un avance que, ya en la pasada campaña, hizo imposible el descorche en 45.000 de las casi 174.000 hectáreas de las que dispone la reconocida como la selva más al sur de Europa y su especie más emblemática, el alcornoque.
Y es que el debilitamiento que habría generado en los árboles la defoliación de la oruga aconsejó que no se desarrollaran las tareas de descorche, ya que se hubiese puesto en peligro la propia supervivencia de una especie que, tal y como señala Francisco Blanco Romero, presidente de la Asociación Forestal Andaluza «Amigos de los Alcornocales», ya sufre los efectos del «abandono, la seca, los incendios, la escasez de lluvias o el aumento sin control de los cerdos asilvestrados y gamos».
La perspectiva de la presente campaña es igual, de ahí que el alcalde de Jimena, junto al director de la finca la Almoraima, ingenieros de montes, técnicos de otros ayuntamientos y propietarios de fincas privadas hayan planteado adelantar el descorche a mayo (se inicia el 1 de junio) y de esta manera tomar delantera sobre la eclosión de las larvas de la lagarta.
Demanda que no ha tardado en encontrar la oposición de colectivos ecologistas como Agaden, que no ha dudado en hablar de «sentencia de muerte» si se adelanta la saca. «En el proceso de extrema sequía en el que nos encontramos sería un despropósito».
«Sin lugar a dudas –subraya– sería un ataque a la vida de millones de árboles, que se verían muy afectados y dañados antes de la brotación y ciclos vegetativos». De ahí que reclame que «se impongan los criterios técnicos y ambientales a los mercantilistas y económicos», reclamando que instituciones y propietarios sumen esfuerzos para buscar soluciones que no dañen a los árboles.
Por su parte, la Asociación Forestal Andaluza «Amigos de los Alcornocales», que reclama a la Consejería de Medio Ambiente información sobre el dispositivo para la presente campaña, aboga por emplear de «forma excepcional» el tratamiento químico con Dimilin ante la falta de eficacia del utilizado en los últimos años (Bacilo Turigensi).
La situación de preocupación y frustración es tal que Asaja Cádiz ya ha convocado una manifestación el miércoles 26 frente a la Subdelegación del Gobierno en Cádiz en «defensa de nuestro patrimonio natural, la actividad empresarial y los puestos de trabajo».
Para Asaja, el «Parque Natural se muere» y con él la actividad y los puestos de trabajo que genera; de ahí que haya solicitado al Ministerio de Agricultura y de forma excepcional «materias activas más eficaces contra la plaga» y la «puesta a disposición de la Junta de los medios aéreos necesarios para lograr la eficacia de los tratamientos en tiempo». Asaja entiende que «nadie va a poder descorchar este año», causándose graves perjuicios a quienes (empresarios, ayuntamientos y trabajadores) obtienen beneficios vitales del corcho.
Tan o más difícil de combatir se muestra el alga asiática que, como se ha podido observar en las últimas jornadas de levante, no ceja en su conquista del litoral gaditano. Y es que, además de a playas de las comarcas del Campo de Gibraltar y La Janda, ha comenzado a hacer acto de presencia en zonas de baño tan emblemáticas como La Caleta, en Cádiz.
La desesperación en el castigado sector pesquero tiene carácter crónico y, como prevén y ya observan los pescadores de las flotas artesanales de Conil de la Frontera y Barbate, el número de capturas volverá a reducirse.
«Agradecemos las ayudas que puedan venir», destaca Antonio G., marinero de la flota artesanal de Conil, «pero lo que de verdad es importante es que se tomen medidas para frenar el avance de un alga que está acabando y desplazando a un importante número de especies y que, de seguir así, va a suponer nuestra ruina total».
Hasta la fecha no existe una estrategia (remedio) definida para poner freno a una plaga que, además de al sector pesquero y al medio marino, también está afectando a las turísticas zonas de baño gaditanas, en las que los ayuntamientos, con ayuda de la Junta, se tuvieron que emplear a fondo el pasado verano para retirar toneladas de algas.
✕
Accede a tu cuenta para comentar