Agricultura

El tomate marroquí conquista Europa

Ya supera en volumen de exportación a España: en 2022 introdujeron 130 millones de kilos más, principalmente a Francia

Cajas de tomate del grupo Agroponiente
Cajas de tomate del grupo Agroponiente La Razón

Por primera vez, Marruecos ha superado a España en el mercado europeo de tomate, con la entrada de 740 millones de kilogramos de este producto agrícola en 2022, por los poco más de 600 millones enviados desde España, sobre todo, procedentes de los invernaderos de Almería. «La tendencia que se ve con claridad es que ya nos han superado en cuanto a volumen exportado a la Unión Europea», ha confirmado Andrés Góngora, responsable de Agricultura de la organización agraria COAG los datos lo avalan: en 10 años, Marruecos ha metido un 250% más de tomate», mientras España ha perdido aproximadamente un 40% de este género para su venta en Europa.

De esta forma, «Marruecos introduce ya 130 millones de kilos de tomate más que España, que «va a seguir perdiendo superficie y volumen de producción», en torno a «un 20% las próximas campañas», «beneficiando a los competidores y poniendo en «una situación muy preocupante el sector hortofrutícola de Almería y otras zonas productoras», indican desde la coordinadora agrícola.

La exportación marroquí de tomate tuvo como principal destino el pasado año Francia, con 374’99 millones de kilos, seguido de Reino Unido, donde envió 140’79 millones de kilos. De hecho, incluso España importó más de 56 toneladas en 2022 de su competidor norafricano, lo que apunta a que «en 2035 seremos completamente consumidores de tomate marroquí en nuestro país», según ha aventurado el responsable de COAG. Por su parte, el mayor cliente para el tomate español fue Alemania, con 170’6 millones de kilos y dejando como segundo destino el territorio francés, con 82’42 millones de kilos.

Así, el dominio marroquí en los mercados europeos podría «pronunciarse aún más los próximos años», si se «mantienen los privilegios como importador neto» de este competidor directo de la agricultura española, como denuncia el sindicato agrario. Si «la Comisión Europea sigue sin informar del pago de las tasas arancelarias, ni tiene en cuenta el coste de la mano de obra y el diferente tratamiento de las cuestiones fitosanitarias de un productor miembro respecto a Marruecos, lo vamos a tener muy difícil», ha lamentado Andrés Góngora.

Sin embargo, si el acuerdo de asociación con Marruecos de la Unión Europea dice que «pueden entrar 300.000 toneladas libres de arancel y el resto deberían haber pagado el derecho aduanero de 40 céntimos por kilo», «la Comisión Europea de Agricultura sigue sin aportar los datos reales de las tasas arancelarias, donde pagan y por qué puertos entran», ha indicado Góngora.

Son motivos que elevan la desconfianza de un sector que recuerda que «los buenos datos de facturación de las dos últimas campañas no nos deben engañar» porque superada la crisis de la energía "Marruecos sigue muy fuerte" y vuelven a producir con calefacción artificial otros países como Holanda.

Por todo ello, la COAG pide a la Unión Europea trabajar en dos líneas: por un lado, ayudar al sector a que no se incrementen los costes de producción, con «medidas compensatorias que mantengan el modelo de producción»; y, por otro, «controlar mejor lo que entra, porque es una vergüenza lo que ocurre con el acceso de género desde determinados países, con «diferentes regulaciones sanitarias», mucho más laxas, que han desembocado en «alertas sanitarias la pasada campaña en territorio europeo». Además, el coordinador provincial de COAG, Andrés Góngora, ha señalado que Marruecos sigue dando pasos para dar apoyo a sus agricultores, con «una batería de ayudas directas de entre 3.000 y 6.000 euros por hectárea» y «movilizando fertilizantes con fósforo y nitrógeno», que «sacan del Sahara y ponen a disposición de sus agricultores”.

No obstante, llama también la atención de COAG que las ayudas del gobierno alauita «no beneficiará tanto a agricultores locales como a empresas, la mayoría con capital español y francés, que están cultivando allí»

"La UE pretende reducir aún más el uso de fitosanitarios"

La hegemonía del tomate marroquí en Europa ha llegado mientras la Unión pretende reducir aún más el uso de productos químicos. La organización agraria ASAJA considera «intolerable» por «las consecuencias para la agricultura europea y almeriense», la aprobación por parte de la Comisión de Medio Ambiente un nuevo Reglamento sobre el uso sostenible de fitosanitarios.

Impulsado por la eurodiputada austriaca de Los Verdes, Sarah Wiener, propone una reducción que va del 35% al 85% en fitosanitarios utilizados en cada país, en función del uso durante 2013 y 2017 y que para ASAJA «no obedece a cuestiones técnicas». La presidenta de la patronal en Almería, Adoración Blanque, afirma que «la nueva propuesta queda muy alejada de las realidades agrícolas sobre el terreno».