Política

Ni Vox ni Junts: Juanma Moreno apuesta por el «centro» y el «bipartidismo»

El presidente andaluz defiende la alternancia en el Gobierno de PP y PSOE y la necesidad de alcanzar acuerdos entre ambas formaciones

José Luis Sanz, Juanma Moreno y Alfonso Rueda
José Luis Sanz, Juanma Moreno y Alfonso RuedaAgencia EFE

El Partido Popular tiene 137 escaños en el Congreso de los Diputados y consiguió 8.160.837 votos en las últimas elecciones; el PSOE, por su parte, tiene 120 escaños y 6.600.383 votos. Entre los dos partidos suman 257 representantes en la Cámara Baja de los 350 –casi el 75% del total– y aglutinan el apoyo de 14.761.220 de votantes. Ese es el espacio, que va del centro izquierda al centro derecha, que reclama Juanma Moreno como propio y en el que, considera, se deben forjar los grandes acuerdos de Estado en materias tan sensibles como la inmigración, la financiación o el debate territorial.

El presidente andaluz recibió ayer al presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, en el Palacio de San Telmo. En pleno debate sobre el acuerdo alcanzado entre el Gobierno de España y Junts para repartir a 4.400 menores llegados a Canarias entre el resto de comunidades autónomas, Moreno reivindicó la necesidad de que este tipo de pactos se cierren entre los dos grandes partidos españoles y no se sometan al «chantaje» de políticos como Puigdemont. Es ahí donde apostó por desinflar las exigencias de partidos como Vox o Junts, que esta misma semana han influido en materia migratoria tanto en el Gobierno de la Comunidad Valenciana como en el Gobierno de España.

Moreno hizo un alegato a favor del «bipartidismo» y de «los espacios centrales», hasta tal punto que él quiere «que haya un Gobierno del PP y lo sustituya uno del PSOE», de forma que «el centro izquierda y el centro derecha ocupen el espacio de la centralidad».

En España, a diferencia de otros países como Alemania, esto no es posible. No lo ha sido en temas como la inmigración ni tan siquiera con el debate que ha surgido ahora para el rearme de la Unión Europea. De ahí que, a juicio de Moreno, su partido no puede permitir «que Sánchez pacte con quien le plazca lo que le plazca y cuando le plazca, y no pase nada».

Pero Moreno tampoco está cómodo con los pactos del PP con Vox, pese a que fue el primero en firmar un acuerdo con la formación de Santiago Abascal para acceder a la Presidencia de la Junta de Andalucía. Así, reconoció que hubiera preferido que Carlos Mazón acordara los presupuestos de la Generalitat Valenciana con el Partido Socialista del País Valenciano, pero «ante esa incapacidad manifiesta» del PSPV, acepta un pacto «puntual» con Vox para «solventar los gravísimos problemas» de la región como consecuencia de la dana de octubre, y para ello se necesita «un instrumento importantísimo como son los Presupuestos».

Esa necesidad última no avala un cambio de postura del PP, que mantiene su compromiso con el Pacto Verde Europeo –aunque flexibilizándolo en determinados sectores como la agricultura y la transición energética– y con el cambio climático, fenómeno que «es una realidad como consecuencia de la acción de la actividad económica y social del hombre» y «todos debemos poner todo lo que tengamos de nuestra parte para revertir, o por lo menos aminorar, las consecuencias».

Por cierto, Moreno recibió a Mazón en San Telmo el 25 de septiembre de 2024, un mes ante de la dana. A diferencia del encuentro con Galicia –o incluso el que tuvo con Ximo Puig cuando era el presidente de la Comunidad Valenciana en la anterior legislatura– se trató de una reunión discreta sin comparecencia posterior de ambos dirigentes.

Aunque el encuentro de Moreno y Rueda no incluía en la agenda del día la reforma del sistema de financiación autonómica, este asunto, capital para los intereses de ambas comunidades –especialmente la andaluza, que recibe menos dinero que la media de las regiones españolas–, también se trató. «Yo ya estoy absolutamente convencido que esta legislatura acabará sin que haya un borrador de un nuevo modelo de financiación porque no existe ningún interés ni ninguna voluntad por parte de la señora Montero ni del señor Sánchez», pronosticó el presidente andaluz.

«Y no existe por una razón muy sencilla, porque le limita sus acuerdos con Puigdemont y con los independentistas» ya que estos lo que quieren es «comer aparte, no quieren comer con el resto de los españoles, quieren una mesa aparte y un menú especial, que además tendríamos que pagar el resto de los comensales», justificó.

Andalucía y Galicia tienen visiones distintas sobre cómo debe articularse la reforma del modelo, pero sí comparten que el reparto de ingresos entre la Administración Central del Estado y las autonomías no se corresponde con las competencias que tienen asumidas las regiones, responsables de la prestación de los servicios sanitarios, educativos y sociales. Rueda admitió que las diferentes comunidades autónomas tienen «diferentes puntos de vista», en función de sus circunstancias sobre las necesidades financieras o los criterios de financiación, pero todas coinciden en que están «infrafinanciadas» y que es necesario sentarse para abordar la reforma del actual modelo. En este aspecto fundamental y que tiene que ver con la prestación de servicios que reciben los ciudadanos, el acuerdo entre el PP y el PSOE tampoco es viable, aunque eso les obligue a buscar los apoyos de Vox o de Junts.