Adiestrador
Alejandro Flores, educador canino: "Se pueden hacer crónicos los miedos de tu perro"
Lo que hoy es un juego, mañana se convertirá en disciplina
En redes sociales, el educador canino Alejandro Flores ha compartido un video con un mensaje claro y directo. El educador lanza tres consejos fundamentales que pueden marcar la diferencia entre tener un perro equilibrado y feliz o uno lleno de miedos y problemas de conducta.
Muchos dueños, por desconocimiento, cometen errores en la etapa más crítica de la vida de su mascota cuando aún es un cachorro.
Socialización desde el primer día
El primer consejo es sacar al cachorro a la calle desde el primer día. Alejandro aclara que no se trata de exponerlo sin control, sino de llevarlo a entornos seguros como montañas, zonas abiertas sin perros ni riesgos de infección.
Aislar al cachorro en casa durante semanas puede parecer una medida de protección, pero en realidad genera inseguridad y miedos difíciles de revertir en la adultez.
Comandos básicos como un juego
El segundo consejo gira en torno a la educación temprana. Un cachorro, señala Flores, no puede recibir un adiestramiento formal, pero sí puede aprender comandos básicos a través del juego.
Palabras como "siéntate", "túmbate" o "ven aquí" deben introducirse de manera lúdica, sin exigir, simplemente como parte de la diversión diaria. Esto crea una base de obediencia que será muy útil en el futuro, lo que hoy es un juego, mañana se convertirá en disciplina.
El poder de las pelotas y mordedores
El tercer consejo puede sonar simple, pero tiene un gran impacto, enseñar al cachorro ajugar con pelotas y mordedores, este hábito cumple una doble función.
Por un lado, permite canalizar la energía, un perro que juega, corre y se cansa volverá a casa más tranquilo y menos propenso a causar destrozos. Por otro, el juego se convierte en una herramienta para exponerlo a estímulos como otros perros, bicicletas o patinetes.
En lugar de fijarse en lo que le da miedo, el cachorro estará pendiente de la pelota y del momento de diversión.
Una inversión en educación para toda la vida
Alejandro Flores insiste en que estos tres pilares, socialización temprana, juego educativo y exposición positiva, pueden cambiar por completo el futuro de un perro.
Lo que parece un detalle hoy se convierte en un factor determinante mañana. Si desde pequeño mi perro puede jugar y aprender, cuando vea estímulos en la calle estará más pendiente de mí y de su juego que de aquello que le cause miedo.
Los primeros meses de vida son una oportunidad que, si se aprovecha bien, garantiza un compañero de vida mucho más estable, obediente y feliz.