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¿Tu perro babea yendo en el coche? No todos lo hacen, y este es el motivo

El babeo en perros durante los trayectos en coche, una situación habitual, a menudo esconde un abanico de causas

Perro asoma la cabeza por la ventanilla del coche | Fuente: Pexels / Pixabay
Perro asoma la cabeza por la ventanilla del coche | Fuente: Pexels / PixabayLa Razón

La hipersalivación canina en vehículos es un fenómeno habitual que a menudo genera inquietud. Un babeo excesivo puede ser indicativo de diversas condiciones que merecen atención.

Este fenómeno, lejos de ser un motivo de preocupación grave, abarca orígenes fisiológicos y emocionales. Entender sus raíces es fundamental para el bienestar del animal durante cada viaje.

La cantidad de saliva puede llegar a empapar la tapicería o formar charcos, impulsando a muchos propietarios a buscar explicaciones.

Mareo y ansiedad: las causas más frecuentes

El mareo por movimiento es una razón extendida del babeo en coche. Muchos perros, sobre todo cachorros, experimentan náuseas. Uno de los primeros signos de malestar es la salivación excesiva, según apuntan desde 20minutos.

Este mareo se origina por la inmadurez del sistema vestibular, responsable del equilibrio. En perros jóvenes, el problema suele desaparecer hacia el primer año. Otros síntomas incluyen lamerse los labios, gemidos, inquietud o vómitos, generando reticencia al coche.

Si un perro babea intensamente sin marearse, la causa suele ser nerviosismo o estrés. Al asociar los viajes a destinos como el veterinario, el animal puede vincular el vehículo a experiencias poco agradables. Esta ansiedad se manifiesta con hipersalivación, jadeos, inquietud o temblores.

Para modificar esta respuesta, se puede habituar al perro gradualmente. Implica exposiciones cortas y positivas al vehículo, como trayectos breves a sitios agradables. Ofrecer recompensas y asegurar su estabilidad contribuye a una experiencia más confortable.

Otras razones y consideraciones clave

El babeo excesivo en el coche puede ser señal de alerta de un golpe de calor. Un coche puede alcanzar los 40 grados Celsius o más en menos de veinte minutos, incluso en días templados.

Un golpe de calor puede provocar, además del babeo, jadeo intenso y acelerado, letargo, agitación, desorientación, oscurecimiento de encías y lengua, vómitos y colapso. Ante la sospecha, sacar al perro, ofrecer agua fresca, mojar su cuerpo (cuello, ingles, axilas) y acudir urgentemente al veterinario. La prevención más eficaz es nunca dejar al perro solo en el coche.

Si la hipersalivación ocurre tanto dentro como fuera del coche, podría haber una causa física subyacente. Afecciones comunes incluyen problemas dentales (sarro), lesiones bucales (cortes) o gastrointestinales (reflujo ácido). El babeo suele acompañarse de mal aliento, sangrado o letargo, requiriendo una revisión veterinaria prioritaria.

El babeo también puede ser una respuesta normal en ciertos contextos. Si el coche huele a comida, como pizza o el pienso favorito del perro, la producción de saliva se dispara por puro reflejo anticipatorio.

Algunas razas, como el San Bernardo o el Mastín, babean por su conformación facial. Sus labios colgantes y pliegues donde la saliva se acumula y gotea no requieren tratamiento, solo paciencia y limpieza.