Gatos
¿Por qué los gatos ponen cara de asco? Pocos lo saben, pero tiene un significado increíble
¿Tu gato pone cara de asco? Descubre el secreto detrás de esa mueca: no es repulsión, sino una sofisticada forma de olfatear y entender su mundo
Muchos dueños de gatos han sido testigos de una curiosa expresión facial en sus mascotas: una mueca que retrae el labio superior, mostrando los dientes y dándoles una apariencia de estar profundamente disgustados o asqueados por algún olor. A menudo interpretamos este gesto desde nuestra propia experiencia, asumiéndolo como una señal inequívoca de que algo huele fatal para ellos.
Sin embargo, esta divertida expresión, que muchos han bautizado como "cara de asco" o "stink face", dista mucho de ser una señal de repulsión o malestar. Aunque pueda ocurrir después de oler algo intenso, su propósito es muy distinto a una simple reacción negativa.
Lejos de ser una señal de desagrado, esta compleja gesticulación forma parte de un mecanismo biológico esencial para los felinos. Es una herramienta fundamental que les permite recabar información sobre su entorno de una manera que nosotros apenas podemos imaginar. Un proceso de análisis sensorial.
La respuesta Flehmen: El sofisticado "segundo olfato" felino
Esta particular mueca tiene un nombre científico: la respuesta Flehmen. El término proviene del alemán "flemmen", que significa "rizar el labio superior". No es exclusiva de los gatos, pues otros mamíferos como caballos, ovejas y ciervos también la practican con fines similares, tal y como señalan en Kinship.
La respuesta Flehmen se manifiesta precisamente como parece: el animal riza el labio superior, a menudo muestra las encías y los dientes frontales, inhala profundamente y puede quedarse inmóvil durante unos segundos. Sucede al oler orina, secreciones de glándulas anales de otros animales, olores corporales o cualquier aroma novedoso e interesante.
Este comportamiento se debe a un órgano sensorial poco conocido: el órgano vomeronasal, también llamado órgano de Jacobson. Situado en el techo de la boca, justo detrás de los incisivos, este órgano especializado es una especie de "segundo olfato" dedicado casi en exclusiva a la detección de feromonas.
Cuando un gato realiza la respuesta Flehmen, está facilitando activamente que las moléculas de olor, especialmente las feromonas, lleguen a este órgano vomeronasal a través de unos pequeños conductos que conectan la boca con él. Es una forma de "saborear" o analizar químicamente el aire.
Las feromonas son señales químicas que los gatos utilizan constantemente para comunicarse: marcan territorio, informan sobre su estado reproductivo, identifican a otros individuos o contribuyen a crear un "olor de grupo" que refuerza la cohesión social. El órgano vomeronasal permite descifrar estos mensajes complejos, inaccesibles para la vía olfativa principal. Un lenguaje invisible para nosotros.
Por tanto, la próxima vez que veas a tu gato poniendo esa peculiar "cara de asco", recuerda que no está reaccionando con desagrado. Está activando un mecanismo biológico sofisticado para procesar información vital sobre su entorno, descifrando el complejo tapiz de señales químicas que configuran su mundo.