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Sangrienta matanza

Barbastro musulmán: su reconquista provocó la primera Cruzada a Jerusalén con éxito

Algunos historiadores cifran en 50.000 fallecidos la toma a la fuerza de la localidad oscense por los cristianos

Dos formaciones de caballeros de finales del siglo XII chocan en una carga. La caballería peninsular musulmana fue incapaz de rivalizar con esta forma de combatir en Las Navas de Tolosa. La Razón

Barbastro, fundada por los musulmanes en el siglo IX, nació con una clara vocación defensiva. Era un importante emplazamiento estratégico contra los reinos cristianos del norte, cuya posición también era clave para el óptimo control de las rutas que unían el valle del Ebro con el Pirineo. Junto a los castillos de Alquézar y Boltaña, conformaba una línea de defensa elemental para los andalusíes.

A pesar de su dominio territorial entonces, los musulmanes eran una minoría en un territorio principalmente poblado por hispano-visigodos, lo que hizo que muchas de las conquistas se realizaran a partir de pactos y capitulaciones. Además, el cristianismo no fue perseguido, y muchos cristianos pudieron seguir ejercitando su fe a cambio de tributos.

Barbastro, obstáculo constante para los cristianos

En el Pirineo, el control de los musulmanes era menos efectivo. Allí, las antiguas aristocracias locales mantuvieron sus poderes y acabaron creando los condados pirenaicos, germen de inminentes reinos cristianos como el de Aragón. En ese escenario, Barbastro se convirtió en un problema persistente para la expansión cristiana.

Durante el siglo VIII y comienzos del IX, lideraron diferentes señores musulmanes la región. Uno de los más relevantes fue Buhlul ibn Marzuq, que se rebeló contra el emir de Córdoba desde Huesca. Tras múltiples alianzas y traiciones, murió en 802, muy cerca de Barbastro, en un lugar que pasó a denominarse como El Algar de Buhlul. Su fallecimiento marcó el ascenso de Jalaf ibn Rásid ibn Asad, quien lideró la Barbitaniya durante seis décadas.

Este es el verdadero fundador de Barbastro

Jalaf fue una figura fundamental: hizo de Barbastro su capital, construyó en Alquézar y se erigió en una autoridad judicial que actuó incluso en casos de apostasía. Algunos historiadores lo consideran el fundador de Barbastro. Sin embargo, sus descendientes ensombrecieron sus éxitos.

A Jalaf le sucedió su hijo Abd Allah, cuya descendencia se unió a la poderosa familia de los Banu Qasi gracias al matrimonio de su hija Sayyida. Sin embargo, la alianza terminó en traición: en 880, Ismail ibn Musa, yerno de Abd Allah, mató a toda la familia de su esposa, asumiendo el completo control de la Barbitaniya.

Tras una sucesión de traiciones, pactos matrimoniales y conspiraciones similares al mencionado en Barbastro, el último gran acontecimiento andalusí en Barbastro se produjo con la llamada Cruzada de 1063. Esta campaña, apoyada por el papa Alejandro II, reunió a un nutrido ejército internacional compuesto por combatientes franceses, borgoñonos, italonormandos y locales de los reinos de Aragón, Urgel y Barcelona. La finalidad era conquistar Barbastro, que entonces era un importante núcleo de la taifa de Lérida.

De Barbastro a Jerusalén

La ciudad, debilitada y sin ayuda externa, fue tomada por los cruzados, quienes perpetraron una matanza que, según algunos historiadores, llegó a los 50.000 muertos. Así pues, la toma de Barbastro marcó un antes y un después claro en la historia de la ciudad. Pese a que la localidad fue retomada por los musulmanes algo después, este episodio anticipó lo que serían las futuras cruzadas internacionales con las que los cristianos conquistaron Jerusalén de los musulmanes.

Finalmente, en 1100, Pedro I de Aragón conquistó definitivamente Barbastro, integrándolo en el reino aragonés. Desde entonces, la ciudad estuvo bajo dominio cristiano, aunque su pasado musulmán nunca dejará de latir en sus calles, nombres y tradiciones.