Azul.

El tiempo se frena comiendo

Consumir alimentos antioxidantes como brócoli, cebolla, tomate o manzanas puede ayudar a mantener el cuerpo joven, dándole un mejor aspecto en el exterior y contribuyendo asimismo a prevenir enfermedades como la obesidad, el cáncer y la diabetes.

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Consumir alimentos antioxidantes puede ayudar a mantener el cuerpo joven, dándole un mejor aspecto exterior y contribuyendo a prevenir enfermedades.

"Los antioxidantes son moléculas capaces de retardar o prevenir la oxidación de otras moléculas producida por la acción de los radicales libres. En otras palabras: mantienen jóvenes los tejidos de la piel", explica Concepción Vidales, doctora nutricionista y autora de "Zumoterapia"(Cúpula). Esto se nota por fuera (con menos arrugas y una piel más luminosa) y por dentro, ya que nuestros órganos están más fuertes y pueden, por lo tanto, enfrentarse mejor a las agresiones externas que provocan enfermedades.

Por qué son buenos

Los antioxidantes, que se encuentran en alimentos de origen vegetal, tienen un impacto positivo en la salud. "Estas sustancias actúan reduciendo algunos impactos ambientales negativos y previendo la aparición de diversas enfermedades de evolución crónica, entre ellas, la obesidad, las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, la diabetes, las cataratas, la osteoporosis, algunas enfermedades neurodegenerativas y diversos trastornos digestivos", apunta la nutricionista María Astudillo, de la clínica dietética Alea, en Barcelona.

Algunos alimentos con antioxidantes

Según la Dra Vidales, una dieta antioxidante es aquella que incluye frutas y verduras (si son frescas mejor) de 3 a 5 raciones/día, pescado azul (2 veces/semana), legumbres (1-2 veces/semana), frutos secos (30 g/día) y aceite de oliva (2 o 3 cucharadas/día para cocinar y aliñar).

Entre los alimentos antioxidantes que ayudan a neutralizar esos radicales libres causantes del daño celular, encontramos:

- Tomate, sandía, zanahoria y cítricos: es decir, frutas y verduras de colores anaranjados o rojos ricos en betacaroteno y licopeno, que nos protege contra enfermedades cardiovasculares y contra distintos tipos de cáncer (próstata, cérvix, mama, pulmón, faringe, esófago, estómago, páncreas, colon y recto).

- Brócoli y espinacas: contienen luteína y zeaxantina, dos propiedades que previenen las cataratas y la degeneración macular asociada a la edad.

- Uva, fresa, cebolla, manzana, apio y té verde: son fuente de flavonoides, que nos protegen contra el cáncer, las enfermedades coronarias y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica.

"Una manera sana fácil y cómoda de incluir antioxidantes –explica la Dra Vidales– es tomar frutas y verduras licuadas en zumos, así de un sorbo casi nos habremos tomado las recomendaciones de raciones diarias.

Más guapos por fuera... y por dentro

La acción de los compuestos antioxidantes ocurre a nivel molecular, ya que "cambian el metabolismo del colesterol, reducen la presión arterial y tienen un efecto antibacteriano y antiviral, entre otros", explica Astudillo. Esto se traduce en una mayor salud: el cuerpo está mas sano y más fuerte, y esto lo protege de enfermedades metabólicas, bacterianas y víricas: "Nos hacen envejecer mejor... al estar más sanos nuestro cuerpo sufre menos y presentamos un mejor aspecto".

¿Existen contraindicaciones?

Que los antioxidantes sean beneficiosos para nuestra salud no significa que debamos componer nuestra dieta únicamente de alimentos que los contengan. "Ningún alimento nos proporciona una salud de hierro. No porque el tomate o el apio, por ejemplo, contengan sustancias beneficiosas para la salud, hemos de tomarlo en cantidades exageradas", explica Astudillo. La clave, como aconsejan los nutricionistas, es una dieta sana y equilibrada.