Psiquiatría

«Las enfermedades nunca son inventadas»

Carlos Mur / Pte. Sociedad Española de Medicina Psicosomática. Psiquiatra, es gerente del Hospital de Fuenlabrada, en Madrid. Se declara un apasionado del cine: «Soy un director de cine frustrado», asegura. Tanto es así que estudió dirección de cine en Zaragoza. Fan de Bruce Springsteen, también es un enamorado de la montaña, donde se escapa a practicar el montañismo siempre que puede.

Carlos Mur / Pte. Sociedad Española de Medicina Psicosomática
Carlos Mur / Pte. Sociedad Española de Medicina Psicosomáticalarazon

- Qué es, en términos generales, la medicina psicosomática?

-Más que una rama médica es una forma de entender al paciente. Es recuperar la visión holística del paciente. Una forma de integrar las patologías de todos los órganos y sistemas, incluido el nervioso central, pues las enfermedades del alma no están separadas de las del cuerpo.

-¿Cuáles son los trastornos psicosomáticos más comunes?

-Son aquellos que son reflejo en el cuerpo de determinados malestares psicológicos, de diversos trastornos y vivencias que tienen su impacto. Los hay que tienen relación con lo musculoesquelético, lo reumatológico, lo neurológico, lo cardiorrespiratorio. Ejemplos son desde la fibromialgia a todos los trastornos psomatomorfos, como el de conversión, el de dolor crónico y las cefaleas tensionales, que a veces están muy relacionadas con la ansiedad.

-¿Es fácil dar con su causa?

-No excesivamente, ya que son cuadros bastante complejos que obedecen a muchas cosas, pero sí que se puede intentar. Hay que hacer un buen diagnóstico diferencial, ver todas las causas que, desde el punto de vista genético, biológico o funcional contribuyen a la aparición del cuadro. Y luego, ver las cuestiones más psicobiográficas, psicológicas, familiares, todo lo que corresponde al entorno del paciente, a su vida laboral y que puede estar influenciando en la enfermedad. El abordaje psicosomático en lo terapéutico tiene que ser aún más complejo que la mera prescripción de un fármaco, porque muchas veces no soluciona la causa. A veces requiere cuidado, fisioterapia y psicoterapia.

-Hay quien piensa que este tipo de dolencias son inventadas. ¿Qué les diría a esas personas?

-Las enfermedades nunca son inventadas porque, por definición, son un cuadro que se aleja de la normalidad y que tiene unos síntomas y unos signos. Los síntomas son enteramente subjetivos muchas veces, y si nos centramos en uno tan común como el dolor o la disnea la persona que lo sufre tiene un padecimiento concreto. Pueden ser constructos sin ningún dato biológico, sin ningún diagnóstico de certidumbre pero que, evidentemente, está ahí y, sea más o menos orgánico, lleva a que el paciente presente un sufrimiento tan grande como las enfermedades que a veces denominamos «no inventadas».

-Hubo un tiempo en el que se creía que las úlceras eran consecuencia del estrés y después se vio que el responsable era el helicobacter pylori. ¿Podría pasar algo similar con otras patologías?

-Gracias a los avances cada vez afinamos más los diagnósticos y las causas de las enfermedades. Pero hay algo que conviene recordar y que aporta valor a la psicosomática, y es que casi nunca hay una causa única para una enfermedad: suele haber una principal y otras secundarias con situaciones que ayudan a su desarrollo. La úlcera es un cuadro perfecto para esto porque el agente causal último es el helicobacter, cierto. Pero es verdad que también hay úlceras que aparecen sin su presencia. Y cuando está presente hay factores que influyen para que esa úlcera sea más o menos grave, como cuestiones dietéticas o el estrés, con lo cual un trastorno por angustia en una persona que está infectada por el helicobacter tendrá una úlcera péptica mayor y con más riesgo de hemorragia o perforación que alguien sin ningún tipo de estrés.

-Por otro lado, un estudio de Rozansky muestra que la depresión es el factor predisponente más importante para enfermedad cardiovascular, por encima de la obesidad, el sedentarismo y el uso de drogas...

-Hay una relación muy conocida entre los factores inmunológicos inflamatorios, modulados por las citoquinas, y los trastornos afectivos del estado de ánimo. Lo cierto es que la depresión, y lo que conlleva, suele provocar una alteración en estos mediadores inflamatorios que predisponen a que la cardiopatía sea mayor. No hay nada más asociado a la depresión que la apatía y la astenia, por tanto el sedentarismo.

-También ha trabajado como voluntario en África. ¿Podría decirse que las psicosomáticas son patologías propias del «mundo desarrollado»?

-Probablemente sí o cuando menos los trastornos psomatomorfos tal y como los entende- mos.