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Este es el pintoresco pueblo de Mallorca que tiene enamorado a Michael Douglas desde los años 90
El actor estableció hace décadas un vínculo muy especial con la más grande de las Baleares, hasta el punto que decidió adquirir una finca para pasar largas estancias en ella durante sus vacaciones

Lejos de los focos, las alfombras rojas y los grandes estrenos de Hollywood, algunos de los rostros más conocidos del cine internacional buscan refugio en lugares donde reina la calma.
Uno de ellos es Michael Douglas, el célebre actor estadounidense que, desde hace más de tres décadas, ha establecido un vínculo especial con la isla de Mallorca. Su refugio no está en las colinas de Beverly Hills ni en la campiña europea, sino en un enclave sereno de la Sierra de Tramuntana: el pintoresco pueblo de Valldemossa.
Douglas, que conoció la isla en los años 90, quedó fascinado por su naturaleza, su arquitectura tradicional y su ritmo de vida pausado. Lo que comenzó como una visita puntual pronto se convirtió en una historia de amor duradera.
La adquisición de una propiedad histórica
El actor adquirió en 1990 la finca S’Estaca, una histórica propiedad del siglo XIX que perteneció en su día al archiduque Luis Salvador de Habsburgo. Esta finca se encuentra cerca de Valldemossa y desde entonces se ha convertido en el retiro personal del actor y su esposa, Catherine Zeta-Jones.
La finca de S’Estaca no es una residencia cualquiera. Ubicada entre montañas y acantilados con vistas directas al Mediterráneo, abarca más de 100 hectáreas de terreno, que incluyen viñedos, olivos centenarios, jardines, senderos privados y varias edificaciones tradicionales de piedra.
Restaurada con mimo y adaptada al confort actual, combina el encanto de la arquitectura mallorquina con las comodidades del siglo XXI
El segundo hogar del actor
.Desde hace años, la pareja pasa largas temporadas en la isla. Tal es el apego de Douglas a Mallorca que no duda en definirla como “su segundo hogar”. El actor ha sabido integrarse en la vida local, participando en eventos comunitarios, conversando con vecinos y frecuentando los establecimientos del pueblo como un residente más.
No es raro verlo pasear por las calles empedradas de Valldemossa, disfrutando de la gastronomía local o simplemente contemplando los atardeceres desde su finca.
Valldemossa es, sin duda, uno de los pueblos con más encanto de la isla. Con su Cartuja, que alojó durante un invierno al compositor Frédéric Chopin y a la escritora George Sand, sus casas de piedra adornadas con flores y sus callejones silenciosos, ha conquistado tanto a artistas como a visitantes anónimos. También es el lugar de nacimiento de Santa Catalina Thomàs, cuya casa natal aún puede visitarse.
Preciosas playas alrededor
Aunque el pueblo no está en la costa, está rodeado de calas y playas cercanas, como Cala Deià, de aguas cristalinas, o Port des Canonge, más salvaje y tranquila. Esta combinación de mar y montaña, historia y naturaleza, es precisamente lo que ha enamorado al actor.
Douglas ha encontrado en Mallorca un equilibrio entre la fama y la serenidad. En sus propias palabras, esta tierra representa “un lugar donde se respira libertad”, alejado del bullicio de la industria cinematográfica. Y es que, más allá del brillo de Hollywood, hay una Mallorca íntima y auténtica que acoge, sin hacer ruido, a quienes saben apreciarla.
Mallorca no solo ha sido testigo de la carrera del actor desde la distancia, sino que se ha convertido en el escenario de su vida más personal, la que no aparece en las portadas, pero sí permanece en el corazón.
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