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Seis restaurantes en los que hincar el diente a la pizza

El chef Andrea Tumbarello, de Don Giovanni./Javier Fdez. - Largo
El chef Andrea Tumbarello, de Don Giovanni./Javier Fdez. - Largolarazon

La pizza es, según la Unesco, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Aun así, hay que saber dónde devorarla. Recomendamos nuestros seis restaurantes preferidos.

Uno de nuestros sitios preferidos para hincarla el diente es Grosso Napoletano, cuyos “pizaioli” las bordan gracias a la elaboración de la masa, que sigue un proceso de doble fermentación de hasta 48 horas en el que se utiliza harina de fuerza italiana y masa madre con el objetivo de lograr una textura y un volumen perfectos y conseguir la elasticidad característica de estas pizzas. Sus ingredientes proceden de Italia y se nota. Destacan la Cinderella para los comensales veganos, hecha con una base de calabaza y berenjenas, y la de temporada: la Funghi di Stagione. ¿Lo mejor? Un euro de cada una vendida va destinado a la ONG Flores de Kiskeya. www.grossonapoletano.com

¿Cuántos años llevamos yendo a Don Lisander a comer pizza? Ni los recuerdo. No son redondas y sí ovaladas y la masa es crujiente y ligera. La de huevos de codorniz con tomate, mozzarella, crema de camembert y patatas es una de las más demandadas, lo mismo que la Fragola, con cebolla, champiñón y bacon. Sin duda, nuestra favorita. C/ de la Infanta Mercedes, 92. Madrid. Tel. 915 70 92 90)

Sólo en Kilómetros de Pizza las preparan de hasta dos metros de largo y han sido diseñadas por Jesús Marquina, cinco veces campeón del mundo en la elaboración de este manjar. Las hacen con harinas seleccionadas e importadas de Italia antes de introducirlas en unos hornos fabricados a medida por la prestigiosa marca Castelli, considerada el RollsRoyce de los hornos de pizza gourmet. C/ Zurbano, 26. Madrid. Tel. 910 61 24 74. www.kilometrosdepizza.com

Sí, a Don Giovanni también nos gusta ir a comer pizza: “La masa debe estar fermentada, ya que comerla recién hecha no es digerible, porque está viva. Ha de permanecer durante 48 horas en la nevera a 8 grados para que se madure. Durante este tiempo es importante moverla con el fin de que elimine los gases antes de servirla. Después, se incluye el tomate a la masa y la mozzarella, se hornea a 200 grados con papel de aluminio para que no se queme el queso de búfala”, nos explica Andrea Tumbarello chef y propietario de este restaurante que es referente de la cocina italiana en la capital. Estamos en plena temporada de trufa negra, así que no lo dudes, pide la que llega coronada a la mesa por este hongo maravilloso, aunque nosotros también nos rendimos a la Diavola, con tomate, mozzarella, salami picante y orégano. (Paseo de la R. Cristina, 23. Madrid. Tel.: 914 34 83 38).

La Premiata Forneria Ballaró es el espacio informal de Angelo Marino, al frente de la casa madre, Mercato Ballaró, cuya propuesta culinaria italiana gira en torno al horno de leña. De él, claro, salen pizzas deliciosas, entre ellas, la Tartufo y panceta, con mozzaella de búfala campana, queso pecorino, crema de trufanegra y panceta y la Salsiccia, ideada con longaniza fresca, foie, próvola ahumada y cebolla caramelizada. Ambos manjares para armonizar con de los vinos recomendados por Angelo, jóvenes, ecológicos y sin sulfitos. (Santa Engracia, 90. Madrid. Tel. 91 593 91 33)

Por último, apostamos por NAP, con dos espacios por el artista Okuda. Las hacen con harinas y tomates procedentes de Italia, las pizzas se cocinan a unos 500 grados. Nuestra preferida es la Margarita, sin más. (C/ Olid, 11. Tel.: 910 66 53 53 y Ave María 19. Madrid. Tel.: 911 25 07 42).