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España, un país de servicios
Siempre se ha criticado que España depende principalmente del turismo, que no tenemos una economía diversificada, que no hay una apuesta por la tecnología, ni por la investigación científica.
(¡Yo creo que no hay, en realidad, apuesta alguna, ni esa, ni otra!)
Se dice que el empleo que crea el sector servicios es de baja calidad, que es a tiempo parcial, temporal, se habla con desdén “de que España es un país de camareros”, y que (¡casi con desprecio!) somos el “balnerario de Europa”.
Es cierto que tres de cada cuatro profesionales que trabajan en España lo hacen en el sector servicios, (el 76,3% de los puestos de trabajo existentes tienen que ver ya con ese sector, mientras que la industria apenas representa el 13,6%, según el INE, datos de julio 2016)
Siempre positivo, nunca negativo. Es un mantra que trato de tener en la cabeza. Si sabemos servir mesas, si sabemos ser hosteleros, si sabemos dar servicio (¡y es muy mejorable!), aparentemente, ¿por qué no sacar partido de esta fortaleza?
España tiene grandes líderes a nivel multinacional (Telefónica, BBVA, Santander, Zara en servicios de distribución retail; empresas sanitarias de referencia, escuelas de negocios y un largo etcétera). Si hacemos un análisis de los subsectores que componen el sector servicios, resulta evidente que España tiene capacidad para beneficiarse como país del posicionamiento de estas empresas y reclamar para si un posicionamiento en el mundo como líder en Servicio y Servicios.
Podemos, ¡debemos!, pues, convertirnos en líderes mundiales en servicios, ser la referencia planetaria en servicio al cliente.
Hace años que vengo defendiendo la idea de lograr que España se convierta en el referente mundial; defiendo, y lo considero urgente, pactar (todos los grupos políticos, todos los grupos sociales, todos los agentes implicados), un Plan Nacional de Servicios (que pivote en torno a la innovación y el desarrollo a largo plazo del sector Servicios, más allá del turismo). Este plan, tenga la forma que tenga, debe abordar los servicios como un eje de una reactivación económica (en el corto, medio y largo plazos) duradera y sostenible, basado en los siguientes aspectos:
El sector servicios español está demasiado atomizado; necesitamos empresas más grandes, con mejores economías de escala y curvas de aprendizaje, con culturas más modernas y profesionalizadas. Poderes públicos y empresa privada, han de trabajar juntos en esta dirección.
España es susceptible (si los españoles mejoran su nivel de inglés, en general, en mi opinión) de ser atractiva para multinacionales de diferentes sectores de actividad. Si Irlanda, por poner un ejemplo, compite en tasas, España, debe competir en servicio.
Pesa demasiado el turismo en la economía, respecto a otros países y nos hace fuertemente vulnerables en el caso de una caída más o menos repentina del turismo del sol y playa. Hay que romper la dependencia del sector servicios del Turismo, diversificar el riesgo: poner énfasis (repito) en ser atractivos para empresas globales de subsectores de Servicios. Aprovechemos nuestra posición “puente” en el mundo: puente de América, puente de África, el país más occidental de Europa.
El sector servicios ha sido más resistente al ciclo económico adverso, pero es evidente que la Transformación Digital está trayendo un impacto difícil de prever en la economía, incluido este sector; será necesario tener en consideración alertas tempranas, análisis de tendencias y tratar, como país, de estar en vanguardia de tendencias, ora economía colaborativa, ora digitalización de ciertos sectores y subsectores.. ser vanguardia, que no nos pille “el toro”. Tener iniciativa como país y fomentar iniciativas privadas.
Soy consciente que pido transformar (reformar y reforzar lo bueno) nuestro modelo productivo. Planteo un (en gran medida mas no del todo) nuevo modelo económico de crecimiento para competir con los grandes países del mundo, y que las transformaciones de modelo tardan mucho en dar resultado; quizá sean necesarios treinta años. Pero es necesario tener un rumbo. Si no sabes dónde vas, cualquier camino sirve.
Hagamos el planteamiento de: dado que “somos un país de camareros”, ¡seamos el “mejor país de servicios del mundo, con los mejores camareros del mundo”!
De momento, tenemos el turismo: puede ser la base de operaciones, la nave nodriza, para ir mejorando el servicio y los servicios. Podemos hacer de la Historia de España y su cultura, restos arqueológicos, y museos, un todo coherente y experiencial, generando ingresos al país. Tenemos nieve y montaña; mucho mar, y mucha costa, si, pero en España hay mucho más que ofrecer.
Si nos esforzamos podemos generar una industria del servicio, partiendo de lo que (gracias al turismo) ya tenemos, para generar una España competitiva a largo plazo y líder en algo: en Servicio. A ver quién vuelve a esgrimir con desdén el repetitivo y desdeñoso argumento: “país de camareros”. Si, pero los mejores del mundo.
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