Ayuntamiento de Madrid
El Día de Europa
Escribir un blog dedicado a los asuntos locales no deja de ser entretenido, sobre todo si una vive en Madrid y tiene una Alcaldesa tan pintoresca como Doña Manuela. La pena es que a veces limita mucho si quieres ser estricto con el ámbito que te ha sido encomendado. Corres el riesgo además de centrarte en un círculo muy concreto y olvidarte de lo que ocurre en el resto del mundo y tampoco es eso. El pasado miércoles se celebraba el día de la Unión europea, el 9 de mayo, un día especial que conmemora la “declaración de Schuman” en 1950 la cual trajo consigo la creación de la CECA (Comunidad Europea del Carbón y del Acero) en 1951, embrión de la Unión Europea actual, entonces centrada en la producción de carbón y acero. Suponía una unión de carácter económico necesaria tras la Segunda Guerra Mundial, también un control en la producción de estos materiales que evitaría una nueva guerra y una ayuda necesaria para aquellos países que aun sufrían las consecuencias de la segunda gran contienda europea. Desde esta primera Unión económica, con tan sólo 6 estados miembros, se han sucedido diversas circunstancias que han hecho que, en poco tiempo, la Unión Europea se haya convertido en una potencia a nivel mundial y en una asociación económica y política de carácter singular por sus múltiples particularidades. Los 28 estados miembros que la componen hoy, le han delegado algunas competencias de manera exclusiva: las aduanas, las normativas sobre el mercado interior, la política monetaria, la política pesquera y la celebración de algunos acuerdos internacionales, existen también una serie de competencias compartidas entre los estados miembros y la Unión: mercado interior, política social, cohesión económica, social y territorial, agricultura y pesca, medio ambiente, protección de los consumidores, transportes, redes transeuropeas, energía, espacio de libertad, seguridad y justicia, asuntos comunes de seguridad, en materia de salud pública, investigación, desarrollo tecnológico y espacio, cooperación para el desarrollo y ayuda humanitaria. Pueden parecer demasiadas o pocas, depende de la opinión de cada uno, lo que tengo muy claro es que la Unión Europea nos ha aportado seguridad, ha permitido a muchos países alcanzar un desarrollo pleno y ha ayudado a lograr que los Derechos Fundamentales no se vean violados por ninguna administración. La Unión posee una rica diversidad cultural, compartimos un mismo continente y hemos evolucionado desde una unión de carácter económico, a crear una de las entidades supranacionales más singulares del mundo, cuya evolución es objeto de estudio en todas las facultades de Derecho del Mundo. Creo, por tanto, que recordar su día es importante, porque formamos parte de ella, porque gracias a ella hemos crecido nosotros, los españoles, como potencia económica y porque reunir a tantos países no solo enriquece y protege sino que además abre puertas hacia un mundo mejor. Europa es el continente soñado por muchos, por su defensa incansable de los Derechos Humanos, por promover la paz, por ofrecer libertad y seguridad referentes a nivel mundial, también por combatir la exclusión social y la discriminación, por promover el progreso científico y sobre todo por respetar la pluralidad que conforman todos los países. El año 2018 que estamos viviendo, ha sido designado como Año Europeo del Patrimonio Cultural. Su objetivo, hacer llegar a los ciudadanos y muy especialmente a los más jóvenes la cultura de los diferentes países europeos. Sensibilizar sobre su importancia histórica, sobre los valores que nos unen y con ello reforzar el sentimiento de pertenencia a un espacio común europeo, que muchas veces, queda relegado a un segundo plano. Seguir educando a nuestros jóvenes en los de valores de Europa: la libertad, la dignidad humana, la democracia, la igualdad, el Estado de derecho y los Derechos Humanos resulta imprescindible. Ellos son los que en el futuro deberán continuar el camino iniciado hace 68 años por aquellos grandes hombres, aquellos estadistas de diferentes países que tuvieron una enorme visión y una gran tenacidad y motivación para trabajar con proyección de futuro. Fueron líderes visionarios que inspiraron e iniciaron lo que hoy es nuestra realidad. Quiero destacar entre ellos a Robert Schuman, hoy considerado un santo de la política europea que fue Ministro francés de Asuntos Exteriores, entre otros cargos y que fue quien pronunció la famosa Declaración aquel 9 de Mayo de 1950. Había asumido como su vocación la búsqueda de la justicia y la paz. Los destrozos que la guerra había ocasionado le dejaron una marcada huella que le impulsó a intentar levantar la economía de su país y procurar el bienestar de los ciudadanos de Europa.
No podemos olvidar que el objetivo principal de los gobiernos europeos era evitar nuevas guerras, el trasfondo, por tanto, tiene un valor profundo. No es casualidad que una de sus citas más utilizadas ha sido: “La paz mundial no puede salvaguardarse sin unos esfuerzos creadores equiparables a los peligros que la amenazan”. Habló de solidaridad, de la aportación que una Europa organizada y viva podía hacer a la civilización, de servir a la Paz.
Me he permitido en esta entrada hablar de Europa porque soy consciente de su valor y pienso que sigue siendo la gran desconocida, no hay más que observar las elecciones europeas en nuestra España que siguen pareciéndonos lejanas y de poca influencia en nuestras vidas.
Por otro lado, en el Ayuntamiento de Madrid seguimos como siempre: sin presupuestos, con el apoyo a la famosa “red clientelar de Ahora Madrid”, con las peleas internas, las remunicipalizaciones y la falta de atención a los vecinos con problemas Eso sí, Manuela Carmena se ha subido al carro europeo y nos ha explicado que lo hace porque ha conseguido que “toda una generación no haya conocido la guerra”, menos mal, porque hasta ahora ha venido cuestionando la esencia de los valores europeos. ¡Vamos avanzando!
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