Envejecer en nuestra capital

En una gran ciudad como la nuestra, donde las personas mayores de sesenta y cinco años representan el veinte por ciento de la población, resulta imprescindible atenderlas. Y no lo planteo únicamente porque sea nuestra competencia como Ayuntamiento, lo escribo porque creo firmemente que es también nuestra obligación como sociedad y como personas. Está claro que a ellos les debemos lo que hoy somos y la ciudad que tenemos, una capital europea importante, foco de atracción para muchos. Ellos con su esfuerzo y trabajo construyeron una sociedad moderna, después de circunstancias históricas muy adversas.

Los gobiernos del Partido Popular en Madrid, siempre hemos priorizado las políticas para los mayores, hasta tal punto, que hemos sido referencia a nivel nacional durante muchos años. El referente de España, tal y como reflejan diversos informes sobre el tema.

Sinceramente y sin tapujos, produce tristeza que hoy las personas mayores sean las grandes olvidadas del Ayuntamiento. Ya lo decía Carolina Bescansa: “si en España votasen los menores de 45 años Pablo Iglesias sería Presidente” esta es la clave. Promover el derecho al voto a los dieciséis años, sería la siguiente estrategia. Parece que las personas con más edad no interesan a determinados grupos políticos. Lamentable.

La candidatura ciudadana de unidad popular, Ahora Madrid, que hoy gobierna nuestra Capital, no solo no acepta lo ya creado sino que se atreve a afirmar en informes de diagnóstico social, “que la gente piensa distinto de como vota” hace falta valor para dejar esa afirmación por escrito. Pensarán tal vez que todos los que no pensamos como ellos no tenemos criterio político. Soportamos un desprecio permanente los que no seguimos sus doctrinas, tanto ciudadanos como organizaciones y entidades. Para las asociaciones explican que, “aquellas cuyo ámbito de acción se circunscribe a necesidades o intereses de grupos concretos, tienen poca repercusión en los vecinos y no mejoran su calidad de vida”.

Parece ser que solo valen las de carácter reivindicativo en defensa de los derechos humanos, que ellos defienden, que no son todos, y las asociaciones vecinales cercanas a ellos. Se han quitado de un plumazo a todas aquellas dedicadas a las distintas discapacidades, a las enfermedades raras, a los mayores. En pocas palabras, pretenden adaptar la sociedad a su marco ideológico.

No solo intentan reducir el principio de la representación, que ya es grave, sino que bajo el lema del “necesario impulso a la participación” pretenden hundir a las asociaciones, federaciones y fundaciones que les parecen poco modernas, o sea las que no comparten ideología con ellos. Parece ser que los anteriores gobiernos de Madrid desvitalizaban lo comunitario. Lo que hay que oir! Simplemente pensábamos distinto, eso es inaceptable parece ser.

El caso es que cuando visito los Centros Municipales de Mayores, todo son protestas: Que no nos atienden; que no mantienen las instalaciones, que no consideran a nuestras Juntas Directivas y un largo repertorio de quejas con mucho sentido, que las personas mayores, que voluntariamente se ocupan, junto con los profesionales municipales de los centros, de manera voluntaria, nos hacen llegar.

Desde mi grupo defendemos una ciudad para todas las edades y no podemos comprender tanta desidia hacia nuestras personas mayores. No me valen los planes inconsistentes para cubrir el expediente, es necesario actuar.