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El fenómeno VOX
Se equipara al partido español VOX con otros partidos europeos de extrema derecha como el Frente Nacional de Marie Le Pen en Francia, Alternativa para Alemania, Amanecer Dorado de Grecia o Partido de la Libertad en Austria, entre otros muchos.
Nada más lejos de la realidad. Se trata de una equiparación interesada por la izquierda española para lograr su descalificación y exclusión de la vida política, donde hace muy poco que han aparecido.
La extrema derecha europea hace años que se instaló en, prácticamente, todos los países de la Unión y a día de hoy en muchos de esos países está consolidada, disputando, como en Francia, el gobierno a los partidos tradicionales, o gobernando en coalición como en Italia o en solitario como en Polonia oHungría.
Las características comunes de esos movimientos neonazis son un exacerbado patriotismo que les hace pedir la salida de sus países de la Unión Europea y oponerse de forma, a veces violenta, a las políticas de acogida de inmigrantes.
Su crecimiento es constante en sociedades que sufren directamente las consecuencias de una inmigración descontrolada, errática, sin un horizonte claro, sin solidaridad entre los distintos países de acogida, más bien pasándose unos a otros el problema, sin una política común ni una acción conjunta en los países de origen que palie, siquiera en parte, el drama de tantas personas que se ven obligadas a elegir entre la muerte segura en sus países y la probable en meses de vagar por desiertos y mares en las peores condiciones y manejados por mafias sin escrúpulos.
El rechazo a la inmigración de Donald Trump y su muro fronterizo, es la plasmación en el continente americano de lo que propugnan esos grupos en Europa, donde no tienen todavía fuerza para hacerlo.
Por la izquierda populista, la extrema izquierda europea, Syriza en Grecia, el Movimiento Cinco Estrellas en Italia o Podemos en España, como los más destacados y además con participación directa o indirecta en los gobiernos nacionales.
Ese es el panorama de los populismos de extrema derecha o extrema izquierda en Europa, donde claramente dominan los movimientos de derechas salvo escasas excepciones.
Ya hemos dicho que la irrupción de tantos y fuertes partidos de extrema derecha en Europa se debe a la crisis económica y la amenaza que la masiva llegada de emigrantes, lo que hace temer por la pérdida definitiva de la sociedad del bienestar. Para esos partidos se impone el cierre de fronteras y la salida de una UE que camina a la deriva, por cierto, para regocijo de Rusia, USA y China, las tres grandes potencias que también ponen su granito de arena para evitar la consolidación de una Europa de 500 millones de habitantes unida y potente económica, militar y socialmente. (Le ha faltado tiempo al presidente americano Trump para decirle al presidente francés Macrom que de ejército europeo nada de nada: “Lo que tiene que hacer Europa es invertir más en la defensa común que representa la OTAN”).
Mientras escribo este artículo: “Rusia se rearma frente al militarismo de USA”, “Moscú refuerza su capacidad defensiva por amenazas externas y denuncia que Washington abandona el tratado que puso fin a la Guerra Fría” Putin dixit; “Más de 3.500 soldados británicos en alerta ante un “Brexit” sin pacto”; “Dimite el primer ministro belga tras la salida del gobierno de los nacionalistas flamencos”. Ya Bélgica estuvo 500 días sin gobierno por las disputas entre flamencos y valones. ¿Algún ciudadano europeo informado todavía duda del interés desestabilizador de Rusia, China o USA?, España en Cataluña, (separatismo) Bélgica, (conflicto flamencos / valones) Italia, (gobierno Frankenstein de populistas de extrema derecha y extrema izquierda) Francia (chalecos amarillos), Gran Bretaña (Brexit), Ucrania, socio preferente de la UE, (apropiación de Crimea y el este del país por Rusia, continuos conflictos marítimos)...Por cierto, conviene aclarar que una cosa son las relaciones entre los ciudadanos, magníficas en cualquier caso, y otra la “alta política” que ejecutan los máximos dirigentes.
El fenómeno VOX debe su fuerza a los graves errores de la izquierda (ya lo advertimos en el artículo: “La tercera Ley de Newton, el principio de acción y reacción” ) La política del “Ibuprofeno” seguida con el tema de Cataluña con nulos resultados; la gestión de las inmigraciones, (todas las fotos del mundo con el buque Acuarius, mientras en las costas andaluzas entran por miles y ni una foto y el gobierno central mirando para otro lado); los constantes escándalos financieros de los partidos tradicionales; la elefantiásica administración (cuatro administraciones superpuestas que se restan mutuamente la eficacia y sangran las arcas del Estado); ocho leyes de educación, todas a cual peor y transferidos a los nacionalistas que los utilizan para el adoctrinamiento de sus jóvenes; una justicia lenta e ineficaz con graves problemas internos, y politizada; y la sanidad transferida a las comunidades con descriptibles malos resultados...podríamos seguir, pero es más que suficiente para dar argumentos sobrados al fenómeno VOX.
Nunca, ningún partido, nos ofrecerá un programa a nuestra entera satisfacción. Siempre habrá cosas que nos gustarán más y otras menos o simplemente las rechazaremos. Nunca el partido al que votamos en las últimas elecciones habrá cumplido su programa, aquel que elegimos para votarlo, pero la democracia es eso, votar, dar la confianza a quienes pensamos que serán más eficaces y honrados en la gestión. Luego, la realidad nos devolverá a la cruda certeza de la imperfección del sistema.
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