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El búnker militar de La Quinta, situado en la urbanización homónima de Santa Úrsula, es una reliquia de la Segunda Guerra Mundial. Construido en 1942 bajo la dirección de Francisco Franco, este búnker formó parte de un sistema defensivo diseñado para proteger el litoral norte de Tenerife de una posible invasión durante la guerra. Aunque la amenaza nunca se materializó y el búnker fue equipado con armamento obsoleto, su historia y arquitectura han convertido este lugar en un testimonio del pasado bélico de España.
Durante años, el búnker ha estado en un estado lamentable, olvidado y descuidado. A pesar de su relevancia histórica, ha sido víctima de actos vandálicos, acumulación de basura y deterioro general. Sin una placa identificativa de patrimonio, el búnker se ha convertido en un sitio casi invisible a pesar de su significancia.
Antes de su construcción militar, el área ya había albergado vestigios prehispánicos importantes. Estos artefactos fueron rescatados y ahora se conservan en el Museo Arqueológico del Puerto de la Cruz, subrayando aún más el valor cultural del sitio.
El Plan Especial del Paisaje Protegido de la Costa de Acentejo tiene como objetivo revitalizar el búnker de La Quinta, dándole un nuevo propósito como mirador público. Este proyecto se enmarca dentro de un esfuerzo más amplio para mejorar las infraestructuras turísticas de la región y poner en valor sus elementos patrimoniales y naturales.
El futuro mirador ofrecerá una vista impresionante de la este lugar, un área conocida por su diversidad paisajística, que abarca desde acantilados dramáticos hasta desembocaduras de barrancos. Este espacio natural es un verdadero tesoro que combina la belleza del mar con el verde de la flora canaria.
La transformación del búnker en un mirador no está exenta de desafíos. Uno de los principales obstáculos es la división de competencias entre el Ministerio de Defensa, el Ayuntamiento de Santa Úrsula, y los propietarios privados de los terrenos donde se asienta el búnker. La coordinación entre estas entidades será crucial para llevar a cabo el proyecto.
Además, la implementación del mirador debe respetar las normativas ambientales, garantizando que las obras no dañen el entorno natural ni la estructura histórica del búnker.
El búnker no es el único elemento del plan de mejora de la Costa de Acentejo. El proyecto incluye la creación y mejora de otros miradores que se integrarán con la red de senderos existentes, ofreciendo a los visitantes múltiples puntos de observación desde los cuales disfrutar del paisaje.
Con la implementación del Plan Especial del Paisaje Protegido de la Costa de Acentejo, Santa Úrsula y sus alrededores están a punto de convertirse en un punto focal para el turismo sostenible en Tenerife. Estos esfuerzos de mejora y conservación son un paso positivo hacia un desarrollo que respeta tanto la naturaleza como el patrimonio cultural de la región.
La transformación del búnker en un mirador no solo ofrece una nueva vida a un monumento histórico, sino que también proporciona a los visitantes la oportunidad de experimentar la belleza natural y la historia de Tenerife desde una perspectiva única. Con miradores adicionales y mejoras a la infraestructura existente, el plan promete una experiencia enriquecedora para todos aquellos que exploren esta hermosa parte de las Islas Canarias.
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