Desastre natural
Más allá de la erupción: el volcán que amenaza las Islas Canarias podría tener peores consecuencias
Durante las últimas semanas se han registrado decenas de pequeños seísmos en varios puntos del archipiélago
Las Islas Canarias son la única zona de España expuesta actualmente a riesgo volcánico, según los expertos. El IGN (Instituto Geográfico Nacional) considera que el archipiélago al completo, con la excepción de la isla de La Gomera, podría considerarse activo. La última catástrofe está aún reciente, pues el Volcán de La Palma que entró en erupción en un día como mañana de 2021 dejó miles de afectados, así como infraestructuras. Más de 1600 viviendas fueron arrasadas por la lava, además de las más de 10.000 personas que tuvieron que ser evacuadas de la zona.
En los días previos al desastre, se registraron 25.000 de pequeños movimientos sísmicos en las regiones cercanas, tal y como está ocurriendo ahora. El 19 de septiembre de 2021, el volcán erupcionó en el municipio de El Paso, y la roca fundida subterránea comenzó a fluir por la superficie, destrozando todo a su paso. Sin embargo, en la situación que se está dando actualmente no hay tantos seísmos, aunque la prevención debe ser máxima igualmente.
Las Islas Canarias están situadas geográficamente cerca de la placa africana, por lo que la actividad sísmica es habitual, de hecho, el archipiélago entero tiene un origen geológico volcánico. Los terremotos no constituyen un fenómeno extraño en Canarias, pero lo que se está viviendo durante esta última semana ha hecho saltar las alarmas de las autoridades.
Es común que se registren movimientos sísmicos medianamente aislados, pero cuando se dan muchos en una zona concreta y un periodo corto de tiempo, se habla de 'enjambres sísmicos'. Por el momento, no se puede hablar de que el Volcán de Enmedio los esté generando, aunque tampoco se sabe con certeza lo que pueda ocurrir en las próximas semanas.
El otro gran riesgo del Volcán de Enmedio
Tan solo en los últimos siete días, se han registrado más de 64 seísmos en las Islas Canarias, aunque casi todos de baja intensidad. El mayor se produjo el jueves pasado, con una magnitud de 3,6 en la escala Richter. La mayoría de estas pequeñas sacudidas de tierra se concentran cerca del Volcán de Enmedio, que se encuentra entre dos de las islas más pobladas, Tenerife y Gran Canaria.
InVolCan (Instituto Volcanológico de Canarias) ha lanzado varios comunicados en esta semana explicando que aunque esta actividad "no es usual en esta área, tampoco puede considerarse anormal". La zona que rodea a este volcán es una de las más activas sísmicamente de Canarias, y todas las semanas del año se llegan a registrar, de media, una decena de terremotos de muy baja intensidad.
En la escala Richter, se suele considerar que los seísmos de magnitud 3,5 o menos ni siquiera se sienten. Sin embargo, a partir de los 3,5 y hasta los 5,4, ya podrían llegar a causar daños menores, aunque esto es muy relativo, porque depende de cómo se haya edificado en el terreno y de otros aspectos del ámbito humano y no geológico.
En las últimas décadas ya se registraron dos terremotos considerables en las cercanías del Volcán de Enmedio uno de magnitud 5,2 en 1989 y otro de 4,4 a principios de 2019. InVolCan afirmaba que "la probabilidad de que un terremoto localizado en esta zona alcance una magnitud suficiente para causar daños es muy baja". Además, creen que estos registros de movimientos tectónicos no estarían relacionados con los volcanes de el Teide, que era uno de los mayores miedos.
Sin embargo, el IGN (Instituto Geográfico Nacional) estima que, a pesar de que el riesgo volcánico en el archipiélago canario sea relativamente bajo, la preocupación en el territorio es creciente, y más énfasis desde el desastre ocurrido en 2021. Advierte de que el rápido incremento de la población, incidiendo en que han aumentado tanto los visitantes como los residentes, junto con la creciente extensión de zonas urbanizadas, llevan inevitablemente a un aumento del peligro a causa de los terremotos y las erupciones volcánicas.
El mayor miedo para los expertos, que ya están estudiando más a fondo la actividad sísmica, no es tanto que se pueda producir una improbable erupción volcánica como que el movimiento tectónico provoque un terremoto de mayor magnitud y cause estragos, especialmente entre la población más vulnerable económicamente. Aunque la probabilidad sea "muy baja", los sistemas de alerta están en marcha desde hace ya varios días.
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