Coronavirus

Repique de campanas por los enfermos y trabajadores

La Iglesia anima a los templos a hacerlas sonar todos los días a la hora del Ángelus, las doce del mediodía

Repique de campanas a la hora del Ángelus
Repique de campanas a la hora del ÁngeluslarazonLa Razón

En estos días de zozobra e incertidumbre ante lo que se avecinan en nuestro país, desde la Iglesia Católica anima a todas las Diócesis españolas que promuevan que todos sus templos hagan sonar con fuerza sus campanas a la hora del Ángelus, las doce del mediodía, para apoyar a los enfermos y mostrar su respaldo a todos los trabajadores que se están jugando la vida en esta alerta sanitaria por nosotros, como son los profesionales sanitarios, cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, farmacéuticos o empleados de establecimientos de alimentación.

Un pequeño gesto que los cristianos quieren hacer extensivo también a las personas con más riesgo y vulnerables, como son los niños, mayores y enfermos crónicos, además de a los padres, madres, abuelos y educadores. Igualmente, llaman a rezar por los que están viviendo esta situación de emergencia en soledad; por quienes carecen de hogar o de lo imprescindible para vivir; or las diversas autoridades públicas; y, por último, por los sacerdotes, los Monasterios de vida contemplativa y la vida consagrada, ya que con su oración y entrega siguen dando esperanza a todos los ciudadanos.

También propone la Iglesia Católica en España que, como conclusión del Ángelus, los cristianos digan juntos estos días y a esa hora la oración del Papa Francisco:

“Oh María, Tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y esperanza. Nosotros nos encomendamos a Ti, salud de los enfermos, que ante la Cruz fuiste asociada al dolor de Jesús manteniendo firme tu fe. Tú, Salvación de todos los pueblos, sabes lo que necesitamos y estamos seguros de que proveerás para que, como en Caná de Galilea, pueda regresar la alegría y la fiesta después de este momento de prueba.

Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la voluntad del Padre y a hacer lo que nos dirá Jesús, que ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos. Y ha tomado sobre sí nuestros dolores para llevarnos, a través de la Cruz, al gozo de la Resurrección. Amén.

Bajo tu protección, buscamos refugio, Santa Madre de Dios. No desprecies las súplicas de los que estamos en la prueba y líbranos de todo peligro, ¡oh Virgen gloriosa y bendita!¡Qué el Señor os bendiga, os guarde y os conceda la paz!