Política

Igea defiende evaluar más las políticas públicas y agitar menos las banderas

El vicepresidente advierte del «rencor» como arma arrojadiza entre los dirigentes

El vicepresidente y consejero de Transparencia, Ordenación del Territorio y Acción Exterior, Francisco Igea, promotor del ciclo de formación
El vicepresidente y consejero de Transparencia, Ordenación del Territorio y Acción Exterior, Francisco Igea, promotor del ciclo de formaciónJcyl

El vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, protagonizaba ayer junto a los escritores e historiadores José Ángel González Sáinz y Agustín García Simón un intenso debate en una mesa redonda telemática para hablar sobre la «Tercera España».

Durante una de sus intervenciones, Igea advertía de que el «rencor» y el «extremismo» se ha instalado en buena parte de la clase política española y que este hecho «pone en peligro la estabilidad y el crecimiento del país. Y frente a esta «política de trincheras», el también portavoz de la Junta reivindicaba la Educación como la mejor medicina pero también los números y los hechos «como alternativa a la práctica de agitación de banderas». En este sentido, Igea aseguraba que la evaluación de las políticas públicas «nos obliga tanto a las administraciones como a los dirigentes a ser mejores y más buenos en la gestión de los recursos públicos».

También aprovechaba el debate para recetar la lectura de autores como Clara Campoamor o Chaves Nogales, que enclava en la denominada «Tercera España», y que en su opinión deberían ser «obligatorias», para frenar también este creciente frentismo y regreso a las trincheras de la nueva política.

También criticaba el «ombliguismo» del nacionalismo que, a su juicio, lastrado a España a lo largo de los últimos siglos, y reivindicaba también el proyecto de integración en la Unión Europea,. Y aunque afirmaba que este se encuentra algo «difuminado», destacaba que sí sirvió para aglutinar una «ilusión» que quiere recuperar.

Por el contrario, Igea se mostraba sorprendido de que no se generalice la idea de la política en sentido positivo, apelando a la “ilusión, la bondad y los valores positivos”, declaró. “Llamar al combate siempre es heroico, pero creo que es mejor llamar a la gente a lo positivo, a la reforma, a la realidad, y tengo intención de hacer política de esa manera, creo que es mucho mejor”, reconocía

En el debate, que ha dado sus primeros pasos con vocación de continuidad, también participaron el escritor, ensayista y profesor José Ángel González, y el escritor, historiador y periodista, Agustín García Simón. El primero de ellos lamentaba que las sociedades actuales “no han digerido mínimamente el siglo XX” porque “quedan residuos ideológicos muy candentes de lo peor de ese siglo, que son los totalitarismos”.

En su caso, abogaba por instalar en el sistema educativo “depuradoras de residuos ideológicos tóxicos” que, a su juicio, son los que derivan en los totalitarismos que “prenden en situación de crisis” que tienen una “potencia” capaz de “seducir respuestas rápidas y vanguardistas a las crisis personales de identidad”. Además de que consideraba que no se tiene capacidad de diálogo, González advertía de que no se sepa “ver la realidad” y los hechos.

“Vivimos en un momento en el que los aparatos de propaganda son brutales y nos puede pasar factura”, apuntaba.

Por su parte, Agustín García Simón señalaba que la lectura de Clara Campoamor tendría que ser “obligatoria” siempre y cuando hubiera unos maestros “decentes” que explicaran el fenómeno de la Tercera España que entiende que la “aberración” a la que conduce el odio “no es aceptable”, al tiempo que denunciaba que desde la Logse España cuenta con “tres generaciones de neoanalfabetos”.

Por último, apelaba al mantenimiento de la “sensatez humana” y rechazó la posibilidad de “manosear” los tres poderes. “Hay que levantar la voz para que se vea que hay una alternativa a la manipulación de la historia” y pidió “expandirla” porque “siempre queda algo en el pensamiento y el corazón humano”, sentenciaba.