crisis sanitaria
Marcapáginas, carteles, chapas o recomendaciones sanitarias son algunas de las acciones con las que los alumnos de tercero y cuarto de la ESO del Colegio Santo Ángel, de la capital palentina, quieren poner su granito de arena en la crisis sanitaria, pero también social y económica. Englobado en un proyecto de Aprendizaje y Servicio sobre el impacto del COVID-19, la apuesta solidaria se convierte en un trabajo para la comunidad y la ciudadanía palentina.
La iniciativa surge como una línea educativa del centro, dado que este tipo de proyectos “están ayudando a plasmar todas las nociones del aula en el día a día, con una proyección social”. Es decir, “aprendizajes que aportan valor a la sociedad”, afirma en declaraciones a la Agencia Ical la directora del centro, Inmaculada Martín.
Para llevarlo a cabo, se partió de la situación actual, “al analizar qué es lo que ocurre en el entorno, para proceder a investigar y profundizar sobre ello”. A lo largo de ese trabajo, “caracterizado por el aprendizaje, se obtiene la respuesta estudiantil a modo de servicio a la sociedad”, aclara.
Martín traslada que todo comenzó en el mes de noviembre, durante un día a la semana en el espacio de una asignatura. Actualmente, dentro de la fase final, los resultados están encima de la mesa y “se están prestando servicios a las necesidades que los alumnos han encontrado”. Un claro ejemplo se estructura en el eje del comercio local, con el objetivo de incentivar el consumo de cercanía.
El trabajo escolar, caracterizado por marcapáginas que recuerdan la importancia de ese consumo, ha despertado el interés de la Asociación Palencia Abierta, anuncia, ya que la idea es que se regalen con cada compra y así ayudar a concienciar la importancia de la compra en el pequeño comercio.
La también profesora de Educación Secundaria subraya que dicho proyecto radica en dos claves fundamentales, donde “la escuela tiene que enseñar para la vida, así como que la vida tiene que entrar en la escuela”. Por su parte, en segundo lugar, entra en juego la experiencia, ya que “los aprendizajes se adquieren mejor de la mano de la experiencia, que se lleva a la práctica”. Hoy en día, “es un reto y una necesidad que la escuela aporte valor social en el mundo”, asegura.
Acciones comprometidas
El trabajo comunitario se enmarca en diferentes ejes, explicados por Claudia Marcos, Aitana Rodríguez, Alonso Revilla, Águeda Marcos y Mirella Román, todos ellos alumnos de tercero y cuarto de la ESO. Enlazando el comercio local con la Sanidad, se realizaron unas chapas que han sido repartidas por los centros sanitarios, junto a un cartel explicativo, para “mostrar a los sanitarios el apoyo durante esta situación”.
Las chapas, con el lema ‘Yo confío en ti’, han llegado al Hospital Río Carrión, a un centro de salud y a una clínica dental. Por otro lado, no se ha querido olvidar de los docentes y a las personas mayores, por lo que realizaron unos marcapáginas para agradecer el esfuerzo del profesorado, por un lado, así como para “hacer saber a los mayores que siempre están a nuestro lado y que nunca van a estar solos”.
Dichos elementos se han llevado a otros colegios, como al Santa Clara de Asís y Santo Domingo de Guzmán, además del propio centro. A mayores, se ha trabajado para inculcar la responsabilidad y concienciación entre los jóvenes y el alumnado. Para ello, se llevaron a cabo una serie de charlas en las que se recordaron las normas de seguridad para reducir los contagios y proteger a los compañeros.
Los cinco alumnos explican a Ical que con este proyecto “han aprendido a valorar más los pequeños gestos de las personas y a los sectores económicos que intervienen en el transcurso de la sociedad, sin menospreciar a unos u otros por su tamaño o dedicación”. Y es que, “una pequeña acción puede significar resultados mucho más grandes”. De esa forma, señalan que, además de aprender, han identificado la “importancia de poner todos los conocimientos en práctica”.
Apoyo local
A mayores, los alumnos Pedro Carracedo, Álvaro González, Sara Rodrigo y Olivia Hueso, mediante una carta en torno al proyecto, ponen en valor a Palencia, al ser una ciudad pequeña, pero también un lugar “perfecto y saludable para vivir. Pero esto solo se puede mantener si todos los ciudadanos apoyan la economía local”. “Quizás no tengamos la oferta de grandes ciudades, pero nuestras necesidades pueden estar cubiertas con calidad y atención personalizada, en cada uno de los establecimientos comerciales que tenemos en la ciudad”.
“Si queremos mantenernos y crecer, si buscamos que el turismo se acerque a nuestros espacios, tenemos que cuidarnos entre todos. Es también nuestra responsabilidad que el lugar donde vivimos sea el mejor del mundo. Esto no se compra, se construye con una ciudadanía responsable que apoya a su ciudad”.
Además, apuntan la importancia de “mantener el comercio abierto, crecer en la creación de empleo, cuidar los servicios especializados, apoyar a los profesionales que nos ayudan a elegir los productos más adecuados, pasear por calles con escaparates que transmiten vida a la ciudad”. Acciones conjuntas que son “tarea de todos” para obtener beneficios que “revierten en la economía palentina”.