Covid

Las secuelas psicológicas de 1.300 médicos de Castilla y León

El miedo a ser contagiado y a contagiar, el elevado estrés al estar primera línea o las interminables jornadas de trabajo o la escasez de personal, entre ellas

Hospital Pío del Rio Hortega de Valladolid
Hospital Pío del Rio Hortega de ValladolidNacho GallegoAgencia EFE

El miedo a ser contagiado y a contagiar a los demás, el elevado estrés que supone estar en primera línea de la lucha contra el coronavirus, las interminables jornadas de trabajo o la escasez de personal y de material.

Estas, y muchas otras, son las causas por las que más de 1.300 profesionales sanitarios de Castilla y León han tenido que solicitar atención psicológica durante la pandemia del coronavirus que todavía se deja sentir en los médicos y en sus familias.

”No somos héroes. Somos personas normales que hacemos nuestro trabajo y ayudamos a los demás. Siempre lo hemos hecho, pero nadie está preparado para afrontar una pandemia que dura ya más de año y medio. Y esto deja secuelas en muchos de nosotros”. Es el testimonio de un médico de atención primaria de un pequeño pueblo de Zamora que a los siete meses de comenzar la pandemia solicitó participar en el programa de apoyo psicológico para profesionales sanitarios impulsado por el Sacyl.

Al principio, recurrió a un psicólogo privado pero finalmente, y ante el poco avance que experimentó, decidió participar en este programa. ”Tuve cierta mejoría, especialmente con la llegada de la vacuna porque pensé que esto iba a acabar. Pero sigo teniendo dudas y más viendo lo que está ocurriendo, por ejemplo en Israel. Ahora tomo medicación para controlar mi ansiedad y poder realizar mi trabajo, que no es más que ayudar a los demás”, relata este médico, quien reconoce, entre lágrimas, que en algún momento hasta ha pensado en dejar la medicina porque había momentos en los que “no podía mas”.

”No es solo por mí, es el miedo a llegar a casa después de tratar casos covid y que contagies a tus hijos o a tus padres. Este miedo era muy fuerte durante los primeros meses de la pandemia, casi paralizante, pero ahora, aunque las cosas están mejor, sigue ahí”, explica en declaraciones a la agencia Efe.

El impacto emocional y psicológico que tiene la crisis del coronavirus en los profesionales sanitarios se extiende a sus familias porque muchos desarrollan fobias a estar en sitios cerrados o incluso trastornos obsesivos sobre las medidas anti-covid que dificulta no solo su vida, sino la de las personas que están a su alrededor, explica uno de estos psicólogos que participan en este programa. ”Muchos llegan a nosotros con miedos y situaciones que nunca antes habían experimentado y ayudarles es básico, porque debemos cuidar a los que nos cuidan”, relata a Efe este psicólogo.

”Cuanto has visto lo que hemos visto es inevitable que tengas una especie de radar covid que hace que veas en tu vida normal el peligro en cualquier parte. Incluso aunque sepas que es irracional, no puedes dejar de pensar en ello”, cuenta este médico de atención primaria que a tres días de comenzar sus vacaciones “no pudo más” y tras una crisis de ansiedad le dieron una baja.

Y no es solo por el coronavirus. La cantidad de trabajo a la que están sometidos estos profesionales, muchos de ellos en pequeños consultorios donde solo trabajan un médico y un enfermero, hace que tengan que alargar su jornada laboral todos los días. “Debería terminar a las 14:30 y nunca llego a casa antes de las 17”, explica, “y si sumas todo lo que llevamos pasado, llega el día en el que explotas, y no puedes más”.

Y luego ves a mucha gente que no respeta las normas, que no se pone la mascarilla, que se van de juerga...e incluso a mi alcaldesa organizando actos para las fiestas del pueblo y abriendo las peñas. Y claro, a la semana teníamos un brote bastante grande en el pueblo”, se lamenta este médico, que reconoce que las fobias que ha desarrollado no sabe si le permitirán “volver a ser el que era” antes de la pandemia, aunque está en ello.

Terapias grupales y talleres

Para ayudar a estos profesionales, la Junta de Castilla y León puso en marcha este plan de apoyo psicológico por el que ya han pasado 1.323 sanitarios, en concreto 938 profesionales hospitalarios y 385 de atención primaria, según los datos facilitados por la Consejería de Sanidad. La solicitud de la atención es directa y en todos los hospitales se ha puesto a su disposición un correo electrónico específico o un número de teléfono que garantiza el anonimato.

Además, en algunas de las áreas de salud se puede tramitar esta solicitud a través de Salud Laboral o de los servicios de prevención. La forma de contacto es accesible en la intranet del hospital y en el portal de salud y el tiempo de respuesta por parte de los servicios de salud mental es prácticamente inmediato.

Pero esta atención no solo se limita a sesiones individuales. Existen terapias grupales y talleres para prevenir y descargar la ansiedad en la que participa cualquier profesional, desde el que acude como complemento a su terapia individualizada, como el que tan solo requiera una atención más puntual. Además, en las áreas de salud de Valladolid Oeste y Zamora se ha creado una página web con información de apoyo y soporte para todos los profesionales y donde se han realizado varias ediciones de un programa en línea de ‘mindfulness’ para trabajadores de la salud, con 1.373 inscripciones.

Por otra parte, el servicio de Psiquiatría y Salud Mental del Área de Salud de El Bierzo está colaborando con la Unidad de Calidad y Seguridad del Paciente en un proceso dirigido a paliar la potencial desmotivación y desgaste de los profesionales asociada a la llamada “fatiga pandémica” con acciones de mejora en comunicación, experiencia e interacción social.

Entre sus actuaciones se encuentra la disponibilidad de un teléfono de apoyo 24 horas con intervenciones inmediatas de baja intensidad y que a su vez derivaría casos a los programas específicos de atención, en especial para profesionales en aislamiento o en las primeras líneas de atención a COVID.

”Quiero volver a ser el que era, volver a enamorarme de mi profesión y no tenerle miedo. Que nos den medios para ejercerla. Y a la sociedad, solo les pido que respeten las normas y sean cuidadosos. Menos aplausos y más cuidarse”, sentencia.