Salud mental
“Hay que hablar del suicidio y normalizarlo, como se hace con los accidentes de tráfico o el cáncer”
Elena Briongos, presidenta de Salud Mental Castilla y León, reclama más recursos económicos y psicólogos para hacer frente a la demanda de atención que tienen derivada de la pandemia
Este domingo se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, una jornada que se conmemoró por primera vez en 1992 para llamar la atención sobre la importancia de la salud mental. Desde entonces, la Organización Mundial de la Salud (OMS) se une a la conmemoración y apoya la iniciativa que trata de dar visibilidad a un problema, como son los trastornos mentales, que pueden afectar a cualquier persona en algún momento de su vida, así como para poner en valor el trabajo y compromiso de las asociaciones en defensa de los derechos de estas personas y de su calidad de vida.
Salud Mental Castilla y León es una de ellas e integra once asociaciones locales y 18 delegaciones rurales donde se atiende a más de 4.300 personas y cerca de 900 familias del entorno cercano. Entidades que ofrecen espacios de participación ciudadana y que gestionan programas y recursos de apoyo social como asistencia personal, intervención familiar, itinerarios de empleo, atención residencial, vida independiente, autonomía personal y ocio o tiempo libre.
Elena Briongos es su presidenta desde hace casi tres años además de ser usuaria, puesto que padece una enfermedad mental desde los 18 años a la que se enfrenta cada día con fuerza y tenacidad, pero, sobre todo, con renovadas ilusiones porque, como apunta a LA RAZÓN, “hay que vivir cada día lo mejor que se pueda, pero, sobre todo, con alegría, que es la mejor terapia para afrontar los problemas”.
Cuenta Elena que su paso por la presidencia de Salud Mental en esta Comunidad le está ayudando bastante a plantar cara a su trastorno, así como a conocer gente, algo que agradece, pero, sobre todo, destaca que le está sirviendo para poder echar un mano a más personas que pueden apoyarse en su ejemplo. “Esto es lo más importante”, apunta.
Sobre todo ahora que se empieza a ver la luz al final del túnel después de más de un año y siete meses de crisis sanitaria del coronavirus que, según advierte, ha tenido sus consecuencias. Por un lado, el incremento de personas, muchas de ellas jóvenes, que nunca habían ido a las asociaciones a pedir ayuda pero que ahora lo hacen, lo que está provocando a su vez que las entidades no den abasto y se encuentren un poco desbordadas. Y, por otro, el esfuerzo extra que están teniendo que hacer para conseguir que los usuarios que acudían a las asociaciones vuelvan a ellas, ya que muchos dejaron de ir a las actividades y terapias por “miedo” a contagiarse.
Ante esta situación, Elena Briongos quiere aprovechar este Día Mundial de la Salud Mental para reclamar a las administraciones más recursos para poder hacer frente a este nuevo escenario que ha traído la covid, ya sea en forma de dinero o de recursos humanos como psicólogos y psiquiatras, algo que, en su opinión, es fundamental y hay una carencia importante.
Al respecto, desde la Junta, el gerente regional de Salud, Manuel Mitadiel, ha reconocido este año y ha avanzado recientemente que el Gobierno regional está trabajando en una estrategia regional sobre Salud Mental, que estará lista una vez se aprueba la nacional, en la que intentará conseguir una atención psicológica más accesible dentro de la Atención Primaria y tendrá como prioridad también “desmedicalizar” el tratamiento de la enfermedad mental.
De hecho, según datos facilitados por Salud Mental, en España el 10 por ciento de la población consume tranquilizantes, relajantes o pastillas para dormir, y en mayor medida las mujeres.
Medidas que Elena Briongos ve con buenos ojos aunque insiste en que lo que está reclamando más en estos momentos el colectivo es una atención más personal en la que haya una valoración y una diagnóstico más ágil y rápido. “No puede ser, como está ocurriendo, que haya personas con algún trastorno mental que tarden hasta tres meses en ser recibido por un psiquiatra”, lamenta, mientras advierte del aumento de los suicidios en España y llama a poner cara a esta lacra que se lleva miles de vidas cada año de forma silenciosa. De hecho, se estima que en España se quitan la vida diez personas al día. ”Hay que hablar del suicidio, sin tapujos ni miedo, porque cuando una persona tiene ideas suicidas y se le da la posibilidad de escucharle, iría mucho mejor”, apunta, mientras insiste en que España no se puede permitir el lujo de ver como los jóvenes prefieren suicidarse porque es la única solución que encuentran para tener paz interior.
En este sentido, recuerda a los responsables públicos que cada día que pasa “es un día perdido y de sufrimiento”. “Hay que hablar del suicidio y normalizarlo, al igual que se hace de los accidentes de tráfico o el cáncer”, señala Briongos, que ya ha pedido en varias ocasiones que se ponga en marcha un número de teléfono de tres cifras dirigido a personas con ideas suicidas que esté atendido por personas preparadas para ello.
Vencer la desigualdad económica, para que la pobreza no sea un factor de riesgo a la hora de cronificar un problema de salud mental; hacer frente a los desequilibrios geográficos, con una mirada solidaria hacia el medio rural y que el derecho a la salud mental no dependa del lugar de residencia; y derrotar a la desigualdad de género y múltiple que existe en la sociedad -se estima que tres de cada cuatro mujeres en España con problemas de salud mental han sufrido en algún momento de su vida violencia familiar o de la pareja-, con una discriminación positiva hacia las mujeres y favoreciendo la conciliación familiar, son algunas de las reivindicaciones de este colectivo.
También demandan que las residencias de personas mayores cuenten con servicios especializados en salud mental “para que nadie en su vejez viva en el olvido”, además de más esfuerzo y compromiso de las administraciones públicas en materia de investigación y una mayor sensibilización en el ámbito educativo, empezando a edades cada vez más tempranas en los colegios, con el reto de conseguir erradicar el estigma que aún hoy existe en la sociedad hacia las personas que padecen algún trastorno mental.
Al respecto, Elena Briongos apunta a la necesidad de fortalecer en las aulas la educación emocional, como una actividad escolar más para enseñar a los jóvenes alumnos a actuar frente a la frustración y ante las actitudes de rechazo y violencia. Asimismo, la presidenta regional de Salud Mental recuerda que en estos momentos el 84 por ciento de las personas con problemas de salud mental “carecen” de un proyecto de vida apoyado desde el trabajo, por lo que reclama también más medidas de estímulo a estas personas para que puedan acceder al mercado laboral y, de paso, ganar en autonomía, participar en la sociedad y seguir creciendo en lo personal.
“Trabajar por la calidad de vida de las personas con trastornos de salud mental es hacerlo por el bienestar de la sociedad y por su futuro”, apunta Briongos, quien anima también a la práctica deportiva como herramienta y método que puede ayudar en el proceso de recuperación.
Finalmente, Briongos hace referencia al medio rural y reafirma su apuesta por elproyecto JULIAnacido para dar nuevas oportunidades al desarrollo personal y social de las mujeres que viven en los pueblos con problemas de salud mental, así como capacitarlas para el análisis crítico de las desigualdades relacionadas con el género, la discapacidad y la salud mental. Objetivo: potenciar las capacidades y recursos de las mujeres rurales, fomentando procesos de reflexión y acción conjunta favoreciendo su empoderamiento, su necesidad de poder elegir en libertad su propia vida y diseñar un proyecto de vida personal
✕
Accede a tu cuenta para comentar