Investidura
Mañueco, presidente de Castilla y León con los 31 escaños del PP y los 13 de Vox
Sobre la nueva Ley de Violencia Intrafamiliar que iniciará su trámite antes de agosto aseguró que no se va a dar ni un paso atrás en los derechos reconocidos de las mujeres
Como se preveía, no hubo sorpresas y el popular Fernández Mañueco fue investido a las 21,33 horas de ayer lunes 11 de abril como presidente de la Junta de Castilla y León para la undécima legislatura, gracias a los votos de los 31 procuradores de su partido, el PP, y los trece de Vox, sumando un total de 44, tres más de la mayoría absoluta fijada en 81 escaños. El resto de formaciones votaron en contra sobre todo porque consideran “pernicioso” para la Comunidad la entrada de Vox en las instituciones.
De hecho, Castilla y León es la primera región de la España autonómica en la que la formación de Santiago Abascal tendrá responsabilidades de Gobierno. El portavoz de Vox en las Cortes, Juan García-Gallardo, se mostraba orgulloso de pertenecer a este nuevo Gobierno de coalición entre PP y Vox, que defendía con vehemencia por sus bondades y porque supone una prueba de madurez también para ambos partidos.
Además, trasladaba al presidente en funciones que se mantenga firme y que esté tranquilo, porque Vox es un partido de fiar que no le traicionará, en referencia a sus ex socios de Ciudadanos en la pasada legislatura.
Mañueco tomará posesión de su cargo el martes que viene, 19 de abril, una vez que termine la Semana Santa, mientras que los consejeros de su nuevo Gobierno lo harán un día más tarde.
Las primeras palabras de Mañueco tras ser investido eran para reconocer lo que está en juego, que es el futuro de Castilla y León y el de sus ciudadanos, a quienes insistía en que PP y Vox les ofrecen un Gobierno solido y estable para los próximos cuatro años.
También reconocía haber vivido la sesión parlamentaria “con intensidad, emoción y responsabilidad, siendo consciente de que lo que se decidía.
Y es que la de hoy ha sido sesión plenaria histórica, por la entrada de Vox, maratoniana y, sobre todo, intensa especialmente durante el cara a cara entre Fernández Mañueco y el socialista Luis Tudanca, sobre todo a cuenta de dos de las medidas más polémicas de Vox aceptadas por el PP, como la nueva Ley de Violencia Intrafamiliar que iniciará su trámite antes de agosto de este año, y la nueva normativa que impulsarán PP y Vox en materia de concordia, en detrimento del decreto de Memoria Histórica, cuya tramitación comenzará incluso antes de verano.
Respecto a la primera, Mañueco aseguraba que no se va a dar ni un paso atrás en los derechos reconocidos de las mujeres y que esta Ley lo que hará será generar nuevos derechos y protegerá a todas las víctimas. Mientras que respecto a la segunda, Mañueco aseguraba que se pondrá en marcha para evitar el uso de la historia para dividir a los españoles.
El socialista Tudanca, por su parte, auguraba «tiempos oscuros» en Castilla y León con este Gobierno de PP y Vox y avisaba a ambas formaciones que darán la batalla a la «extrema derecha» y que tendrán enfrente a los socialistas si «ponen en riesgo» los derechos, las libertades y la igualdad de los ciudadanos, en general, y de las mujeres en particular.
También fue una sesión singular por cuento debutaban en ella el dirigente de Voz y futuro vicepresidente de la Junta, Juan García- Gallardo, así como el portavoz de Soria ¡Ya!, Ángel Ceña, líder de la formación que sorprendió a todos el pasado 13 de febrero al lograr tres escaños en las urnas. Gallardo defendía el pacto, trasladaba a Mañueco que éste tranquilo, porque Vox es un partido de fiar, y reafirmaba su apuesta la igualdad entre españoles y por poner la familia y la natalidad en el centro
Mañueco contestó a todos y cada uno de los portavoces parlamentarios para intentar convencerles de las bondades de su acuerdo de coalición con Vox, a quienes pidió que disipen sus dudas porque todas les medidas que se pongan en marcha estarán bajo el paraguas constitucional y del Estatuto de Autonomía de Castilla y León.
El líder popular recordaba en primer lugar que este pacto refleja la voluntad de los castellanos y leoneses expresada en las urnas y, en segundo término, garantizará la estabilidad a Castilla y León en los próximos cuatro años.
«Es un acuerdo beneficioso para mejorar la calidad democrática y necesario para construir el futuro de nuestra tierra», decía Mañueco, convencido de que se impulsará el futuro de la Comunidad, se mejorarán los servicios públicos y se creará empleo. «
El presidente en funciones decía que asume esta responsabilidad con ambición y garantizaba a todos los castellanos y leoneses que lo mejor «está por llegar» y que lo hará de la mano de su Gobierno.
Asimismo, defendía la España de las autonomías, asegura que la Unión Europea seguirá siendo un espacio de convivencia, progreso y entendimiento, avanzaba una revolución fiscal, con las familias, las pymes y el medio rural como protagonistas, y reafirmaba su compromiso por conseguir que Castilla y León sea referente en España y su futuro.
En la presentación de su programa, anunciaba una bajada del IRPF autonómico en su primer tramo para todos los contribuyentes este mismo año en el marco de una “revolución fiscal” a lo largo de esta legislatura, junto con un plan anticrisis de 400 millones con medidas para aligerar la factura energética para empresas y familias.
El debate de investidura contaba con la presencia del líder de Voz, Santiago Abascal, para quien ahora se abre un periodo de esperanza y se mostraba convencido de que la gente podrá ver en poco tiempo en este Gobierno de Castilla y León que hay una «alternativa» también para España
En el lado del PP no estuvo presente en el hemiciclo Alberto Núñez Feijóo, pero sí la ex presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, y el vicesecretario de la nueva Ejecutiva del partido, Pedro Rollán, quien defendía a Mañueco y su Gobierno al asegurar que los castellanos y leoneses pueden estar tranquilos «porque están en las mejores manos».
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