Toros

La Junta fecha la aprobación del nuevo reglamento taurino en los últimos meses de 2023

La Agencia de Protección Civil, encargada de la redacción del borrador, constituirá a partir de enero los grupos de trabajo que “profundicen en los aspectos más relevantes y aborden las novedades y cuestiones controvertidas”

Encierros de Cuéllar
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La Junta de Castilla y León espera aprobar el nuevo reglamento taurino de la Comunidad a finales del año 2023. Ese es el horizonte temporal que maneja la Agencia de Protección Civil y Emergencias de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, que es la encargada de la elaboración del texto con la directora general, Irene Cortés, al frente.

Actualmente, y tras el trámite de consulta previa llevado a cabo en los últimos meses, la Agencia de Protección Civil y Emergencias se encuentra trabajando en un borrador del proyecto de decreto mientras mantiene, en paralelo, reuniones con los diversos sectores interesados, que incluyen a los médicos, los ganaderos y los organizadores de espectáculos taurinos, entre otros colectivos.

Dichas reuniones están sirviendo, junto a las propuestas recibidas por escrito y a la propia experiencia de la Junta acumulada en la materia, para “abordar las novedades o cuestiones controvertidas” en el borrador del proyecto de decreto en el que trabaja la Agencia de Protección Civil, según revelaron fuentes de la Consejería de Medio Ambiente a la Agencia Ical.

Con todo ello, se concluirá un primer borrador antes de que acabe el año que servirá de base para los grupos de trabajo que la Agencia de Protección Civil y Emergencias pretende constituir a partir del mes de enero, con el objetivo de que “profundicen en los aspectos más relevantes en la materia taurina”.

En los grupos de trabajo estarán representados todos los sectores vinculados al mundo taurino, entre los que se encuentran ganaderos y profesionales del sector, organizadores de espectáculos taurinos, sanitarios, aficionados, escuelas taurinas o garantes de la seguridad pública durante el desarrollo de los espectáculos que regulará el nuevo reglamento.

Las conclusiones de cada grupo de trabajo se presentarán posteriormente en la reunión de la Mesa de la Tauromaquia que convocará la Junta de Castilla y León, sin fecha aún definida, pero que servirá para elaborar el texto definitivo que se someterá a la tramitación para su aprobación, presumiblemente, a finales del año 2023.

Simplificación de los trámites

El proyecto de Decreto por el que se regirán los espectáculos taurinos tiene por objetivo recopilar, en un único texto, la regulación autonómica de este tipo de acontecimientos, tanto en relación a los festejos mayores que se celebran en las plazas de toros de las principales ciudades de la Comunidad, como con respecto a los espectáculos taurinos populares, así como el régimen por el que se rigen las escuelas taurinas de Castilla y León.

El fin último es actualizar la normativa vigente, aprobada en 2008 y en vigor desde el 1 de febrero de 2009, para “adaptarse a los tiempos”, así como simplificar los trámites para su desarrollo, dando respuesta a las necesidades existentes en el sector. No obstante, todo ello y según la Junta, “con la debida garantía de la integridad de los espectáculos de tauromaquia y la defensa de los intereses y derechos de los profesionales, el público y todos los sectores implicados”.

Unificación con otras comunidades

Precisamente la simplificación y “agilización” de los trámites y la reglamentación es una de las peticiones del sector, como explica a Ical el presidente de la Unión de Criadores de Toro de Lidia de Castilla y León, Antonio Bañuelos, que también solicita a las administraciones que “unifiquen los reglamentos” en toda España porque “a veces hay que descargar cada reglamento en cada comunidad para saber qué normativa hay”.

Otra de las peticiones del sector se centra en el abaratamiento del montaje de los espectáculos taurinos menores, dado que “no habrá futuro para la tauromaquia si no hay novilladas en los pueblos”. Para ello, “es esencial que el coste de la producción sea menor para que los promotores repitan y progresen”, porque ahora “no les da para pagar”. Todo, en suma, con el objetivo de que el sector de la tauromaquia pueda “dejar de vivir de las subvenciones y sea capaz de autofinanciarse”.