Cultura
500 versos, 50 años después
El poeta Antonio Colinas celebra medio siglo de ‘Sepulcro en Tarquinia’, uno de los grandes poemarios de la literatura española contemporánea, que supuso la confirmación de su voz desde un afán rupturista y que resiste con vigor al paso del tiempo
Corría la primavera de 1972. Salpicada por el mar de Tirreno, en plena Liguria italiana, la localidad de Monterosso al Mare alumbra uno de los grandes poemarios de la literatura española contemporánea. Bajo el título de ‘Sepulcro en Tarquinia’, vería la luz tres años más tarde, en 1975. Justo el momento en el que otro ilustre residente de éste, el municipio más occidental de la bucólica región del Cinque Terre, un tal Eugenio Montale, genovés, recibe el Premio Nobel de Literatura. En ese tiempo y en ese lugar, al borboteo de ese caldo de cultivo, tan fértil, brota de la pluma de Antonio Colinas, leonés de paso en Italia, un géiser de casi medio millar de versos.
“Fue la confirmación de mi voz”, reconoce con firmeza a Ical. Una voz, la del poeta, narrador, ensayista y traductor bañezano, ahora afincado en Salamanca, que en ese libro, editado entonces por Siruela, emerge como “una voz nueva, rupturista” a través de un texto “muy misterioso” que ya cuenta con varias generaciones de lectores. Por esta obra, obtuvo el Premio Nacional de la Crítica en 1976. “Por una u otra razón, después se ha destacado también como mi libro más brillante, aunque yo, como se dice de los hijos, los prefiero a todos”, explica.
Con motivo de su 50 aniversario, Siruela sacó esta semana al mercado literario una nueva edición de ‘Sepulcro en Tarquinia’ acompañada por los comentarios de dos prestigiosos hispanistas, un artículo crítico del especialista en el mundo clásico Vicenç Beltran y una instrucción a cargo de la catedrática de la Universidad de Roma Isabella Tomassetti. El libro incluye un código QR que enlaza con la grabación del concierto ‘Poema Sinfónico sobre Sepulcro en Tarquinia’, obra del compositor Juan Carlos Ramos, basada en el libro homónimo del poeta leonés que se estrenó el 30 de agosto de 2023 en el Teatro Municipal de La Bañeza,
Afán de ruptura
Preparando la edición, el escritor admira cómo resiste el paso del tiempo, aunque reconoce en sus páginas una estética “muy de aquella época” y que, según explica, “nació contra las corrientes dominantes”. Por un lado, la poesía neoclásica y, por otro, la poesía social. “La aportación del libro es un nuevo lenguaje, una nueva sensibilidad poética”, reflexiona el autor, sobre una obra que recoge la “lucha” entre lo que él llama “el mundo italiano”, allí donde reside, ese evocador Monterroso al Mare de La Spezia, y “el origen”, Castilla y León, donde esta voz que vino a confirmar hunde sus raíces.
El afán rupturista, por tanto, anida en la motivación para renovar la poesía de la época. “Me pasó algo muy extraño con este libro. A medida que lo escribía, me parecía que el poema me rebosaba en la página. Quería que el poema fuera, en fin, aroma. Y ello me llevó a tener que, incluso en algunos momentos, prescindir de la puntuación. Hay, sobre todo en el poema central, una carga irracionalista muy fuerte, de tal manera que toda la realidad se atomiza, se deshace. Así que el poema buscaba eso, la novedad, sobre todo, la novedad”, reflexiona, quien fuera nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Salamanca en junio de 2023.
No obstante, el escritor conserva una anclaje con el entorno social que le rodea y del que bebe irrenunciablemente. “Hay esa base también más cercana a lo que fue mi generación, que es la base cultural, pero como yo digo siempre, una cultura asumida, una cultura no gratuita o ligera, sino la cultura detrás de la cual está la vida”, matiza. Así sucede, por ejemplo, con la descripción de algunos personajes que, según matiza el poeta, “no son meros retratos, sino alusiones a otros temas, como los ideales de belleza, de verdad, temas más graves como la muerte”.
Cambio de paradigma
Lo cierto es que, en cierto modo, esta obra cambió su relación con la poesía. “A lo largo del tiempo, de una manera aparente o subterránea, mi voz siempre ha estado ahí, que es una voz emotiva, cercana a la emoción, a la intensidad, a cierto grado de pureza formal. Pero qué duda cabe que en este libro, como ya sucedía con el anterior, ‘Truenos y flautas en un templo’, había ese afán de ruptura”, añade. A partir de ahí, sobre todo desde ‘Noche más allá de la noche’, su poesía “fue evolucionando hacia el pensamiento, hacia la reflexión, hacia lo metafísico, hacia la meditación, una evolución que se ha acusado incluso más en los últimos libros”.
Con esta revisión, este nuevo acercamiento a ‘Sepulcro en Tarquinia’, Colinas abraza el sedimento que permanece incólume al paso del tiempo, pero suelta los más fugaz, aquello inherente a un momento concreto de su vida y su trayectoria como escritor. “Esa realidad atomizada y de esencia que aparece en este libro ha quedado atrás. Ha quedado atrás porque va muy unido, a la vez, a las vivencias, a aquella estancia mía en Italia y a aquellos veranos en los cuales trabajé en los poemas de las dos últimas partes. Por tanto, queda el libro, todo lo que hay en él. Y de vida pues ha desaparecido, queda el pasado”, admite con naturalidad.
Reconoce que aunque “asusta un poco” alumbrar una redición por un 50 aniversario, celebra, en este caso, las aportaciones de Isabella Tomasetti y, particularmente, de Vicenç Beltran, quien, desde su punto de vista, es capaz de desentrañar en un largo ensayo la verdadera esencia del poema central. “Se habla a veces tópicamente a la ligera de que es una historia o una historia de amor. No, no es tan sencillo el tema. Él ha indagado en el poema, en el texto, y se ha acercado bastante hacia esa presencia, a ese lado del misterio, en buena parte, que tiene el poema, que a través de la figura de la mujer, un símbolo poderoso y constante en mi obra, ha ido dando con la verdad de este texto, que es una historia de historias y es un poema de poemas”, concluye.