Economía

Alertan del cierre de fábricas de automóviles en España y la destrucción de miles de empleos

El Clúster de Automoción apunta la necesidad de que los vehículos de combustión no contaminantes convivan con las nuevas tecnologías a partir de 2035

El presidente de Facyl, Félix Cano, junto a la directora del cluster, Ana Núñez
El presidente de Facyl, Félix Cano, junto a la directora del cluster, Ana NúñezMiriam Chacón/Ical

La dinámica en la que está entrando el sector del automóvil comienza a ser muy peligrosa. Tanto para los fabricantes como para los consumidores, que día de hoy no sabe qué clase de vehículo debe adquirir, y eso a un precio desorbitado, incluido los coches de ocasión.

Y en un futuro no muy lejano eso puede derivar en el cierre de fábricas y en la pérdida de miles de puestos de trabajo, tal y como ha apuntado el presidente del Clúster de la Automoción de Castilla y León (Facul), Félix Cano, quien ha asegurado que este argumento puede ser una realidad en el caso de que los vehículos de combustión no contaminantes no convivan con las nuevos, como los eléctricos, a partir del año 2035. "No hay tiempo ni dinero para transformar las factorías en tan poco plazo", afirmaba de manera tajante.

Y es por ello que los fabricantes de vehículos de los principales países europeos, incluida España, se encuentran presionando a los respectivos Gobiernos para que esta transición se demore en el tiempo. En referencia a la entrada en vigor de la Euro 7, Cano indicaba que "los fabricantes deberán realizar inversiones importantes que ya no valdrán para 2035, algo que no solo afecta a las empresas de vehículo sino también para los productores de ruedas, por ejemplo".

Cano recordó, según recogió la Agencia Ical, que la primera convocatoria del Perte Vec fue “descafeinado por no decir desafortunado o un medio fracaso” al haberse adjudicado solo el 26 por ciento de los 3.000 millones de euros previstos, además de estar plagado de problemas. En cuanto al Perte Vec 2, precisó que están “expectantes”.

Por su parte, la directora de Facyl, Ana Núñez, reconoció que ayer se publicó “algo” que valoran positivamente como que la Comisión Europea está “reconsiderando” y “analizando” un nuevo enfoque sobre el veto a la combustión a partir de 2035. Pese a estar en un formato borrador y a falta de llegar a un acuerdo, la idea es dejar fuera de esa prohibición a los vehículos de combustión que funcionen con combustibles sintéticos o ecocombustibles. “Es una buena noticia por que recoge las peticiones del sector, que solicitaba que se tuviera en cuenta la posibilidad que la descarbonización no contemplara exclusivamente una solución vía vehículo eléctrico sino que también se consideren otras tecnologías, que tendieran a las cero emisiones”, añadió.

Félix Cano reconoció que la infraestructura vinculada al vehículo eléctrico no está aún bien desarrollada, tanto por la falta de postes de recarga como por la autonomía de las baterías. “Cubrir distancias de hasta 700 kilómetros de un punto a otro de una comunidad tan extensa como Castilla y León, de casi 95.000 kilómetros, no es posible ahora, por lo que es una tecnología no apta para aquí, por lo que apostamos por que los automóviles eléctricos convivan con otras tecnologías. Otra cosa es para desplazarse del alfoz a la ciudad o para circular dentro de ellas”, declaró.

El presidente del Clúster de la Automoción animó al ciudadano a perder el “miedo” a la incertidumbre al señalar que podrán circular con el vehículo que adquieran ahora “hasta que se gaste”. Una incertidumbre que, en su opinión, está relacionada con la caída de las ventas en el último año, que afecta, por tanto, a la fabricación, ya que en 2022 supuso dos tercios de lo que se producía antes de la pandemia del COVID. En datos, se traduce que las 17 plantas existentes en España han pasado de fabricar tres a dos millones de vehículos y las cinco factorías en Castilla y León, de 600.000 a 450.000. Una situación que se agravó por la falta de microchips, la invasión rusia a Ucrania, la subida de las materias primas y la energía.

Félix Cano destacó el peso del sector de la automoción y de componentes en la Comunidad, que fabrica el 20 por ciento de los que se producen en el conjunto del país, que emplea a 30.000 personas más otros 70.000 de forma indirecta, sin olvidar que aportan el 25 por ciento del Producto Bruto Interior (PIB) regional. También valoró que es la industria más exportadora en lo que va de siglo, que sobrepasa el 50 por ciento, al sumar los fabricantes y los componentes.

Además, declaró que todas las multinacionales que hacen piezas para la automoción están en Castilla y León, incluso algunas son “oriundas” de la Comunidad. “Tenemos que preservar este ecosistema y darlo a conocer fuera de nuestras fronteras, por que hacemos las cosas bien y tenemos una formación para tener los mejores talentos en el sector”, añadió. En este sentido, afirmó que el Clúster de la Automoción cuenta con la participación de las universidades de Valladolid, Burgos y Salamanca y los centros tecnológicos de Cidaut y Cartif, además de las empresas “absolutamente” tecnológicas, donde prima la innovación.

“Hemos descendido 30 años en la fabricación y venta de automóviles en Europa”, significó. No en vano, expuso que los 9,3 millones de vehículos producidos el año pasado contrastan con los 15 millones de antes. “Con las vicisitudes que se nos pone por delante con la nueva movilidad, tenemos un mercado mermado mientras que otros países como China, Estados Unidos, Méjico y Canadá parecen más listos”, manifestó.