Educación

CSIF inicia una campaña de recogida de firmas en los centros docentes demandando simplificar la evaluación LOMLOE

El sindicato denuncia la sobrecarga del profesorado, desbordado por la burocracia normativa, con la evaluación por competencias de la nueva Ley

Campaña de recogida de firmas de CSIF
Campaña de recogida de firmas de CSIFCSIFCSIF

La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) exige a la Consejería de Educación que implemente las medidas adecuadas para apoyar y simplificar la tarea de evaluación, a un profesorado totalmente desbordado por el galimatías que ha generado la implantación de la LOMLOE, y que resulta “insoportable”, sin que tenga convencimiento de que implique una mejora en el sistema educativo.

Como ya denunció CSIF a principios del curso 2022/2023, la LOMLOE ha supuesto un aumento exponencial de la burocracia en los centros educativos. Desde el primer momento, el retraso en la publicación de la normativa de desarrollo de la nueva ley educativa, tanto a nivel nacional como autonómico, ha abocado a un curso escolar que se ha convertido en una carrera de obstáculos para el profesorado, hastiado del trabajo burocrático de continuos cambios legales sin base profesional.

Así, durante los dos primeros trimestres, los equipos directivos y el profesorado se han visto obligados a remodelar unas programaciones didácticas donde se incluye toda la planificación educativa. Para mayor complicación, si cabe, el currículo de los cursos impares se basa en normativa LOMLOE, mientras que en los cursos pares sigue vigente el currículo de la anterior ley educativa, la LOMCE.

No ha sido hasta el final del segundo trimestre cuando se ha exigido la entrega de estas programaciones, adaptadas, no a un nuevo currículum, sino a todo un nuevo sistema pedagógico en el que la prioridad ya no son tanto los contenidos como las denominadas competencias clave.

CSIF denuncia que la inmensa mayoría del profesorado no ha recibido una formación adecuada y que se ha multiplicado el número de conceptos didácticos a tener en cuenta en la evaluación. Todo ello condiciona tanto la pedagogía hasta ahora vigente, como el desarrollo de los procesos de enseñanza y aprendizaje, sin que implique mejora en la formación del alumnado.

El nuevo sistema de evaluación ha pasado a ser doble. Por un lado, el profesorado tiene que realizar una evaluación de su materia mediante el nuevo sistema, con multitud de criterios que relegan a los tradicionales contenidos; y por otro, y más novedoso, tienen que realizar de forma cooperativa la denominada evaluación competencial.

Precisamente, este último tipo de evaluación está suponiendo un verdadero quebradero de cabeza para los equipos docentes, que tienen que hacer frente a un sistema evaluador de ocho competencias clave, que cuenta con treinta y cuatro descriptores operativos del que participan todas las especialidades. Es decir, “un tremendo lío y un caos”.

CSIF denuncia que todo este sistema está provocando la extenuación de un profesorado al que no se le ha facilitado ni la formación ni las herramientas adecuadas. Cada estudiante deberá ser evaluado no solo de las materias correspondientes a su curso escolar, como era tradicional, sino de las ya mencionadas competencias y descriptores, que convertirán las sesiones de evaluación final en una auténtica maratón insufrible.

Por todo ello, CSIF inicia una campaña de recogida de firmas que puede hacerse presencial o mediante web - https://www.csif.es/castilla-y-leon/educacion- y redes sociales, en la que exige la máxima flexibilidad en la evaluación de este curso y formación real en los centros, con la dotación de los recursos necesarios que faciliten este sistema de evaluación.