Vinos

Enrique Pascual: “Si no hacemos calidad, nuestro futuro está sentenciado a no ir a ninguna parte que no sea el desastre”

El presidente de AVOCYL defiende la importancia de la exportación del vino y recuerda que pese a los “pasos de gigante” que se han dado en el enoturismo, todavía queda “mucho por recorrer”

Enrique Pascual, presidente de Avocyl
Enrique Pascual, presidente de AvocylRicardo Ordóñez/Ical

Once denominaciones de origen vinícolas de Castilla y León se unen para crear la Asociación de Vino con Origen de Castilla y León (AVOCYL) que nace con cuatro objetivos principales: defender la calidad amparada por las DO, las necesidades del sector a pie de campo, la lucha contra la excesiva carga burocrática y las mejoras para favorecer la promoción a nivel nacional e internacional. La presidencia recae durante los próximos cuatro años en el presidente de la Denominación de Origen Ribera del Duero, Enrique Pascual, quien destaca, en esta entrevista a Ical, la importancia de elaborar vinos de calidad, así como la “importante vía de consumo” que suponen las exportaciones, una tarea que se va “consolidando”. La asociación nace con un decálogo de 22 proposiciones que aseguran que irán abordando “poco a poco”, aunque ya han presentado la asociación al consejero de Agricultura y al director del ITACYL, para que la consideren como un órgano consultivo para cualquier tema relacionado con el vino.

¿Cómo nace AVOCyL?

Nace a partir de una buena relación que hay entre los consejos reguladores de Castilla y León y, dado que las circunstancias en general y del mundo del vino en particular, tienen sus complicaciones y sus problemas, intentar entre todos solucionarlos, con la administración que proceda.

¿Con qué objetivos?

Son amplios. Hay un decálogo con 22 proposiciones: simplificación administrativa, cómo el enoturismo y la implantación de ganadería puedan convivir y no molestarse, impulsar la comercialización de vino, que nos ampare un nombre, que se hagan con una referencia, que se identifiquen con nosotros. Tenemos también el problema de la conectividad en las bodegas, estamos en el medio rural y tenemos un problema serio con las comunicaciones. Y muchos más que tenemos que ir solventando e intentando solucionar.

¿Cuáles son las acciones más inmediatas que plantea la asociación?

Lo primero que teníamos que hacer era presentarnos ante el consejero de Agricultura para explicarle quiénes éramos y lo que habíamos hecho. De alguna forma íbamos a ser los interlocutores de más de 54.000 hectáreas de viñedo, más de 11.000 viticultores de Castilla y León y más de 600 bodegas. Estaremos exponiendo el día a día, los problemas que surjan, al mismo tiempo que ponemos de nuestra parte para intentar colaborar en todo lo que pueda ser positivo para todos.

Durante este encuentro con el consejero de Agricultura, ¿qué peticiones le trasladaron? ¿Ha manifestado su apoyo a las reivindicaciones de AVOCyL?

Nos escuchó con mucha atención, le pareció una buena idea lo que habíamos creado, y nos felicitó por ello. Le pareció muy positivo, porque esto cada vez exige estar más unidos. Desde Bruselas se intenta implantar normas que nos pueden perjudicar mucho al sector, nos tenemos que estar defendiendo en cada momento, y estar con la administración más cercana, en este caso la de Castilla y León, exigiendo lo que tengamos que exigir, y colaborando cuando tengamos que colaborar.

Uno de los grandes debates está hoy en el etiquetado del vino y la nueva normativa europea que se pondrá en marcha el próximo 8 de diciembre….

Ese etiquetado ya está ahí, pero a partir de ahí, trataremos de defendernos de otras cosas más graves, como aquello de equiparar el etiquetado del vino como hacen con el tabaco, en la misma línea. Estas son decisiones mucho más graves que pueden ser letales para el sector. Ahí estaremos, para defender el sector, que creo que es muy importante para esta tierra, para Castilla y León. No es el único pero sí que es el que más aporta al medio rural en todos los sentidos, si sumamos producción, elaboración y comercialización, y luego ya el enoturismo.

¿Hay preocupación entre los viticultores? ¿Puede perjudicar a la calidad del vino castellano y leonés?

Sobre todo entre los bodegueros que somos los que más vivimos esta situación. Todo el mundo está preocupado, pero el que lo vive más, más le preocupa. Es una cosa muy seria, nos tiene muy preocupados y nos obliga a estar en una alerta permanente para intentar defendernos de injusticias tan grandes como puede ser esa.

¿El tamaño de las bodegas de la Comunidad está condicionando su expansión? ¿Habría que apostar por bodegas de mayor tamaño?

El tema del crecimiento de cada bodega es una cosa muy individual y particular. Nosotros no podemos ni debemos entrar.

¿En qué situación se encuentra actualmente el sector del vino en Castilla y León?

En Castilla y León el vino no tiene una mala situación pero tendremos que evitar o intentar anticipar que lo que hoy no está mal, no se ponga mal mañana.

¿Considera que los vinos de calidad de Castilla y León pueden seguir creciendo en producciones para acercarse a La Rioja y pasar a esta zona productora en los mercados? En este sentido ¿son partidarios de liberalizar el mercado del vino acabando con la organización común del mercado, como ocurrió con la del azúcar?

De momento creemos que hay que hacer las cosas bien ante todo. Castilla y León tiene grandes vinos y la obligación de hacerlos bien sí es obligatorio, y será lo único que nos pueda librar en un futuro. Si las cosas se hacen mal, lo que pueda venir no será muy agradable.

Defender el viñedo como patrimonio de España es uno de los objetivos en los que trabajará esta Asociación. ¿Existe una preocupación por parte de los viticultores por la aparición de infraestructuras energéticas y de transporte?

Es algo que nos preocupa. Hay cuestiones que se tienen que llevar adelante pero que sea de la forma menos agresiva posible, porque estamos defendiendo un paisaje, un patrimonio cultural que merece la pena. Luchar para que esas cosas no sucedan, porque una vez se hayan hecho, no hay remedio.

Otro tema que preocupa a la asociación son las granjas porcinas, ¿de qué manera puede afectar a los viñedos?

Hay zonas donde afecta sobre todo al enoturismo. Partiendo de la base de que todo el mundo tiene que convivir, pero es cierto que el enoturismo es muy incompatible con la extensión de cualquier ganadería. No vamos a meternos con el porcino, pero en general es incompatible en muchos sentidos. Es cuestión de cuidarlo y razonarlo para evitar que no cometamos ningún desastre sin posibilidad de rectificación.

Sin evitar problemas con los ganaderos…

Efectivamente. Habrá que hacerlo todo de una forma equilibrada, para que todo el mundo esté cómodo.

¿Consideran necesaria una modificación de la Ley de la Viña y el Vino de Castilla y León?

Lo expondremos sobre la mesa y le pegaremos una vuelta porque hay cosas que hay que actualizar y cosas que a lo mejor no pintan nada ya y a lo mejor poner otras cosas que sí que merecen la pena. Para eso se ha creado esta asociación, para todo lo que esté relacionado con nuestro desarrollo profesional. Las denominaciones de origen tenemos muchas cosas en común, que nos afectan a todos por igual y tenemos que luchar por ellas.

El vino a granel español inunda Francia y hemos visto cómo los viticultores de ese país atacaban camiones de España. ¿La puesta por la calidad es clave para nuestro futuro frente a zonas como Castilla-La Mancha, con gran cantidad de granel?

No es clave, es nuestra salvación. Si no hacemos calidad y nos marcamos otro objetivo diferente que no sea aquel, nuestro futuro está sentenciado a que no vaya a ninguna parte que no sea el desastre.

¿Considera que el mercado España está ya saturado y hay que buscar en otros países para colocar el producto?

La exportación es una vía de consumo de vino importante que hay que trabajar, pero eso es una tarea que poco a poco se va consolidando, gracias también al crecimiento de las bodegas, que van cogiendo estructura para poderlo hacer. El vender fuera queda muy bien, pero hay que hacerlo. Lleva un coste y no todo el mundo puede afrontarlo. A partir de ahí, las bodegas empiezan a coger estructura, con más músculo financiero y eso da lugar a que, poco a poco, estamos siendo más fuertes. Cuando salimos a vender fuera, los vinos son reconocidos como de calidad, y eso hay que reconocer que es así.

¿Cuáles son los mejores destinos hacia los que apuntar nuestras exportaciones?

Cada zona tiene unas predilecciones de consumo de un vino o de otro, y aquí vamos a pensar que todo es bueno depende de para qué zona de producción. Cada vez viene más gente gracias al enoturismo y a ese impulso que se da desde las bodegas, de luchar porque la gente nos visite y empiece a conocer nuestra zona de producción, y una vez está aquí, reconoce lo bien que se hacen las cosas en esta tierra.

¿Las rutas del vino y el enoturismo deben seguir potenciándose como vía de ingresos y de dinamización del mundo rural?

Sin ninguna duda. Han crecido muchísimo, se han dado unos pasos de gigante en el enoturismo pero todavía queda mucho por recorrer. En general se están haciendo las cosas bien en enoturismo, igual que en el vino, y hay mucho camino por recorrer en ese mundo. Estamos en mantillas todavía.

Llega la navidad y vuelve el espumoso frente al tradicional cava. ¿Hay que diversificar en productos y variedades, para avanzar en los mercados?

Ahora mismo, los vinos que se trabajan en nuestra zona están dando un resultado comercial estupendo. Son buenos vinos y de momento tampoco nos planteamos hacer ninguna otra cosa, entre otras, porque nuestras variedades también tienen sus complicaciones como para hacer cierta variedad. Hay zonas de Castilla y León que sí, y otras que no. Cada región vinícola que tenemos en esta tierra tiene que valorar lo que tiene que hacer para que eso vaya adelante.

¿Qué valoración hace de la evolución del sector en estos últimos veinte años?

No cabe duda que ha habido un crecimiento exponencial. Se ha dado un avance cualitativo como cuantitativo, en todos los sentidos de mejora. De estar prácticamente en mercados donde era inexistente a tener una presencia importante, es un trabajo de los últimos años, y lógicamente también en las bodegas y en las viñas. Los medios tecnológicos también se han implantado y han aportado calidad. Es importante para tirar adelante.