La impresionante y milenaria ciudad vettona a descubrir en Ávila

Situado en lo alto de un cerro y rodeado de una fuerte muralla, nos encontramos con uno de los yacimientos más importantes de la península ibérica. Un lugar que impresiona y milenario a su vez de la cultura vettona en la península y que llegó a ser el asentamiento más importante de Castilla y León antes de la llegada de las huestes romanas. Además estamos ante la ciudad fortificada celta de las más interesantes, no solo de Europa sino de toda España.

Estamos hablando del Castro de Ulaca, ubicado en Villaviciosa (Solosancho) en Ávila, en las primeras estribaciones de la Sierra de la Paramera y encajado entre el arroyo de los Portillos y el río Picuezo, a unos 1.500 metros de altitud, y en contacto con las tierras sedimentarias del Valle Amblés.

En el año 1931 Ulaca era declarado Conjunto Histórico-Artístico y en 1986 le llegaba el Reconocimiento de Bien de Interés Cultural. Se trata del más grande de los castros vetones y cuenta con restos arqueológicos pocos comunes con el altar de los sacrificios, una gran roca tallada en talud en tres de sus lados y dos gradas o escaleras, orientadas hacia el risco del sol, que conducen a una plataforma que contiene varias oquedades comunicadas entre sí.

También sobresale una sauna de iniciación en un promontorio elevado, desde donde se puede divisar todo el Valle del Amblés. La gran roca, de función sagrada o ritual parece presidir un inmenso canchal circular.

Otros elementos destacados es la muralla de más de 3 kilómetros de longitud, levantada a comienzo de la 2ª Edad de Hierro. En relación a las casas, son plantas cuadradas y rectangulares con gruesos muros de piedra. El total de estructuras dentro del recinto amurallado es de unas 250, construidas con zócalos de piedra de 80 a 100 centímetros de grosor, aunque también existen vestigios de adobe en algunas de ellas así como de granito.

Y, por último, las canteras de granito, utilizadas para la construcción de viviendas. Las fechas del poblado se estiman entre los siglos VI y II antes de Cristo, y pudo estar habitada hasta por 1.000 personas. Hasta la fecha se han encontrado numerosos objetos cerámicos, desde aperos de labranza, alfarería, muchos de los cuales han sido expoliados.