
Turismo
La preciosa comarca del noroeste español que resurge de sus cenizas
Una zona afectada por los incendios de este pasado verano que se mantiene viva y ofrece a los turistas numerosas alternativas para disfrutar de este otoñal fin de semana

El pasado verano fue una pesadilla para los que viven y trabajan en la comarca zamorana de Sanabria, que vieron como las llamas se llevaban por delante gran parte de su vida y lo que es peor, sus esperanzas de futuro. Y es que el incendio forestal de Porto de Sanabria, uno de los más graves de los últimos años en Castilla y León,que se propagó hacia el Parque Natural del Lago de Sanabria, las sierras de Segundera e incluso a las áreas limítrofes de León y Ourense arrasaba más de 20.000 hectáreas de gran valor ecológico tanto en el Parque Natural de Sanabria, como en La Baña (León) y el Teixedal de Casaio, durante los 69 días que estuvo activo, desde el 14 de agosto hasta el 21 de octubre.
Un incendio de máxima gravedad y peligrosidad que obligó a desalojar con lo pueto a los vecinos de una docena de localidades, como Barrio de Rábano, San Justo, Ribadelago, San Martín de Castañeda, Vigo de Sanabria, San Ciprián, Murias o Cerdillo, que al volver a sus casas se temieron lo peor.
El paisaje que se encontraron fue desolador, aunque el fuego no afectó a las partes más visibles de la comarca. Pasado un tiempo, se puede decir que el entorno natural de Sanabria sigue vivo y mantiene intacta su belleza. Una zona que quiere resurgir de sus cenizas tras perder también el 40 por ciento de los visitantes en verano debido a los incendios y, de la mano de la Diputación de Zamora, se ha lanzado una campaña turística -ahora que se avecina el "Puente" de la Constitución y la Inmaculada Concepción como avanzadilla de la Navidad-, que busca mostrar lo mucho y bueno que se puede conocer y visitar en Sanabria.

Y en estas líneas turísticas de los viernes en LA RAZÓN queremos acercar un poco más al lector algunos de los lugares que hay conocer alguna vez en la vida de esta mágica comarca zamorana del Parque Natural del Lago de Sanabria, desde el patrimonio histórico de Puebla de Sanabria y San Martín de Castañeda pasando por los miradores glaciares hasta llegar a la propia capital, Zamora, que acoge este año la exposición “Las Edades del Hombre”, que este año centra parte de su recorrido en la Catedral y la iglesia de San Cipriano.
Pero empezando por el principio, quien se acerque a esta zona tiene que conocer el Lago de Sanabria, uno de los lagos glaciares más grandes de Europa, que con sus 369 hectáreas de superficie y 51 metros de profundidad, se convierte en el lago más grande de España así como el más profundo. Un lago glaciar que tiene su origen en la Edad de Hielo durante el Pleistoceno Superior, hace más de 100.000 años. Cuando terminó la glaciación todas esas lenguas de hielo comenzaron a derretirse y bajar por lomas para conformar el actual Lago de Sanabria. Se trata del conjunto lagunar más extenso de todo el panorama nacional, con una veintena de lagos o lagunas, una de las cuales, la Laguna de los Peces, es muy especial, por donde se encuentra. Desde el año 1978 cuenta con el marchamo de Parque Natural, y cuenta con varias zonas de playa de arena, para el baño, aunque hay que confesar que sus aguas son bastante gélidas.
Desde hace quince años, es posible subirse a un catamarán eólico-solar, para conocer más a fondo este espectacular paraje en cuyas profundas aguas descansan los restos de aquellos que perdieron la vida el 9 de enero de 1959 cuando se rompía una presa y arrasaba el pueblo de Ribadelago.
Tras la visita al lgo, la siguiente parada y fonda ha de ser en San Martín de Castañeda, donde sobresale un monasterio de la orden del císter que merece la pena conocer. Cerca se encuentra el Puente de Sanabria, donde hay que disfrutar de gastronomía, o Sotillo de Sanabria, que ofrece muchas opciones de senderismo en plena naturaleza.
Aunque el lugar más emblemático de la zona es el municipio de Puebla de Sanabria, que hay recorrer despacio y con tranquilidad para disfrutar de sus casas blasonadas y terrazas floridas, así como de sus calles empinadas y empedradas coronadas por su histórico castillo, uno de los recintos fortificados mejor conservados de la provincia de Zamora.

El casco urbano de Puebla se encuentra en un territorio al que la naturaleza ha dotado de especiales características defensivas, modeladas a lo largo de los siglos por el arroyo Ferrera y los ríos Tera y Castro, que la han dotado de su especial fisonomía de espigón. Además, su ubicación estratégica junto a la frontera con Portugal, hizo que esta plaza fuera desde antiguo una villa aforada, fortificada y amurallada, con un notable protagonismo en la formación histórica del territorio que la rodea. En su casco histórico sobresale la Torre del Homenaje que alberga la Casa de la Cultura, un biblioteca y un pequeño museo. A su alrededor se pueden visitar la anexa ermita barroca de San Cayetano y la iglesia de Nuestra Señora del Azogue, de origen románico. En el municipio la vida gira alrededor de la Plaza Mayor, presidida por emblemático edificio del siglo XV en el que en estos momentos está situado el Ayuntamiento.
Cerca se encuentra la localidad de Rionor, a medias entre Zamora y Portugal, con dos husos horarios diferentes, así como Robledo de Sanabria, donde se encuentra el el Centro del Lobo Ibérico de Castilla y León - Félix Rodríguez de la Fuente, un recurso educativo y de dinamización socioeconómica ligado al Plan de Conservación y Gestión del Lobo en Castilla y León. Un Centro que cuenta con dos grandes recintos principales vallados, de unas 3 hectáreas cada uno, en los que se alojan varios ejemplares de lobo ibérico en régimen de semi-libertad, para que puedan ser observados por los visitantes.y
Y para quien guste de visitar iglesias no puede dejar de conocer Otero de Sanabria, otra joya de la zona, que alberga la denominada "capilla sixtina" ubicada en una pequeña iglesia del municipio.
Para chuparse los dedos
Para pomer, la comarca de Sanabria ofrece una espléndida gastronomía basada en productos autóctonos de calidad. De las huertas generosas que forman parte de nuestro paisaje se obtienen los habones y las berzas que llenan ollas Sanabresas, siendo la base del caldo Sanabrés o caldo de berzas.
El pulpo a la Sanabresa, muy similar al de nuestros vecinos gallegos, forma parte de la tradición culinaria de la comarca, desde antiguo, siendo típico en las romerías. La trucha de nuestros ríos y el bacalao comparten un lugar de honor en los fogones Sanabreses. De un producto básico como es el pan nacen los farinatos, mezclado con lo mejor de las carnes de la comarca. Carnes de vacuno criadas de forma natural en los pastos de las sierras sanabresas, de las que podemos degustar la chuleta y el chuletón. Delicias de cerdo que en otros tiempos fueron la despensa invernal dando lugar a los chorizos, el mondejo y los sisos o picadillo, ingrediente principal de uno de los guisos más populares: los sisos con cachelos. Y de postre, las rosquillas asadas de sartén, las manzanas asadas, así como las torrijas y los buñuelos, dulces tradicionales de la Cuaresma, la lecha frita y el arroz con leche.
Comarca setera y castañera
Otro de los atractivos turísticos resaltados para esta época del año son las 12.000 hectáreas de castaño de la provincia, sobre todo en la zona de Sanabria, y que también permiten dinamizar la economía rural e influir en el mantenimiento del paisaje y de las tradiciones de los pueblos de la zona.
Así, durante el mes de noviembre se celebra el Magosto, una fiesta pagana en la que los vecinos se reúnen en torno a una hoguera para asar castañas y celebrar la cosecha recién recolectada, mientras tocan la gaita o el pandero.
Y para los recolectores de setas, la comarca de Sanabria es un lugar paradisíaco. Una zona que es sinónimo de micología, de micodiversidad, y de gran tradición en la recogida de setas, con una riqueza natural variada que hace posible la existencia de ecosistemas muy diversos que favorecen el crecimiento de distintas especies de hongos comestibles y no comestibles.
Una comarca donde coexisten hasta siete zonas seteras, como la de Castañares de Rozas, entre Cobreros y Puebla de Sanabria, repleta de castaños centenarios, donde el micoturista, además, puede disfrutar de las ermitas de La Devesa o la de Santa María junto a la carreta de Villarino. Entre las especies de hongos que más abundan en esta comarca se encuentran las ramarias, carboneras, gamuzas, tricolomas, higroforos blancos, llanegas o los cortinarios. También hay bolas de nieve, champiñones de prado, cándidas u otras de pequeña talla y que normalmente crecen sobre los excrementos frescos como estrofarias, paneolos o Bolbitius vitellinus.

En Puebla de Sanabria está la ruta de la Peña La Olla-El Puente, con un precioso recorrido que atraviesa un hermoso bosquete de robles y algunas zonas de prado dentro del coto truchero del "Mercado del Puente". En esta ruta el recolector podrá encontrar diferentes especies de boletos, rúsulas, especies del género Tricholoma como Tricholoma acerbum, clitocibes, cucurriles y especies curiosas como Phallus impudicus. También podemos observar sobre tocones en pudrición masas de Hypholoma fasciculare o de Tremella mesenterica.
Entre Galende y Puebla de Sanabria está la ruta de Trefacio-Murias, una zona con robledal extenso, chopos, cerezos silvestres y castaños de gran edad además de tierras de labor abandonadas. Menos frecuentes en esta ruta pero también se hacen presentes castaños de gran edad, algunos chopos y cerezos silvestres. El Boletus edulis o Boletus aestivalis abunda en esta zona, al igual que las setas de ostra, los rebozuelos, las gamuzas e algunas especies curiosas del género Ramaria. También las senderillas o los champiñones en la zona de praderas aunque en cualquier momento es posible encontrar los cucurriles, la especie por antonomasia de esta comarca.
Otra de las rutas micológicas más interesantes de la zona de Sanabria es la del Monte La Fraga, entre San Martín de Castañaeda y Puebla de Sanabria, que se recorre en su totalidad por los caminos tradicionales recuperados por el Parque Natural del Lago de Sanabria y entre grandes robles y paredes de piedra. En las zonas de pradera abundan los champiñones, las cándidas y los cucurriles. En las masas de robledal hay boletos, pie azul, ramarias, amatistas, champiñones de bosque, lacarias, rebozuelos, higroforos y gamuzas, pero sobre todo Amanita phalloides y especies no comestibles como cortinarios, estrellas de tierra o pedos de lobo.
También pueden encontrarse especies de gran atractivo estético en el otoño como los "escanfreixos" (serbal de los cazadores) o los guindos además de disfrutar de unas vistas espectaculares al valle glaciar del Lago de Sanabria.
El Pinar de Terroso es otra de las rutas micológicas más interesantes de esta comarca, entre Cobreros y Puebla de Sanabria. Una zona repleta de ejemplares de pino albar pero mezclado con castaños y robles de poca edad, abedules e incluso fresnos. Los amantes de las setas tienen aquí otro paraíso puesto que pueden encontrar desde negrillas hasta boletos de pino babosillos anillados, amanita muscaria y pantherina así como abundantes níscalos.
No faltan tampoco los champiñones, las senderillas y los pedos de lobo, muy frecuentes; así como algunas especies típicas del matorral bajo de chaguazos y escobas.
La sexta ruta de esta zona es la de Lubián, que discurre a media ladera entre la carretera vieja de Lubián y el río Pedro y lleva hasta los pueblos de Hedroso o Aciberos entre castañares, prados semi abandonados y algunas tierras de cultivo. bajo la imponente mirada de la vertiente suroeste de la sierra Segundera.
En las zonas más abiertas abundan los champiñones, las cándidas, los cucurriles o las colmenillas, mientras que en las zonas más arboladas, de robles y de castaños, conviven en paz los boletos, tricolomas, pie azul, rebozuelos, lacarias o amatistas; y durante la primavera cucurriles, rúsulas o chantarelas.
El micoturista verá patrimonio en la zona, como la basílica de la Tuiza, junto al río Tuela.
Finalmente, está la ruta de Robledo - Vivero de Ungilde con un pinar maduro en la que habitan zonas de chaguazos, urces, codesos, escobas blancas y amarillas, carquesias, y brecina además de vegetación de roble y plantaciones jóvenes de castaños.
Y ya en la cercana sierra de la Culebra se encuentra la Escuela Micológica de Ungilde, ubicada en las antiguas escuelas del pueblo que han sido restauradas por el Ayuntamiento de Puebla de Sanabria, para dar a conocer los distintos hábitats existentes en la comarca y el papel ecológico que desempeñan los hongos en la naturaleza, con una filosofía basada en la observación del paisaje y las especies liofilizadas encontradas en la zona, según informan desde el Consistorio de Puebla de Sanabria
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