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Los pueblos más bonitos y frescos de España para escaparse de la ola de calor

Estos municipios permiten descansar ante la llegada masa de aire sahariano que elevará los termómetros hasta los 40 grados

Cascadas de Orbaneja del Castillo, en la provincia de Burgos
Cascadas de Orbaneja del Castillo, en la provincia de BurgosEduardo Margareto/Ical

Ya está aquí la segunda ola de calor del verano, y muchos, ante la imposibilidad de poder dormir y descansar. buscan pueblos fresquitos para pasar estos días de agosto. Y es que según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) se espera la entrada de una dorsal hacia el oeste que acerca una la masa de aire muy cálido del Sahara a buena parte de la península, salvo al noroeste y norte. Las temperaturas irán ascendiendo en los próximos días.

Durante el lunes 10 de julio, las temperaturas subirán claramente en buena parte de la península y Baleares, con máximas por encima de lo normal de forma generalizada, superándose los 38 grados en amplias zonas del interior peninsular y de Mallorca y los 40 grados en áreas del interior de la mitad sur peninsular e incluso 44 grados en puntos del valle del Guadalquivir. Las temperaturas se mantendrán muy altas durante el martes 11 de julio, aunque con algunos cambios. La intensificación del viento del oeste y suroeste provocará un nuevo ascenso en el levante peninsular y valle del Ebro.

Por este motivo hay que buscar municipios frescos y si son bonitos, para disfrutar de un periodo vacacional, mejor que mejor. Por eso los mejores ejemplos de estos pueblos son:

- El Barco de Ávila: Esta localidad abulense forma parte de la comarca de El Barco de Ávila-Piedrahíta, y está situado en el valle del Tormes. Tiene un clima seco y templado y su cercanía a los montes hace que las noches sean frescas. Los vetones iniciaron las obras del castro en la colina dominante, frente al paso de las aguas del río. Como consecuencia de la ocupación árabe se mejoró notablemente la agricultura y se procedió a la construcción de pozos de agua dulce. En aquella época casi todas las casas de la calle Mayor contaban con ellos para poder abastecer en los asedios al recinto amurallado. Los nombres de Navamorisca, Navalmoro y Navamures recuerdan la ocupación mahometana. También fue notable la presencia judía en este pueblo, dedicándose a ejercer los más provechosos y artísticos oficios.

El Barco de Ávila es un punto importante de la ruta abulense del Descubrimiento de América. En Santa María de los Caballeros, y a su lado, en Navarregadilla, a siete kilómetros de su casa solariega de El Barco, nació el clérigo Pedro de la Gasca, hijo de Juan Jiménez y de María Gasca.

El modelo urbano de Barco de Ávila, que ha llegado a la actualidad, se generó durante la época de la repoblación, entre los siglos X y XI. Terminó densificándose durante los siglos XIX y XX.​ La ubicación geográfica de la villa, limitada al este por la barrera natural del Tormes, y encerrada en su muralla medieval de la que se conserva claramente su trazado y algunas de sus partes relevantes, ha permitido el mantenimiento del tejido urbano hasta la actualidad.

El Barco de Ávila constituye un conjunto histórico que conserva elementos urbanos y edificios significativos de gran interés, algunos de ellos gozan de la declaración de bien de interés cultural como iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y el castillo de Valdecorneja, así como las murallas y Puerta del Ahorcado. El espacio de reunión más relevante «intramuros» es la Plaza Mayor, que de trazado rectangular y con carácter cerrado asoportalado, responde a la tipología tradicional de arquitectura popular, formando un conjunto urbano homogéneo singular.

 

También destaca el Puente románico, que es comúnmente llamado como “puente viejo”. No se sabe bien la época en la que se construyó el primer puente alzado en este lugar por los romanos, necesario para el tránsito de las calzadas. Pero es seguro que debido a tantas guerras y ataques sufridos tuvo que ser reconstruido en el siglo XII, adoptando así su actual estilo románico.

La Ermita del Santísimo Cristo del Caño tiene una tradición muy antigua. Por el siglo XIII, una gran crecida del Tormes arrastró, no se sabe desde dónde y dejó orillado a la izquierda del río por encima del puente, un Cristo de madera de tamaño natural. Lo vieron unos caminantes y junto a la gente del pueblo lo condujeron en procesión a la iglesia parroquial, donde se dejó. A la mañana siguiente volvió a aparecer en el mismo sitio, lo llevaron de nuevo a la iglesia. Al día siguiente ocurrió igual. La gente se convenció de que quería permanecer a la entrada del Puente y allí le erigieron una ermita, denominada del Humilladero inicialmente. Cuatro siglos después se declaró ruinosa y en el siglo XVII (1672) se reconstruyó. Al hacer los cimientos surgió una corriente de agua que se recogió en una fuente de tres caños. Desde entonces empezó a llamarse a la fuente y al Cristo del Caño.

La Casa del Reloj fue una antiquísima Casa Consistorial que se derribó en el siglo XVIII. Se alzó de nuevo con paredes de piedra labrada y mampostería de inconfundible traza castellana, Sobre el balcón que da al "Arvejo", se colocó el Reloj de la Villa y la torreta metálica que sostiene su campana. Actualmente está instalada la oficina de Turismo con antiguos sillones pertenecientes al Ayuntamiento.

En este municipio también se come bien, ya que a gastronomía de la zona está basada en los productos de la tierra, fruto del clima frío y seco, y con abundante agua de gran pureza.

El producto estrella de la gastronomía son sin duda las judías de El Barco de Ávila, que cuentan con el segundo Consejo de Denominación Específica más antiguo de España. Así, se trata del primer producto leguminoso reconocido con la "Indicación Geográfica Protegida". Son judías secas separadas de la vaina, procedentes de plantas de la familia de las leguminosasde las variedades blanca redonda, blanca riñón, morada larga, morada redonda, arrocina, planchada y judión de Barco, enteras y destinadas a consumo humano. Existen formas tradicionales y propias de la localidad de preparar las diferentes variedades de judías que se producen dentro de la zona protegida.

Entre otros cultivos de la zona también se puede citar a la patata, de la que se encuentra una gran cantidad de variedades; se suele preparar machacada y mezclada con pimentón y algún torrezno, llamándole a este guiso patatas revueltas o revolconas.

 

- Orbaneja del Castillo: Esta localidad burgalesa parece un pueblo sacado de un cuento atravesado por una espectacular cascada, repleto de casas palaciegas, miradores y unas pozas de color azul turquesa, y, todo ello, ante la atenta mirada del Gran Cañón del Río Ebro, que hace que los veranos sean frescos. Se encuentra en el Valle del Sedano y se caracteriza por su paisaje kárstico modelado por el agua.

Estuvo ocupada al menos dos veces; una en el Epipaleolítico, que han servido para analizar el tipo de fauna, de industria lítica y otros materiales de las gentes que habitaban por esta zona. El pueblo actual se originó en la Edad Media, y como dice su propio nombre debía existir un castillo. Durante esta época vivieron mozárabes venidos de Al-Ándalus, y era un pueblo con aljama, de la que queda el recuerdo en los nombres de las calles.

En la villa el agua provoca un sonido ambiente constante. Lo que suena es un arroyo que se convierte en cascada y divide el grupo de casas del pueblo en dos partes. El agua cae por piedras en forma de escalera con una altura de veinticinco metros. El caudal del arroyo es constante durante todo el año, y emerge desde la Cueva del Agua. Sin embargo, debido a las lluvias y los deshielos, la mejor época para ver la cascada es en primavera.

Sus principales atractivos son: - La Cascada: El elemento que más llama la atención de este municipio es su cascada. Nace en una cueva y sus 25 metros de altura van dejando terrazas escalonadas (debido a los carbonatos del agua de los acuíferos kársticos) que dividen el casco urbano en dos partes: la Puebla y la Villa.

 

- Las pozas: Justo después de la cascada, antes de que el agua desemboque en el cauce del río Ebro, se han formado unas pozas con un intenso color turquesa.

- Las Cuevas del Agua, del Níspero y del Azar: Desde la plaza principal ya se divisa la cueva del Agua, el lugar donde nace la cascada de Orbaneja del Castillo. La cavidad destaca por sus sifones de 80-120 metros de largo. Como peculiaridad, los fines de semana y durante el verano se hacen visitas guiadas al interior de la cueva. Sin embargo, si el caudal de agua es muy abundante permanece cerrada, por lo que no se puede saber hasta que se llega al pueblo. El conjunto kárstico está formado por más cavidades. Justo encima de la cueva del Agua está la cueva del Azar que destaca por sus variadas pinturas rupestres del Neolítico. La cueva del Níspero está cerca del cementerio del pueblo y tiene más de 3 kilómetros de longitud (la mayoría inundados). Por desgracia, las visitas incontroladas e irrespetuosas a este espacio natural la están degradando en los últimos años.

- Guardo: El pueblo se emplaza en el extremo norte occidental de la provincia de Palencia, en la vertiente meridional de las ultimas elevaciones montañosas de la Cordillera Cantábrica; tal como la definieron los romanos... en la Boca de las Alturas de la sorprendente Montaña Palentina.

Se asienta a unos 1.100 metros de altitud, en en el valle que el río Carrión deja a su paso antes de formalizar su entrada en las vegas de Mantinos, Villalba de Guardo y Saldaña, aguas de esperanza que discurren limpias y cristalinas desde el Parque Natural Montaña Palentina. Es cabecera de comarca y administra en sus 63 km2 de extensión además de la propia localidad los pueblos de Muñeca, Intorcisa y San Pedro de Cansoles, en los que residen a día de hoy algo más de 6.000 vecinos.

Es paso peregrino de la ancestra ruta jacobea de la montaña. el Camino Olvidado a Santiago, senda que en los albores al descubrimiento del sepulcro del Apóstol Santiago en la la bella Compostela seguían los peregrinos, resguardándose de las hostilidades de la época. Cuenta con albergue de peregrinos e inicia etapa hacia Puente Almuhey por San Pedro de Cansoles o bien por la localidad vecina de Velilla del río Carrión.

En su visita siempre están presentes las emblemáticas montañas de las inconmensurables Sierras del Brezo y de la Peña, desde nuestra privilegiada posición de viajeros observamos como son escoltadas por los dos colosos de la Montaña Palentina, el Espigüete, al oeste y el Curavacas al este. Los guardenses celebran sus fiestas patronales antes de que comience el estío, el 13 de junio, San Antonio de Padua, patrón de la villa.

 

También cabe destacar la celebración de Santa Bárbara, patrona de la localidad y de los mineros, el 4 de diciembre. Guardo ofrece una intensa actividad ferial durante todo el año, destacando la Feria de la Primavera, la Ecuestre y ya en pleno verano la Feria del Camino Olvidado a Santiago junto con las romerías del Carmen y el Cristo.

Su casco urbano es moderno y funcional, cuanta con amplias plazas, parques y jardines, debido al gran crecimiento poblacional de los años 50 del pasado siglo. En sus calles podemos encontrar monumentos destacados,sin pasar desapercibidos ante el Monumento al Minero, la Fuente de los Cuatro Caños o el Monumento a Guardo, una bella composición escultórica alegórica a la industria y otras actividades guardenses.

Cuenta con un moderno ayuntamiento - auditorio, que forma parte de una de las obraspúblicas más singulares de la provincia y unas excelentes instalaciones deportivas, destacando la piscina climatizada y el centro hidrotermal. La gastronomía es un punto fuerte de la localidad montañesa, en este aspecto, es referente en la elaboración de la Olla Ferroviaria. Cuenta con excelentes establecimientos hosteleros y un buen número de hoteles donde alojarse cómodamente.

En el ámbito ambiental, Guardo ofrece unos entornos naturales de gran diversidad, lo forman bellos parajes donde se alternan bosques de robles y acebos con encinas y sabinas, entre otros. Y en el ámbito patrimonial, Guardo ofrece un ramillete de recursos turísticos y culturales de gran valor patrimonial.

Cabe destacar la iglesia de San Juan, en la que encontraremos una excepcional pila bautismal románica heredada de un templo anterior. No podemos pasar por alto la fachada de su Casa Grande, palacio barroco del siglo XVIII, que muestra un conjunto muy interesante de iconografía de la época, así como la ermita del Cristo, ubicada en pleno Camino Olvidado en su paso hacia San Pedro de Cansoles. Desde la campa del Cristo, las vistas de esta parte occidental de la Montaña Palentina, denominada Alto Carrión, son impresionantes.

- Sigüenza: Esta villa de Guadalajara es una ciudad situada estratégicamente para controlar el paso del alto Henares y los valles de los ríos Dulce y Salado. Esta es la razón por la que estuvo poblada ya desde el Paleolítico y Neolítico.Visitar Sigüenza es visitar la historia en cada uno de los pliegues del tiempo. Tras los vestigios de antiguos pobladores: celtíberos, romanos, visigodos y árabes; se impone una Sigüenza medieval que secuestra la mirada ya en la primera vista general.

El castillo domina la ciudad, la postal y contiene en sus cimientos, que ascienden hasta sus almenas, secretos de sus pobladores, que fueron todos. La Casa del Doncel, de obligada visita; La iglesia de San Vicente o de Santiago, los restos de murallas imbricados por la ciudad; la catedral, con su imponente interior de bóvedas y mausoleos… completan el puzle de este periodo.

Su Catedral es una visita imprescindible. Es, en conjunto, un bello ejemplar del cisterciense o primer gótico y en ella merecen especial interés: las Capillas de los Arces, de San Pedro, de la Anunciación, o de San Marcos, la estatua del Doncel y rosetones góticos de los siglos XII-XVI.

 

Conviene no perderse la parte renacentista y barroca que se imprime en las calles y plazas, que se refleja en palacios y casas, que se percibe en conventos y ermitas. Esta Sigüenza la encontramos en la Plaza Mayor o el Barrio Humanista, en la casa Plateresca o el Palacio Episcopal, en el Convento de San Francisco o Nuestra Señora de los Huertos… y en cada uno nos detendrá el paso la observación de sus fachadas, la visita interior o el descanso bajo las arquerías.

Tres son los espacios naturales protegidos en la comarca: el Parque Natural del Río Dulce, el Lugar de Interés Comunitario del Río Salado y la Microrreserva de los Saladares del Río Salado.

En su gastronomía destaca su gran calidad, tradición y buenas manos, basada en productos de la zona. Son destacables el asado de cordero o cabrito; las migas acompañadas con chorizo, torrezno y huevo frito; la sopa castellana; los productos de caza o matanza; la trucha escabechada o con jamón y, como postres, no se pueden dejar pasar las yemas del Doncel, los bizcochos borrachos y los elaborados con miel. Desde 2017 cuenta con una Estrella Michelín en el Restaurante El Doncel.

- Benasque: De la localidad oscense y sus alrededores, supone introducirse en un paraíso paisajístico cargado de historia y de incomparables bellezas naturales, que den un respiro a los turistas que huyen del calor. El Valle de Benasque es capaz de cautivar y lograr una feliz estancia a cualquier paseante o viajero que se adentre a descubrirlo; destacando sus costumbres, su folklore, su arquitectura, la gastronomía y cómo no, su entorno.

Benasque y todos sus alrededores han conocido en las últimas décadas el renacer de una nueva cultura, basada sobre todo en la prestación de servicios, el turismo. Precisamente ha sido esta actividad la que ha permitido que sea este valle uno de los que no ha perdido población, gracias a haber sabido diversificar sus ofertas.

El Valle de Benasque está situado en la parte más oriental de la Comunidad de Aragón, franqueado por los Valles de Arán (Lérida), a su derecha, y el Valle de Gistaín, a su izquierda. Declarado Parque Natural – Posets-Maladeta en 1994, con la finalidad de salvaguardar sus valores naturales, su fauna, su flora, sus paisajes, sus formaciones geomorfológicas, conservar y potenciar sus ecosistemas y garantizar el uso racional de sus recursos naturales.

 

Foco turístico de primer orden en Aragón, alberga el mayor número de cumbres que superan los tres mil metros de altitud. La Villa de Benasque, cabeza del valle, situada en la margen izquierda del río Esera, a 1.138 metros de altitud. Cuya población se estima en unos 1.700 censados en el municipio (Benasque, Cerler y Anciles).

- Pajares: Está situado en la ladera de las montañas de la cordillera Cantábrica, a una altitud de unos 970 metros, lo que hace que los veranos sean fresquitos. Da nombre al valle donde se encuentra ubicado, al río que discurre por él y a un puerto de montaña, el puerto de Pajares (1378 metros), que durante siglos fue la principal vía de comunicación entre Asturias y el resto de España.

 

En invierno, destaca la actividad de la estación de esquí y montaña Valgrande-Pajares, que también sirve de punto de partida para el senderismo estival. Además, también resulta relevante la discreta ermita de Santa Marina de Pajares que allí se encuentra o la iglesia de San Miguel.