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Cultura

Qué Castillo, a poco más de una hora de Madrid, es una de las joyas del gótico-mudejar español

La fortaleza es idónea para una visita familiar durante un fin de semana

Castillo de Coca Alfonso Masoliver Sagardoy

Los castillos se han convertido en uno de los principales atractivos turísticos de España. Pues a poco más de una hora en coche de Madrid y Valladolid, se encuentra una bella fortaleza que se ha convertido en una de las joyas del gótico-mudejar español. Se trata de un estilo artístico que se desarrolló en los reinos cristianos de la Península Ibérica y que incorporaba influencias, elementos o materiales de estilo hispano-musulmán. Fue la consecuencia de las condiciones de convivencia existentes en la España medieval. Se trata de un fenómeno exclusivamente hispánico que tiene lugar entre los siglos XII y XVII, como mezcla de las corrientes artísticas cristianas (románicas, góticas, renacentistas) y musulmanas de la época y que sirve de eslabón entre el arte cristiano y el islámico.

Las características del arte mudéjar son; la utilización de materiales blandos como ladrillo, yeso, cerámica o madera, lo que facilita la profusión decorativa, y el uso de ciertos elementos arquitectónicos y temas decorativos. Para unos historiadores, se trata de un epígono del arte islámico y para otros, de un periodo del arte cristiano en el que aparece la decoración islámica, ya que lo practicaban los mudéjares, gentes de religión musulmana y cultura árabe-bereber que permanecían en los reinos cristianos tras la conquista de su territorio y, a cambio de un impuesto, conservaban su religión y un estatus jurídico propio; pero también moriscos y cristianos que aprendieron las técnicas propias del arte musulmán.

Pues uno de los referentes de este estilo es una fortaleza situada en la localidad segoviana de Coca. Corría el año 1453, cuando don Alonso de Fonseca, Arzobispo de Sevilla, recibió el permiso del rey don Juan II de Castilla, para la construcción de este castillo. En el año 1473 se llevó a cabo su ejecución por el maestro alarife Alí Caro, a instancias del tercer señor de Coca Don Alonso de Fonseca, sobrino del Arzobispo. Comenzando asimismo la construcción del cuerpo central de la fortificación de planta cuadrangular y patio de estilo mudéjar, flanqueada por la Torre del Homenaje, recorrida en su interior por una angosta escalera de caracol realizada en ladrillo que permite el acceso a diversas plantas destinadas a capilla, sala de armas y otras estancias. La Sala de armas posee una bóveda de nervaduras góticas con mosaicos decorados de motivos geométricos de varios colores. Desde lo alto de la torre se divisan los castillos de Cuéllar y de Íscar.

La torre de Pedro Mata sigue en tamaño a la del homenaje, seguramente porque junto a ella protege la puerta de acceso al patio de armas. Las dos restantes son la torre de la Muralla y la de los Peces. Dentro del recinto pueden encontrarse también otras salas con decoración de estuco y mural, así como una mazmorra.

Alonso de Fonseca y Acevedo, quien mandó construir el castillo en 1473 y lo convirtió en residencia señorial, donde celebró grandes fiestas que eran frecuentadas por diferentes personalidades, entre las que destaca el cardenal francés Jean Jouffroi, que llegó a Castilla con la propuesta de matrimonio entre la infanta Isabel (después reina) con el duque de Berry de Guyena, hermano de Luis XI de Francia. También visitó el castillo Beatriz de Bobadilla, marquesa de Moya.

En 1502, los Reyes Católicos se aseguraron de que en caso de muerte de Alonso, la fortaleza pasara a su hermano Antonio Fonseca, y al año siguiente la Reina Isabel decretó que los herederos de la villa de Coca solo podrían ser varones, con lo que eliminó la posibilidad de que el Castillo fuese heredado por una de las dos únicas hijas de su dueño. Por este motivo, en 1504 Coca pasó a su hermano, Antonio de Fonseca, capitán de los Reyes Católicos, que amplió sus elementos defensivos. que más tarde tuvo que defenderse del infortunado ataque del marqués del Cenete, quien pretendía rescatar a su prometida, María de Fonseca, que estaba retenida por su tío.

En 1512 trabajaron en el castillo alarifes sevillanos (maestros de obras), que posiblemente fueron los artífices de muchas de sus decoraciones. En 1521 fue atacado por las tropas comuneras en represalia por el incendio de Medina del Campo llevado a cabo por el propio Antonio de Fonseca; al no conseguir acceder al castillo, destruyeron la cercana fortaleza de Alaejos. En 1645, fue prisión del duque de Medina Sidonia, acusado de haberse querido proclamar rey de Andalucía. Y más adelante, por casamientos, el castillo pasó a ser propiedad de la Casa de Alba.

Tras varias reformas, en 1730 fue abandonado y en 1808 las tropas francesas se instalaron en el Castillo, y cuando lo abandonaron en 1812 estaba completamente en ruinas. En 1928 la Dirección General de Bellas Artes lo declaró Monumento Histórico Nacional, formando parte también del Tesoro Artístico Español. En 1954 pasó al Ministerio de Agricultura, cedido por los propietarios, para que se instalara en ese lugar una Escuela de Capacitación Forestal que sigue funcionando en la actualidad, siendo muy demandada por los alumnos de toda España.

Su construcción asombra y enamora a quienes lo ven por primera vez, pues expresa en cada una de sus formas realizadas con el ladrillo, un conjunto arquitectónico original e imaginativo como pocos. Destaca la belleza singular de sus salas, en las cuales se ven representados hermosos motivos geométricos mudéjares realizados con estucos y pinturas, aportándonos así mismo un legado único e irrepetible. Otra particularidad radica en no haber sido construido sobre un cerro como suele suceder con fortalezas de este tipo, su sistema defensivo aprovecha los escarpes del terreno, el cual sirve de asiento a este castillo, que se alza sobre un ancho y profundo foso, abordable a través de un puente levadizo que desemboca en el primero de los dos cinturones fortificados existentes, el cual, es franqueable a través de una potente puerta enmarcada por sendos cubos ligeramente ochavados y almenados

El segundo de los recintos se corresponde con el núcleo residencial de la fortificación propiamente dicho, cuyas principales estancias se articulan en torno al Patio de Armas; un espacio que en la actualidad es réplica del suntuoso patio original, desmontado y vendido por la Casa de Alba durante la primera mitad del siglo XIX.

También de planimetría cuadrangular y reforzado en varios de sus lienzos por cubos almenados, el espacio principal del castillo queda definido por cuatro potentes torres en cada uno de sus ángulos, llamadas popularmente Torre del Homenaje, Torre de Pedro Mata, Torre de la Muralla y Torre de los Peces.

La más llamativa de todas es la Torre el Homenaje, situada en la esquina nororiental del conjunto, dominando la población y con visibilidad directa desde su parte más elevada con las no lejanas fortalezas de Cuéllar e Íscar. El interior es de gran lujo y fastuosidad, y conserva la decoración mudéjar. En sus salas se ven representados hermosos motivos geométricos mudéjares realizados con estucos y pinturas, aportándonos así mismo un legado único e irrepetible.

El castillo se encuentra abierto al público y ofrece visitas guiadas, que transcurren por:

- La Capilla: La primera sala que nos encontraremos en la visita, está situada en la planta inferior de la Torre del Homenaje, en ella se albergan algunas tallas románicas y góticas de la Virgen con el Niño. También, dos tablas del XVI de temas religiosos: una Crucifixión y una Anunciación. La ubicación de la Capilla original en este castillo es hoy en día una incógnita.

- Sala de Armas:Su mayor atractivo la encontraremos en la decoración de los muros y el techo. Los mosaicos mudéjares de tonalidades rojas, blancas y azules, la decoración puramente geométrica y la bóveda decorada con nervios góticos otorgan a esta sala un interés especial. En ella también podemos admirar una representación de la azulejería existente en este castillo.

- Sala Museo: En esta sala, existe un Ajimez Mudéjar de dos arcos, restos del patio de armas y palacio original. Además, varias pilastras de mármol de Carrara, una con el escudo de la familia Fonseca. Todo ello conformaba una decoración puramente renacentista.

- Galería Torre: En esta sala se pueden admirar algunas armaduras y armas de los siglos XVI y XVII, fotografías que muestran el estado del castillo antes y después de la restauración efectuada entre los años 1956 y 58.

- Mirador: Magníficas vistas de la Tierra de pinares, poblaciones colindantes, núcleos de interés, Iglesia de Santa María la Mayor, Torre de San Nicolás y Murallas Medievales. Estamos a una altura de 40 metros desde el lecho del foso, y 25 metros desde el patio de Armas.

- Galería Norte: Tras hacer un corto recorrido por el paseo de ronda viniendo desde la torre del Homenaje, continuamos la visita en la galería norte de este castillo, en ella encontramos reproducciones de diferentes documentos relacionados con el castillo y la villa, destacando la Real Facultad del Rey don Juan II de Castilla concedida a Alonso de Fonseca, para que pudiera construir una fortaleza en Coca, (fechada en 1453).

- Sala de los Jarros: En sus paredes se representan jarros entre arquerías mudéjares y sobre motivos vegetales. Un friso geométrico de lacería sirve de base a todo el conjunto pictórico. La acústica de esta sala le otorga un atractivo especial que descubriréis con la ayuda de los guías.

- Sala de acceso a la Mazmorra: Es un punto de vigilancia perfecto de la entrada al núcleo de la fortaleza. Su bóveda está completamente pintada con motivos que simulan el ladrillo. Tiene una estrella de David debajo de la ventana. Alguien sugirió en cierta ocasión que desde este lugar se introducía los reos hacia la mazmorra.

- Mazmorra: Esta sala y la que se encuentra sobre ella están unidas por un óculo practicado en el techo en forma de cúpula en dicha mazmorra. La yaga existente entre los ladrillos está realizada de tal forma que es imposible la huida de los encarcelados. Existe otra entrada, así los visitantes pueden acceder al interior de la mazmorra.

El precio de la visita guiada es de tres euros (entrada general) y 2,50 euros (mayores de 65 años y niños de 6 a 14 años). Se requiere reserva previa con, al menos, 48 horas de antelación.

Para completar la visita la villa segoviana está ubicada en la comarca de Tierra de Pinares, en plena Campiña Segoviana, en un entorno natural de una gran masa forestal de pinares, que hace que la explotación del pino sea una de sus principales actividades económicas.

Los primeros vestigios de presencia humana se remontan al Bronce Antiguo en el segundo milenio antes de Cristo. De esta época se han encontrado restos de cerámica y puntas de flecha. Fue un importante asentamiento romano y durante los siglos IV y V. Cauca tuvo bastante importancia en el contexto de Hispania. En ella nace el que fuera emperador romano, Teodosio el Grande. Fue conquistada por Almanzor y reconquistada por Alfonso VI en 1086. Napoleón la ocupó en 1808, estableciendo sus tropas en su castillo.

C oca está declarada Conjunto Histórico y Bien de Interés Cultural. Sus monumentos, su entorno paisajístico y su gastronomía hacen que este lugar sea muy atractivo. Su iglesia parroquial de Santa María la Mayor, fue construida en el siglo XVI sobre los cimientos de una iglesia románica del siglo XII. En su interior se pueden ver varios interesantes sepulcros renacentistas labrados en mármol de Carrara, donde están enterrados miembros de la familia Fonseca.

La Torre de San Nicolás, rehabilitada hace unos años como mirador, perteneció a una de las iglesias más antiguas de Coca, de la que únicamente queda en pie esta esbelta torre mudéjar, construida en mampostería y ladrillo en el siglo XII.

A las afueras de Coca también se puede visitar El yacimiento romano de los Cinco Caños, es una domus romana de la antigua Ciudad de Cauca. Fue un emplazamiento de gran importancia. Ya por el 151 a.C. fue conquistada y destruida por Lucio Licinio Lúculo. En el siglo IV nace en ella Teodosio el Grande, que sería emperador de Roma.

En el mes de Agosto tiene lugar la feria medieval. Un viaje en el tiempo donde al visitante se le acoge cordialmente en un ambiente de época, con mercados, actividades, puestos de artesanía y alimentación, actividades para niños o tiro al arco

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