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¿Qué pueblo de los más bellos de España mezcla a la perfección patrimonio y naturaleza?

Cuenta con el lago más largo y profundo de España

Puebla de Sanabria es uno de los municipios más emblemáticos de esta comarca zamorana, a un paso del espectacular Lago de Sanabria/Reportaje gráfico: patronato de Turismo de Zamora
Puebla de Sanabria es uno de los municipios más emblemáticos de esta comarca zamorana, a un paso del espectacular Lago de Sanabria/Reportaje gráfico: patronato de Turismo de Zamoralarazon

Muchos son los pueblos y ciudades de España que cuentan con numerosas joyas patrimoniales y recursos naturales que atraen a numerosos turistas. Pero por encima de ellas destaca uno de los pueblos más bellos de nuestro país, ya que entre sus atractivos se encuentra un Parque Natural y un castillo del siglo XV.

No es muy normal esta mezcla, pero se trata de un enclave privilegiado, ya que cuenta con un Parque Natural, que es aquel espacio natural con características biológicas o paisajísticas especiales en el que se pretende garantizar su protección.

Los parques naturales enfocan su atención en la conservación y mantenimiento de su flora y fauna a través de la vegetación. Pueden ser marítimos o terrestres y encontrarse en la montaña, en el mar, en el desierto o en cualquier otro espacio definido geográficamente.

También se trató de una zona clave en la época de la reconquista, como demuestra su Castillo, ya que este tipo de eficaciones son un «lugar fuerte, cercado de murallas, baluartes, fosos y otras fortificaciones».​ Existe todo un conjunto de edificaciones militares que guardan analogías con el castillo, como el alcázar, la torre, el torreón, la atalaya, el fuerte, el palacio fortificado, la ciudadela o la alcazaba, lo que el castillo encierra es un patio de armas, en torno del cual se sitúan una serie de dependencias y que dispone por lo menos de una torre habitable.

El municipio que dispone de estas dos joyas se sitúa en la provincia de Zamora y se llama Puebla de Sanabria, que es una de las más antiguas localidades zamoranas, documentada por primera vez en el año 509, a raíz, de unas actas del concilio de Lugo, aunque la cita como muy bien señalan no pocos autores pudiera referirse a la totalidad de la comarca sanabresa, no sólo a la villa de Puebla. De todas formas, ya en el siglo X si existía una "urbe Senabrie" como centro organizativo de su territorio circundante. Es posible que ya entonces existiera algún tipo de fortificación en la puebla, llevada a cabo por los reyes leoneses en su avance hacia el sur, aunque la falta total de datos y vestigios históricos y arqueológicos que lo confirmen, hace que esto sólo sean meras especulaciones, como así señala la página web del Ayuntamiento.

Llegado el siglo XII, desde 1132 al menos, la villa ya contaba con el castillo plenomedieval, documentado a través de sus tenentes, una larga lista aportada por Gómez Moreno que se iniciaba en ese año de 1132 con el conde Ponce Fernandizi y su hermano Xemeno; en 1150 ostentará ese cargo Roderico Petri señor de "Senabria et de Carvaleda"; de 1158 a 1161 Ponce de Cabrera y Rodrigo Pérez de Sanabria serán los tenentes de la fortaleza; en 1164 lo será Fernando Ponce; en 1171 "mandante Senabrie comité Poncius et comitissa María Fernándiz"; y por fin en 1188 se cita a "Fernandus Aldefonsus tenes Senabria".

En 1195, Alfonso IX organiza las funciones políticas, económicas, jurídicas y militares de Puebla de Sanabria como bastión de la frontera leonesa frente a Portugal. Es entonces cuando ese monarca hace de la villa una de sus pueblas, concediéndole fuero en 1220, reedificando y mejorando además su castillo y sus defensas muradas. De entonces data la innovadora planta de aquel castillo, cuadrangular, típico de la época, pero defendido en sus ángulos por cubos circulares, modelo, que como muy bien señala Gutiérrez González, no se utilizaría de forma habitual en estos reinos hasta la Baja Edad Media.

Avanzado ya el siglo XIII, la importancia económica y político-militar de Puebla de Sanabria se mantiene, refrendando su fuero en 1273 el entonces rey Alfonso X. En el siglo XIV, esta villa es propiedad de Juan Alfonso de Alburquerque, quien delega todos sus derechos de usufructo a su esposa, lo que desemboca en la donación que de la villa hace en la segunda mitad de siglo Pedro I en favor del conde Fernando de Castro. Posteriormente el mismo monarca la donará a Men Rodríguez de Sanabria.

Tras las disputas al trono entabladas entre este rey y su hermano Enrique, Puebla de Sanabria será dada por Juan I en gratitud por los servicios prestados a su padre a los Losada, familia noble local, en la persona de Alvar Vázquez de Losada, junto a su alfoz y a la Carballeda, todo ello en forma de mayorazgo.

En 1451, tras la guerra civil coetánea de Juan II, Doña Mayor de Porras, madre y tutora de Marina de Losada, vende a Alonso de Pimentel, tercer conde de Benavente, la mitad de Puebla de Sanabria y toda su tierra, tomando entonces aquel posesión de la fortaleza. En ese año de 1451 y en 1476, las dos líneas principales de los Losada desaparecerán, subsistiendo únicamente la rama de los señores de Rionegro, lo que beneficiará a los Pimentel, que adquirieron la otra mitad de Puebla tras el reinado de Enrique IV.

En 1465 el príncipe don Alfonso, hermano de Enrique IV; da a Rodrigo de Pimentel la mitad de la Puebla de Sanabria propiedad hasta entonces de Diego de Losada, aunque al morir Don Alfonso, aquella cesión se suspendió hasta 1479, año en que los Reyes Católicos. la hacen viable en manos del cuarto conde de Benavente, el referido Rodrigo Alonso de Pimentel. Firmada la paz con Portugal, los Reyes Católicos devuelven a los Losada su mitad de la villa. Por todo ello, y como única solución, el citado conde de Benavente compra esa propiedad a doña Leonor de Melgar, viuda de don Diego de Losada a cambio de toda su hacienda en el lugar Montamarta en 1489.

En 1710, ya con el castillo y sus murallas notablemente deterioradas, la villa es tomada por los portugueses, que la conservan hasta 1716, año en que es recuperada por los ejércitos españoles. La guerra de la independencia frente a los franceses tuvo también participación en este castillo zamorano, lo que sirvió para su definitivo deterioro, ya que en 1809 aparece "mal entretenido" y con una simple muralla como recinto exterior. Durante las guerras carlistas, el recinto amurallado sería por última vez reparado, aunque de manera superficial, no deteniéndose con ello su continuo deterioro.

En 1887 el castillo pasa a pertenecer al ayuntamiento de la villa, quien en un principio lo utiliza para diversos fines hasta que, a finales del siglo XX, experimenta un importante proceso de rehabilitación completado en la primera década del siglo XXI.

Su privilegiado emplazamiento en un alto recodo arropado por la confluencia de los ríos Tera y Castro, convirtió a la Puebla en un punto estratégico de primer orden a través de los siglos. Esto explica el que en 1492 se informe a los Reyes Católicos, que junto con Saelices, fueran considerados "dos puertas muy principales". Con Felipe II se convirtió en aduana de puerto seco en el que se cobraba lo gravado a las mercancías descargadas en Vigo.

Sus principales atractivos patrimoniales son: - El Castillo:Construido a mediados del siglo XV por don Rodrigo Alonso de Pimentel y doña María Pacheco (IV Condes de Benavente) ocupa una posición privilegiada sobre un promontorio. Plano de la ciudadrocoso protegido por tres cauces fluviales. Se trata de un castillo-fortaleza construido en sillería de granito con un recinto amurallado de planta cuadrangular y una torre central, la Torre del Homenaje o como popularmente se la conoce “El Macho”.

En la parte Norte del recinto amurallado se encuentra el Centro de Visitantes en la “Casa del Gobernador” así como la Oficina Municipal de Turismo. Con diferentes salas expositivas el visitante podrá adentrarse en la Ruta de los Pimentel, desde los verdes campos de Vinhais en el Parque Portugués de Montesinho, pasando por el enclave hidrológico de Benavente hasta la llanura de Villafáfila. La riqueza histórica, etnográfica, paisajística y faunística de estos enclaves se resume en cada una de las salas, además de ofrecer una información relevante sobre la comarca de Sanabria y la Sierra de la Culebra.

En la Torre del Homenaje se encuentra el Centro de las Fortificaciones, donde de forma amena se ofrece información de la historia del castillo, de la villa y de las fortalezas de la provincia. Paneles, audiovisuales y juegos interactivos son el complemento a los huecos inherentes de las antiguas estancias junto con las excelentes vistas panorámicas del exterior de la Torre.

En el ala Este del recinto amurallado se encuentra la Casa de Cultura. Consta de tres salas; en la planta sótano se encuentra el Salón de Actos, en la planta baja la Biblioteca Municipal y en la primera planta la Sala de Exposiciones.

- Conjunto histórico: Constituye un auténtico bastión fortificado por el que han pasado infinidad de batallas. Su condición fronteriza ha hecho de ella una villa que en la actualidad está declarada Conjunto Histórico-Artístico. Nada más cruzar el río y adentrarnos en los que hoy constituye el Centro de la población, se advierte una empinada calle, en cuyas inmediaciones se encuentran las más austeras fachadas.

Las casas de esta localidad guardan aún el recuerdo de antiguos momentos de esplendor. Muestran estas construcciones una gran riqueza ornamental. Los blasones aparecen en sus fachadas, grandes modillones profusamente contorneados sustentan los aleros y algunas de las balconadas más hermosas de la Comarca. Los corredores son amplios y las galerías están casi siempre acristaladas. Además, los trabajos de rejería vienen a embellecer más aún estas ya de por sí atractivas construcciones.

- Muralla: Se construyó a la par que el primer castillo una cerca murada (siglos XII y XIII) con mampostería de lajas en hiladas roscas, con mortero de cal y arena en sus lienzos orientales. Sus muros tenían una anchura de metro y medio, formando una planta poligonal irregular con tendencia a ovalada. Sus máximas cotas se extendían en el eje norte-sur con 600 m., y en el eje este-oeste con 150 m. abarcando una superficie aproximada de 8 has.

Esta planta, que partía de los muros orientales, cerraba únicamente el caserío localizado junto a éste, era la zona más septentrional del actual casco urbano, perfectamente dibujada a través del moderno trazado vial y urbano.

Este recinto se defendía por varios cubos y torres cuadradas dispuestas irregularmente a lo largo de todo el perímetro de la cerca. De aquellos cubos y torres hoy nada queda en pie. Contó con dos puertas de acceso, la conocida como de Enmedio o de la Villa y la Principal, luego conocida como de Sanabria. La primera, se protegía con dos torres cuadradas, y se localizaba hacia el sureste del recinto, en la actual Calle Rúa, junto a la Plaza de Armas. Esta puerta comunicaba directamente con el arrabal de Abajo y de ella absolutamente nada queda. La segunda puerta, de la que tampoco quedan restos, se abrió hacia el noroeste, cerca del castillo, según muestran planos del siglo XVIII, y también contó con dos torres de defensa.

- Convento de San Francisco: Emplazado en un populoso barrio de la Villa del que toma el nombre. Se trata de un vetusto edificio bien conservado. En su conjunto resulta noble, a pesar de su aspecto modesto y de carecer de monumentalidad. La iglesia aprovecha el lateral meridional, quedando las estancias conventuales hacia el norte, éstas se desarrollan alrededor de un pequeño claustro circundado por arcadas.

Este convento estuvo dedicado a San Bernardino y sus residentes fueron frailes franciscanos. En la actualidad se utiliza como escuela de artes y oficios y locales para Centro de Profesores. La iglesia permanece abierta al culto y sirve de apoyo a la parroquia.

Pero este municipio, que está considerado como uno de los pueblos más bellos de España, no solo destaca por sus monumentos, sino por su riqueza medioambiental, ya que forma parte de un Parque Natural. Este territorio fue declarado Parque Natural en el año 1978, debido a su morfología única que data de la época glacial. Dentro de su extensión se encuentra el glaciar más grande de la Península Ibérica. En él también abundan las lagunas y los valles plagados de una frondosa vegetación que te quitará el hipo.

También el hogar de multitud de especies animales, de entre las que destaca la nutria, que es el emblema del Parque, y se pueden encontrar multitud de especies de anfibios como las salamandras o los tritones. En cuanto a la vegetación,abundan robles, abedules y sauces, además de acebos, tejos y otras especies que requieren de mucha humedad.

Además se pueden visitar lugares de interés histórico y artístico, como el monasterio de Santa María en San Martín de Castañeda o el conjunto de arquitectura popular “Las Casas del Parque”, en el cual se encuentra la Oficina de Turismo. Asimismo, es ideal para practicar todo tipo de deportes, como el ciclismo, el kayak o el senderismo.

El parque cuenta con el lago más grande y más profundo de España, el de Sanabria. Hace unos 100.000 años, en el Pleistoceno Superior, un impresionante glaciar con lenguas de hielo de más de 20 kilómetros sirvió de origen al actual Lago de Sanabria. Hoy cuenta con 369 hectáreas de superficie fluvial (aproximadamente, 1,5 Kilómetros de ancho por tres de largo) y una profundidad que alcanza hasta los 53 metros.

Gracias al glaciar, también se formaron abundantes circos glaciares que ahora se han convertido en lagunas distribuidas a lo largo de todo el Parque Natural. Amplios y profundos cañones, estrías glaciares y morrenas que rodean todo el perímetro del lago.

Está enmarcado en una cuenca exorreica donde el río Tera constituye el principal sistema hídrico de entrada y salida. A unos 2 Km, por encima del lago, el río Cárdena y el río Segundera se unen al río Tera como sus primeros afluentes, estos dos ríos cuentan con seis embalses que conforman la cuenca hidrográfica del lago, y con una gran cantidad de humedales y lagunas de pequeña extensión.

El lago cuenta con varias playas de arena y piedra entremezcladas con árboles y naturaleza. En las que está permitido tanto el baño como la pesca.

Las principales de estas playas son, en el extremo oeste, Custa Llago y Viquiella (la más grande del Parque), estas dos playas son de fina arena. Mientras que en el extremo sureste tenemos Los Arenales de Vigo, Los Enanos, El Pato y EL Folgoso, todas ellas de arena y piedra entremezclada con zonas de hierba y muchos árboles. Además, es cuna de leyendas y origen de relatos universales que transcienden de generación en generación. Siendo famosa la leyenda del origen del lago sobre el pueblo "Valverde de Lucerna".