Turismo
Seis escapadas con encanto para comer, pasear y desconectar durante este fin de semana de la Hispanidad
Castilla y León ofrece numerosas experiencias de todo tipo para disfrutar en familia, con amigos o en pareja
España celebra este fin de semana la Hispanidad, un buen momento para escapar del mundanal ruido de las ciudades y hacer parada y fonda en alguno de los numerosos lugares con encanto que ofrece el interior del país, sobre todo en Castilla y León, donde hay para dar y tomar.
Una Comunidad histórica, repleta de sitios en los que comer muy bien y mejor beber, pero también poder pasear, hacer senderismo o aventura, o disfrutar del aire libre con la familia, con amigos o en pareja y en solitario, a gusto del consumidor.
Y en estas líneas de LA RAZÓN queremos mostrar algunos de estos lugares que hay que conocer al menos una vez en la vida y repetir si es posible, por cuanto en ellos hay todo lo que un buen viajero desea y espera encontrar en una tierra como la castellano y leonesa. Y este fin de semana donde se celebra la festividad de El Pilar, en pleno otoño, es un buen lugar también para disfrutar de esta tierra, que acaba de terminar la vendimia en alguna de sus zonas como la Ribera de Duero, o que espera la llegada de micoturistas para recoger el producto estrella del otoño: las setas y los hongos.
Sierra de Gredos (Ávila)
Para los amantes de la naturaleza, la Sierra de Gredos es el lugar. En apenas dos horas se llega desde la capital de España a este espectacular enclave de la naturaleza que mantiene una estrecha relación con los madrileños.
Primero, porque parte de esta cadena montañosa está dentro de la Comunidad Autónoma madrileña, pero el principal motivo es que un gran porcentaje de sus visitantes, sobre todo en verano, proceden de la capital del Reino, que buscan en tierras abulenses una escapada de fin de semana a una casa rural o para unas pequeñas minivacaciones de un "Puente" como este del Primero de Mayo. Da lo mismo la zona norte o la sur, puesto que ofrece numerosas actividades lúdicas y de naturaleza, además de una gastronomía estupenda, para hacer de estas fechas un momento inolvidable.
De visita obligada en la Sierra de Gredos están los cinco pueblos que forman parte de la denominada comarca natural del Barranco de las Cinco Villas, catalogada como Paisaje Pintoresco con la condición de Bien de Interés Cultural desde 1975: Mombeltrán, con su espectacular Castillo de los duques de Alburquerque del siglo XV, su iglesia de San Juan Bautista, de los siglos XIV y XV o los yacimientos de poblados vetones y visigodos; Cuevas del Valle, en pleno Valle del Tiétar, donde el turista puede encontrarse aún numerosas muestras de la arquitectura tradicional de la zona en su casco antiguo que invita a pasear y disfrutar con tranquilidad de su destacado patrimonio histórico-artístico muy bien conservado en el que sobresale la iglesia de la Natividad de Nuestra Señora, el Rollo de piedra, datado del año 1695, reconocido como Bien de Interés Cultural y que es el símbolo de la independencia del Señorío de Mombeltrán, o la calzada romana que conectaba la Meseta Norte con el Valle del Tiétar; Santa Cruz del Valle, sin lugar a dudas el municipio de esta comarca que ofrece las mejores vistas del Barranco y donde cualquier punto del municipio sirve de mirador.
Las pinturas murales de sus fachadas ponen la nota original al pueblo que ofrece al viajero unos lavaderos públicos construidos en granito que invitan al recuerdo de otras épocas y su ermita de San José además de su rollo o picota; San Esteban del Valle, con su calzada romana del puerto del Pico, un camino usado desde tiempos antiguos para comunicar las dos submesetas; los yacimientos arqueológicos de Ulaca en las primeras estribaciones de la cara norte de la Sierra de la Paramera o el castro de El Raso, donde se pueden ver pinturas rupestres en el camino que asciende hasta el "Collado Braguillas;y, finalmente, Villarejo del Valle, para recorrer sus callecitas de sabor popular con el telón de fondo del Torozo. la ermita de Nuestra Señora de Gracia, la de San Antón, la iglesia de San Bartolomé o los monumentos a la cabra montés y a los arrieros, son parte del amplio y variado patrimonio que existe en esta localidad situada a 825 metros de altitud.
La Sierra de Gredos se disfruta en cualquier estación del año, ya sea en otoño para recoger setas y otros frutos; en invierno para disfrutar de una casa rural y el calor de la chimenea mientras se disfruta de un buen plato de cuchara de la zona; en verano para refrescarse en una de sus frías pozas; y, sobre todo, en primavera, por la explosión de su vegetación.
Una actividad para hacer con niños es la ruta de la laguna grande de Gredos, de unos 13 kilómetros de longitud, ideal para iniciar a los niños en la alta montaña, ya que cuenta con buen acceso y una dificultad moderada, en la que se pueden disfrutar de unas vistas impresionantes. Se puede hacer en dos horas y media. Además, se puede realizar por etapas sin tener por que llegar hasta la laguna grande para poder disfrutar de unas fantásticas vistas de la sierra de Gredos.
La Sierra de Gredos ofrece rutas a caballo, tiro con arco, paintball, rapel, piragüismo, parapente, parques de cuerdas y bicicleta de montaña, que permite disfrutar de las cinco villas que se alzan junto al Valle del Tiétar, pero también ofrece una espectacular contemplación de estrellas gracias a la escasa contaminación lumínica de la zona, y donde el cielo está despejado más de 215 días al año. De hecho, Gredos cuenta con la certificación Starlight, y los más pequeños de la casa pueden deleitarse con un cielo realmente único. De hecho, es un lugar privilegiado en el que se pueden observar hasta 2.500 estrellas con solo mirar hacia arriba.
También están las rutas ornitológicas de la Sierra de Gredos, y es que gracias a la gran variedad de árboles y escenarios presentes, la diversidad de aves para observar es muy amplia y variada y no deja indiferente a nadie.
Miranda del Castañar (Salamanca)
Este municipio salmantino cuenta con la declaración de Conjunto Histórico desde el 8 de marzo de 1973, y se levanta sobre un promontorio rocoso, en pleno corazón de la Sierra de Francia. Sólidas murallas circunvalan la localidad, en la que sobresalen las solemnes torres del Homenaje de su castillo y la de las Campanas de su iglesia parroquial. Desde 2017 está considerado como uno de los Pueblos Más Bonitos de España.
Miranda del Castañar conserva dos de las cinco ermitas que tuvo: la ermita del Cristo del Humilladero a la entrada de la localidad y, fuera del recinto amurallado, la ermita de la Virgen de la Cuesta, patrona de la localidad, de estilo gótico con retablo churrigueresco, bien conservada y con vistas espectaculares a la Peña de Francia.
Por sus calles se respira la historia medieval de la villa que fue. Descubrir la organización de sus calles, quizá árabe, quizá judía, entender cómo sus habitantes han hecho de la necesidad virtud y alegría de vivir, compartiendo casas y bodegas ha dado un entramado de propiedades peculiar y una idiosincrasia a las casas y calles, que solo se entiende hablando con los mirandeños, contemplando su arquitectura y dejándose llevar por lo que las piedras nos cuentan.
Sobresale entre toda esta belleza el castillo de los Zúñiga o de los condes de Miranda del Castañar, situado al este y uno de las mejor conservados de la provincia salmantina. La fortaleza se distribuye a lo largo de una planta de trapecio irregular, con cubos en los ángulos, donde se abren ventanas geminadas. En la actualidad el castillo nuevamente pertenece a manos privadas tras la donación a la Villa realizada en 1954 por Cayetana Fitz-James Stuart, duquesa de Alba.
La localidad de Miranda del Castañar es reconocida por ser una de las pocas de España en conservar en su totalidad la antigua muralla medieval. Sus muros cuentan tan solo con cuatro vanos, cada uno orientado a un punto cardinal: la de Nuestra Señora, San Ginés ( junto al castillo y la vieja alhóndiga), el Postigo y la de la Villa.
La iglesia parroquial de Santiago y San Ginés de Arlés, debido a que la construcción honra la imagen de estos dos santos, es otra de las joyas de la localidad. Su construcción sencilla y que, a pesar de ser de estilo gótico, no alcanza gran altura ni dimensiones. Su origen tuvo lugar durante los siglos XIII y XIV, aun que ha sufrido modificaciones posteriores. En la actualidad hay zonas que se encuentran bastante deterioradas. La iglesia destaca por sus muros de piedra en mampostería. Frente a la Iglesia se alza la Torre de las Campanas, del XVII. Su coste fue sufragado por los vecinos incluidas las campanas para no tener que pagar por su uso a la iglesia cuando tuvieran que sonar para convocar a los vecinos, anunciar muertes o catástrofes.
La Alhóndiga y la plaza de toros son dignas de ver también. La primera, actualmente sede del Ayuntamiento, fue una en su época una casa pública o sitio real donde se compraba y se vendía e, incluso, se almacenaba el grano y se realizaban las transacciones comerciales, de finales del siglo XVI. Y la segunda, tiene la peculiaridad de ser la plaza de toros cuadrada más antigua que se puede encontrar en España. Es también el antiguo patio de armas del Castillo de Zúñiga. Conocida también con el nombre de Coso Taurino fue construida durante el siglo XVI y en su interior caben unas 2.000 personas.
Miranda del Castañar se encuentra ubicado en plena Sierra de Francia. Sus valores naturales y culturales la han convertido en uno de los lugares más afamados de España. Además de que gran parte de su territorio coincide con el Parque Natural de Las Batuecas-Sierra de Francia y la Reserva de la Biosfera, sus pueblos conservan un encanto al que no puede resistirse quien lo visita.
Seis pueblos están reconocidos como conjuntos históricos por su riqueza patrimonial: La Alberca, Mogarraz, Miranda del Castañar, Sequeros, San Martín del Castañar y Villanueva del Conde, sin olvidar otras localidades como Linares de Riofrío, puerta de la Sierra, o el medieval Monleón.
Peñafiel (Valladolid)
En pleno corazón de la Ribera del Duero se encuentra la localidad vallisoletana de Peñafiel, un lugar de parada y fonda para aquellos que gusten del buen vino que quieran desconectar unos días visitando, cuando acaba de terminar la vendimia, algunas de las bodegas más importantes del mundo como Protos o Pago de Carraovejas, en plena Milla de Oro del Vino, y otras típicas donde se enseña cómo se hacía el vino antes y con entretenimiento, como es la Bodega La Olmilla, o empapándose de una zona que es parte importante de la historia del Reino de España.
Una Villa con más de mil años de historia, cuna también del infante Don Juan Manuel, notable escritor, sobrino de Alfonso X "El sabio" y nieto de Fernando III "El Santo", y una zona en la que se asentaron los vacceos y cuya historia puede conocerse en el yacimiento de Pintia, en Padilla de Duero, municipio que pertenece a Peñafiel.
Sobresale su medieval castillo en todo lo alto abrazando y protegiendo a peñafielenses y turistas. Monumento Nacional desde hace ya más de cien años esta fortaleza acoge en su interior la sede del Museo Provincial del Vino de Valladolid. Una fortaleza que ofrece unas magníficas vistas a los valles que rodean la localidad, y que ha sido reformado hace unos meses ofreciendo una visita integral al mismo.
Para los amantes de la historia y de ver patrimonio, Peñafiel cuenta con un patrimonio religioso de enjundia, con la Iglesia-Convento de San Pablo de estilo gótico-mudéjar, donde descansan los restos del autor de El Conde Lucanor; la iglesia de San Miguel de Reoyo; el convento de Las Claras, que acoge un hotel de cuatro estrellas; o la iglesia de Santa María, sede del Museo de Arte sacro.
El turista puede ver la Casa Museo de la Ribera, uno de los mejores ejemplos de arquitectura tradicional conservados, donde un grupo de actores sitúa al visitante en una casa de principios del siglo XX, pero también y sobre todo pasear por su casco histórico y por el paseo del Vino que une la Plaza España con la Plaza del Coso, donde se celebran los festejos taurinos de mayo y de las fiestas patronales de agosto además de la Bajada del Ángel del Domingo de Resurrección, declarada de Interés Turístico Nacional, y numerosas actividades culturales durante todo el año.
Pero Peñafiel tiene una gastronomía espectacular, con el lechazo o cordero lechal al horno de leña como plato estrella, en asadores de relumbrón como Mauro, El Corralillo, El Molino de Palacios, Restaurante María Eugenia o El Lagar de San Vicente, por citar algunos, sin olvidar el pan de coscoja de aceite típico elaborado con cereal de la zona.
Tobera (Burgos)
Tobera es una de esas pequeñas poblaciones con encanto se encuentra en la provincia de Burgos, y más en concreto en la comarca de Las Merindades y en las inmediaciones de la ciudad más pequeña de España -a la que pertenece desde 1489-, en un enclave estratégico en el que la naturaleza está en constante ebullición. No en vano, la característica principal de este pequeño pueblo es que se encuentra ubicada entre dos cascadas y al amparo del río Molinar, cuya corriente crece junto a un desfiladero impresionante en el que hay hasta cinco saltos de agua a cada cual más espectacular.
Puentes y caminos de piedra se entrecruzan en esta pequeña villa, con pintorescas y características construcciones que no dejan indiferente al visitante, y cuya banda sonora es el fluir del aguapor este río, cuya fuerza motriz se ha aprovechado durante siglos para generar energía mediante unos molinos, de ahí su nombre, que hicieron que el pueblo creciera también de la mano de la producción de papel.
En Tobera, donde los quejigos han encontrado su hogar también, apenas viven unas veinte personas todo el año, pero tuvo también su repercusión en tiempos del tardío Imperio Romano. Tal es así, que era una importante y estratégica vía de comunicación o calzada romana que unía esta zona y La Bureba burgalesa con el norte de España y el mar, a través de los puertos del Cantábrico.
Las cascadas y gargantas que el río Molinar han creado en este lugar a lo largo de miles de años son, sin ningún género de duda, la seña de identidad de este "diminuto" pueblo que ofrece también al turista otras "joyas" que no debe dejar de visitar y conocer en su viaje.
Y algunas de ellas con mucha historia e incluso leyendas que hablan de la importancia de este lugar, que fue también paso de los peregrinos que se dirigían hacia Santiago de Compostela, una de las cunas de la Cristiandad, para honrar y abrazar al Santo.
Una de estas maravillas arquitectónicas es la ermita de Santa María de la Hoz, seguramente la construcción más destacada este pueblo con ocho siglos de historia a sus espaldas. Este templo, de estilo tardorrómanico, se levantó en el siglo XIII sobre los restos de una iglesia anterior. Se compone de una única nave que está decorada con frescos y, además, en sus tiempos de esplendor llegó a hospedar a los peregrinos de la Ruta Jacobea.
La segunda joya de Tobera es la ermita del Cristo de los Remedios, más moderna que la anterior, ya que está fechada en el siglo XVII, y que junto con el puente romano-medieval que atraviesa el río, ofrece al visitante una estampa que no se encuentra en ningún otro rincón del planeta tierra.
Al lado de las ermitas y junto al puente romano, que tiene un ojo solo, hay unas escaleras de piedra donde arranca la ruta de las cascadas, en cuyo recorrido se pueden ver los diversos saltos de agua. Se trata de una ruta circular no muy complicada para disfrutar en familia se puede realizar por el trayecto corto, unos 25 minutos o el largo, de unos 40.
Otra de las peculiaridades de Tobera son sus casas y construcciones que sirven de miradores estratégicamente situados y destaca también su lavadero medieval junto al río, en el que antiguamente se lavaba la ropa, muy cerca de una zona conocida como "Las Fuentecillas", por las pequeñas pero caudalosas fuentes que la habitan.
Almanza (León)
La localidad leonesa de Almanza ofrece una escapada singular y muy divertida para que disfrutar en familia con los más pequeños de la casa. Un municipio que cuenta con una riqueza paisajística y monumental importante y digna de ver y contemplar, pero que también presume de tener un peculiar bosque, con algunos ejemplares de roble centenario de hasta mil años de antigüedad -que se ven en los cinco metros de circunferencia que tienen-, repleto también de aventuras que se ha convertido en apenas dos años de andadura en un referente del turismo familiar. De hecho, en los dos años que lleva en marcha son más de 60.000 personas las que han pasado por allí.
Se trata del Bosque de los Cuentos, un guiño al célebre cuento de hadas de los hermanos Grimm, que puede visitarse libremente, sin entrada ni horarios, lo que es otro aliciente por su flexibilidad, y en el que solo se pide un requisito: ser respetuoso con el medio ambiente y la naturaleza existente en este mágico lugar en el que el visitante podrá encontrarse con personajes de cuento de toda la vida, como los siete enanitos (Sabio, Gruñón, Feliz, Dormilón, Tímido, Mocoso y Mudito) además de Blancanieves y su casita, varios trolls e incluso los tres cerditos y el lobo hambriento, que se suman al refugio de robles y servales que salen al encuentro de los caminantes, además una bruja y los fantásticos ejemplares arbóreos del monte de Almanza.
Una pequeña ruta de senderismo de dos kilómetros distancia ideal para que los más jóvenes de la casa se inicien en este tándem deporte-naturaleza. Durante el recorrido, las familias pueden ir leyendo los cuentos a través de unos códigos QR que se van encontrando por el camino junto a estos personajes de cuento a través de diez historias populares de donde extraer a los diversos personajes entre los que se encuentran Caperucita Roja, Cenicienta,Bambi, Hansel y Gretel, Pinocho o el gato con botas que se irán sumando a esta iniciativa turística y medio ambiental.
Además, de este bosque de los enanitos, Almanza ofrece al turista otras opciones para disfrutar de un fin de semana inolvidable en plena naturaleza junto a la vega del río Cega para los amantes del senderismo, con valles esculpidos por arroyos y pequeños ríos que desembocan en este río.
La historia dice que Almanza fue en la Edad Media una villa amurallada con su fortaleza y fosos. Estaba rodeada de una cerca de cal y canto de gran espesor y solidez, de la que actualmente conserva de un arco ojival de piedra, que data del siglo XIII. Además, Almanza significa "mirador" en árabe, lo que da cuenta de que era un lugar alto muy importante como punto estratégico entre la montaña y la meseta. Quienes decidan acercarse a Almanza no deben dejar de pasear por su casco histórico, que es un Conjunto Histórico Medieval y está declarado Bien de Interés Cultural. Destaca el recinto amurallado, de los siglos XII y XIII, mandado levantar por el rey de León Fernando II en el año 1191 para defender su frontera contra el rey de Castilla Alfonso VIII.
También el Castillo-Palacio, escenario de legendarias batallas y vestigio histórico que perfila la fisonomía de la localidad. El castillo que data del siglo XV fue construido sobre uno anterior del siglo XII, y está declarado Bien Interés Cultural.
La Torre del Reloj, de 28 metros de altura, es conocida como el Mirador del Cea, ofrece las mejores vistas desde Picos de Europa a Tierra de Campos. Sus tres plantas cuentan con el mismo número de miradores y paneles explicativos sobre las campanas o el funcionamiento del reloj.
El casco histórico ofrece al turista uno de los trazados más inéditos del medievo leonés: la Ruta `Villa de Reyes´, un recorrido histórico con tintes árabes, cristianos y judíos de esta Villa milenaria. Finalmente, el visitante no debe dejar escapar la oportunidad de atravesar el puente medieval sobre el río Cea, construido entre los siglos XI y XII pero restaurado en 1775 y 2001.
Y, para más inri, Almanza ofrece a los amantes del deporte y aventura más de 100 km de rutas de senderismo y hasta cuatro rutas Alas de Colores, que permiten combinar senderismo con observación de aves y mariposas. Y para los que gustan de la bicicleta de montaña, hay un Centro BTT que incluye hasta ocho rutas circulares con circuitos señalizados que van desde los 23 kilómetros a 42 km cada una, sumando más de 155 km.
Sepúlveda (Segovia)
En la provincia de Segovia se encuentra uno de los pueblos más espectaculares y bonitos de ver en la España del interior: Sepúlveda. Una villa medieval situada en tierras segovianas, encajonada entre los cerros de Somosierra y la Picota, y que está considerada como uno de los pueblos más bonitos de España por lo que, como tal, pertenece a la Asociación que los declara, y que el viajero debe conocer en algún momento de su vida además de recorrer sus empinadas calles y plazas, contemplar la muralla o conocer por dentro sus iglesias románicas.
Sepúlveda es conocida también como la villa de las siete puertas, por los accesos de su muralla (Puerta del Ecce Homo o del Azogue; Puerta del Río; Puerta de la Fuerza; Puerta del Postiguillo; Puerta de la Judería; Puerta de Duruelo; Puerta del Vado), o como la Villa de las mil miradores, por su privilegiado entorno natural para la contemplación y práctica de senderismo.
Sepúlveda aúna historia, arte, gastronomía, naturaleza, cultura inmaterial y cultura viva como ninguna otra localidad en este país llamado España. De hecho, hay quienes van más allá y consideran que este municipio segoviano es el museo vivo más grande del mundo. así como por sus empinadas calles, vimos su muralla, iglesias románicas y plazas
Otra de las singularidades de Sepúlveda es su paisaje, condicionado por su geología, ya que esta Villa segoviana está situada entre barrancos, fruto de la erosión del río Duratón, que nace en Somosierra, y avanza en su recorrido hasta que se encaja en las calizas sepulvedanas.
La fauna es abundante, con las aves como protagonistas con el buitre leonado a la cabeza. Y es que las Hoces del Río Duratón, declarado Parque Nacional, albergan una de las mayores reservas existentes en España de este majestuoso rey de los cielos. Pero lo mejor de todo, es la facilidad que hay para poder disfrutar de ellas con la vista. Sepúlveda ofrece igualmente al visitante museos y centros de interpretación, como el de la Antigua Cárcel de Sepúlveda, también oficina de Turismo, y una exquisita gastronomía con el lechazo asado como plato estrella.
Pero antes de llenar el estómago, lo primero que hay que hacer en Sepúlveda es pasear y disfrutar de esta villa medieval de sus calles y callejuelas del casco antiguo que apuntan al cielo; de sus casas palaciegas, como La casa de los Proaño o la Casa del Moro, que destaca por su fachada plateresca con la cabeza de un moro en su frontón que hace referencia a la toma de la villa por el Conde Fernán González; o de su preciosa Plaza Mayor situada junto al antiguo castillo y las murallas, donde puede verse una de las siete puertas de acceso a la ciudad: la del Ecce Homo.
El castillo es visita obligada en la actual Plaza Mayor. En el siglo XVIII, se le añadió una fachada de estilo neoclásico, dotándolo de un nuevo aspecto, añadiendo también un reloj y una espadaña, en la que se encuentra la zángana, una campana que sonaba a las diez de la noche para anunciar el toque de queda con el que cerraban las siete puertas de la villa.
Actualmente, el castillo de Fernán González acoge exposiciones culturales y actividades de ocio. La Villa cuenta con varios templos históricos románicos y de una gran belleza, como la Iglesia de Nuestra Señora La Virgen de la Peña, un santuario románico datado en el siglo XII que se encuentra situado sobre una de las Hoces del Río Duratón, y en el que sobresale el Tímpano, ala entrada, uno de los rincones artísticos más especiales de la villa que alberga en su interior la imagen de la patrona de la Villa.
Tras una de las famosas puertas de la muralla de Sepúlveda, la Puerta del Azogue, se hala incrustada en las mismas murallas la Iglesia de los Santos Justo y Pastor, templorománico de los siglos XII y XIII, que fue declarada Monumento Nacional en 1931 y que en la actualidad alberga en su interior el Museo de los Fueros, en el que se repasa la historia de la villa desde el siglo XIII hasta el XVIII a través de una exposición ordenada cronológicamente en capítulos.
Pero la principal iglesia románica de esta Villa segoviana es la del Salvador, primera también de la provincia de Segovia, ya que data de finales del siglo XI y declarada Bien de Interés Cultural. En el otro extremo de la plaza mayor, hay una escalera de piedra con un crucero renacentista que lleva a la iglesia de San Bartolomé cuyos orígenes son románicos.
Y en la Casa del Parque de las Hoces del Duratón se encuentra otra joya románica como es la Iglesia de Santiago, en cuyo interior también se conserva una necrópolis del siglo X que forma parte también de la visita. Dentro de ella se ubica un centro de interpretación de la flora y fauna de la reserva.
✕
Accede a tu cuenta para comentar