Toros

Unos voluntariosos Fandi, Escribano y Martín cierran la Feria Taurina de Valladolid

La Puerta Grande del Coso de Zorrilla se abrió para El Fandi y Escribano, en una tarde de orejas generosas

Unos voluntariosos Fandi, Escribano y Martín cierran la Feria Taurina de Valladolid
Unos voluntariosos Fandi, Escribano y Martín cierran la Feria Taurina de ValladolidFermín Rodríguez

Algo más de media plaza registró el coso pucelano para cerrar la última de la Feria de San Lorenzo. Un cielo despejado y unas temperaturas veraniegas recibieron a los “toros del frío”, así llamados los de Bañuelos por pastar en la finca La Cabañuela en Burgos, a más de mil metros de altitud, para los diestros El Fandi, Manuel Escribano e Ismael Martín. “La corrida de los banderilleros” prometía y la juventud acudió al tendido.

Los voluntariosos coletudos no lograron sobreponerse ante el desfile de mansedumbre de los astados.

Cierra la feria taurina en Valladolid
Cierra la feria taurina en ValladolidFermín Rodríguez

Rompió la tarde El Fandi con “Escalofrío”, un burel de fuerzas medias que recibió de rodillas. Tras hacer lo suyo el varilarguero, invitó a sus compañeros de terna a poner banderillas, lo que generó expectación y emoción entre el público. Destacó Ismael Martín con un embroque muy ajustado hasta el punto de que el pitón besó su frente, provocándole un “chichón”, que tuvo que se reducido con hielo. La faena exigió mano alto y Fandila lo intentó con gusto y voluntad ante su soso oponente. Una estocada entera le sirvió para una oreja, excesiva, que ya sentó base para el resto de la tarde.

El cuarto de la tarde, segundo de su lote, fue recibido con una vistosa zapopina, aunque la mansedumbre de “Emparrado” no permitió lucirse en exceso al granadino. Manso de solemnidad. Un puyazo trasero le bastó y el burel quedó crudo para iniciar la faena tras sujetar con los garapullos en cuatro ocasiones al de Bañuelos. Fandila mostró oficio y su entrega característica y dejó alguna buena tanda. Pero se rajó. Paseó una oreja, mientras un niño en el tendido se la reclamaba al grito de “¡Fandi me la prometiste!”. Puerta Grande.

Escribano venía a Valladolid con ganas. Recibió de capote de rodillas y mejor por el pitón izquierdo. Los tres diestros se encargaron del tercio de banderillas. Brindis al público. Escribano se mostró decidido y ofreció muletazos templados y acompasados. Pero la buena voluntad del sevillano no fue suficiente para sacar todo lo que llevaba dentro ante un soso y sin raza “Temblador”. El público sacó los pañuelos blancos, por aquello del agravio comparativo. Y cayó otra oreja, excesiva.

El segundo de su lote fue recibido con abucheos y petición de devolución a los corrales, pues salió parado desde el principio. Se rajó desde que pisó el albero. El tercio de varas no estuvo organizado y el burel se fue, también, a buscar al caballo que guardaba la puerta. Escribano desprendió riesgo y emoción con los rehiletes. Brindó al público y desde los medios, a pies juntos, comenzó la mejor faena de la tarde, con un toro que fue de menos -de la nada- a más, mientras sonaba “Manolete”. Temple y serenidad mostró el de Sevilla, pero sobre todo valentía. Cualidades que bien le valieron una oreja, y que le abrieron la Puerta Grande.

Ismael Martín acudió a su cita con un traje precioso gris plomo y oro. Se echó de rodillas y deleitó por chicuelinas. Una vez más, la terna se encargó de banderillear al de Bañuelos. Destacó Escribano desde el estribo y hacia fuera. En la faena hizo hilo y cantó la gallina pronto. No tenía fuerzas. Ejecutó la suerte suprema con solvencia y el usía asomó el pañuelo blanco. Oreja. Y pitada al arrastre.

Cerró la cita el de Cantalpino recibiendo de rodillas a su oponente. El tercio de varas fue el único de la tarde aplaudido por el respetable. Colocó un buen tercer par y brindó a Paco Ojeda, mientras le decía “aunque no sea el mejor toro”. Se arrimó de lo lindo antes de finiquitar. Pero pinchó dos veces y no hubo más orejas. Recogió una ovación… y los trastos.

Se puso fin a la feria taurina en Valladolid con una Puerta Grande para El Fandi y Manuel Escribano, en una tarde donde los toreros, voluntariosos, estuvieron por encima de unos toros de Antonio Bañuelos sin chispa ni empuje.