Salud

Diario de una cuarentena con niños: Día I

Día I: ¿Mamá, qué hacemos ahora?

Los niños son potentes vectores de transmisión, lo razonable es no dejarlos a cargo de los abuelos
Los niños son potentes vectores de transmisión, lo razonable es no dejarlos a cargo de los abuelosLa Razón

Este sea quizás el artículo con menos palabras que más he tardado en escribir. El motivo es que Marc y Bruna, mis hijos de 5 y 3 años, no me han dejado 30 minutos libres desde que se han despertado a las 8.30 horas. ¿Por qué se han despertado tan pronto si no ha sonado el despertador? No hay colegio porque nos han confinado por culpa de un virus al que han bautizado con el nombre de SARS-CoV-2. Dicen que viene de la China, que es muy contagioso y perverso, porque es capaz de matar a un humano. Por eso no pido ayuda a los abuelos, porque no quiero convertirlos en kamikazes. Hay estudios que dicen que los niños son vectores de transmisión muy potentes, pero ellos lo sufren poco. Aunque por ahora, la única certeza que tengo es que sólo sé que no sabemos casi nada de este microbio invisible que los científicos dicen que mide 0,2 micras. Para hacerse una idea en el grosor de un pelo cabrían mil bichitos en fila india.

Hoy es el primer día de cuarentena en los centros educativos y dos redactores de La Razón escribiremos un diario de nuestros 15 días con los niños en casa.

El día número 1 empieza en viernes 13. Día de mala suerte en la cultura occidental. Fue el día de Jesús fue crucificado, que el avión del equipo de rugby uruguayo Old Christians se estrelló en los Andes y el día en que confiaba en que mis hijos durmieran más horas. Pero a los niños les gusta más enrollarse con la alfombra del comedor que holgazanear en la cama. Lástima que la idea de hacer de rollito de primavera sólo los entretenga un microsegundo. “¿Mamá, qué hacemos ahora?”. En los grupos de whatsapp de padres de colegio no han parado de llegar ideas. Madres que han madrugado aún más que mis hijos para hacer calendarios con excel, powerpoint y apps.

El más alocado de todos es este. Al leerlo se me quedó la cara como la del emoticono de los ojos como platos.

El calendario que comparte una madre "por si alguien necesita inspiración"
El calendario que comparte una madre "por si alguien necesita inspiración"La Razón

Tengo una amiga sin hijos que siempre nos pregunta por qué hay que socializar con los padres de otros niños “¿Por qué tengo que participar con el vínculo sentimental que mi hijo tiene con sus amiguitos? Los amiguitos pueden ser un amor, pero sus padres no tener nada en común contigo”, dice.

Puede ser el caso de la madre que compartió su calendario “por si alguien necesita inspiración”. Porque si tengo clara una cosa, es que no voy a ponerles despertador. Dormir aumenta las conexiones neuronales. Aunque vamos a un colegio estándar, el “planning” está escrito en inglés. Dice así: a las 8.00 horas desayuno; a las 9.00, clase on line (aunque el conseller de Educació, Josep Bargalló ya ha dicho que se suspende la actividad porque seguir con las clases penalizaría a las familias vulnerables que no tienen wifi, por ejemplo); a las 9.30, clase activa conmigo; a las 10.00, juego libre. Aquí, hago una pausa, creo que en 30 minutos no da tiempo ni de abrir el ordenador para hacer teletrabajo. De 10.30 a 11.15, juegos de mesa conmigo; 11.15 a 12.00 música, baile, pilates o yoga para niños; de 12.00 a 12.30 comer. Me pregunto quién hace la comida, si las camas estarán hechas y los platos del desayuno recogidos.

Es mediodía y ya estoy agotada con la lectura de este calendario. Las ideas son bienvenidas, pero tener tiempo para aburrirse no es malo, fomenta la creatividad.

¡Qué la suerte os acompañe!