Gianni Rodari: cuentos para superar pandemias y encierros

Si alguien ha sido niño alguna vez, lo más seguro es que haya sido formado en parte por la imaginación de Gianni Rodari. Sus cuentos han moldeado la fantasía de los más pequeños durante, al menos, las últimas tres generaciones, ya fuera con las historias de Cebollín, con sus “Cuentos por teléfono” o sus más de un millar de relatos plagados de números que cobran forma, verduras que hablan, libros que piden la vez en la cola del supermercado o palabras que van al gimnasio.

En tiempos de confinamiento y de pensar en un futuro mejor, la figura de Rodari se vuelve indispensable para retomar el pulso a la realidad, dibujarla con colores más fuertes, y darnos esa fuerza combativa que sólo la imaginación posibilita. Porque cuando todo se vuelve negro, de alguna forma tienes que darle color, y las palabras de Rodari han sido motor y consuelo desde que escribiera su primer cuento en plena tormenta antes de la II Guerra Mundial.

La Red de Bibliotecas Municipales de la Diputación de Barcelona ha decidido que, a pesar de las imposibilidades y prohibiciones que el mundo en confinamiento ha creado, era imprescindible celebrar a este genio universal en el año que se cumple el centenario de su nacimiento y el 40 de su muerte. Para ellos, nombres de la cultura como Elisenda Roca, David Anguera, Laia Aguilar, Jordi Folck o Martín Piñol leerán algunos de sus cuentos que luego se podrán ver en el canal de youtube de las bibliotecas o en su propia Biblioteca Virtual.

Los cuentos de Rodari siempre fueron escritos para ser cantados en alto, así que la posibilidad de escucharlos, aunque sea virtualmente, sigue siendo una fiesta. Entre los cuentos que se leerán figuran los recogidos en los volúmenes “Cuentos por teléfono”, “Cuentos largos con una sonrisa” y “Retahílas del cielo y la tierra". “Creo que los cuentos de hadas, los viejos y los nuevos, ayudan a educar la mente y la imaginación. SImplemente, los cuentos de hadas son el lugar de todas las hipótesis”, aseguraba ROdari, también eminente pedagogo.

Nacido en 1920 en la ciudad de Omegna, el el Piamonte italiano, pronto centró su actividad en los más pequeños, ya fuera como educador, periodista o escritor. El éxito d e su narrativa radicaba en que siempre pensó en los cuentos como si fueran juguetes para los niños. Sus historias eran a un tiempo festivas, coloristas e imaginativas, invitando a los más pequeños a jugar con las palabras y sus significados. Esto involucraba a los niños en las historias y hacía que leer fuera toda una aventura mágica. Su influencia se dejó notar en todos los escritores infantiles que vendrían después.

En los últimos años, la editorial Blackie Books recuperó sus títulos más emblemáticos en un omnibús, y en catalán editoriales como La Galera, Estrella Polar o Juventut nunca han dejado de publicarlo. Así que, encerrados o no, celebremos a este mito de la literatura que ahora cumpliría 100 años y que cuando el mundo recupere cierta normalidad, seguro que recibirá todo tipo de merecidos agasajos.