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El hombre que escribió sobre las cuarentenas y el coronavirus tres años antes de su estallido

Llega a las librerías “The end of october”, el thriller sobre una pandemia igual a la actual del ganador del premio Pulitzer Lawrence Wright

El periodista y escrior Lawrence Wright
El periodista y escrior Lawrence WrightArchivoLa Razón

A veces la realidad va mucho más rápido que la imaginación. Lawrence Wright llevaba diez años pensando en escribir un thriller sobre una pandemia que paralizaría el mundo tal y como lo conocíamos. Después de que Ridley Scott acabase “La carretera” y le preguntase qué podría hacer que llegásemos a una situación como la del libro de Cormac McCarthy, este prestigioso periodista, premio Pulitzer por sus trabajos sobre los inicios de Al Qaeda o los secretos de la iglesia de la cienciología, empezó a imaginar y documentarse sobre escenarios posibles. Hace tres años inició la redacción de una novela que pusiese en práctica todos esos escenarios y el resultado es una historia que hiela la sangre por sus paralelismos con lo que estamos viviendo hoy día. Sobre todo en su arranque, porque después el libro toma unos derroteros que, crucemos los dedos, sólo se produzcan en la ficción.

.Todos los expertos epidemiólogos que ahora dudan en cómo hacer mejor el desconfinamiento y que no se ponían de acuerdo si había que llevar mascarillas o no fueron consultados por Wright para hacer una radiografía de lo que pasaría paso por paso con la irrupción de una nueva pandemia. Es curioso que todos supiesen lo que ocurriría, pero ninguno supiese cómo prevenirlo. Así, después del primer brote, en el libro podemos leer de cuarentenas, los desalmados que las incumplen, la saturación de los hospitales, la ausencia de materiales de protección y su subasta al mayor postor, el masivo contagio de profesionales sanitarios, la búsqueda de respiradores, la parálisis de la economía y el desempleo generalizado, incluso el desabastecimiento de comida y otros elementos de primera necesidad.

La portada de la novela
La portada de la novelaLa RazónArchivo

El gran temor del libro surge en su segunda parte, la que ahora nos viene a continuación. Wright escribe un escenario en que el verano sirve para ver cómo la enfermedad decrece hasta casi no presentar casos y esto avoca a una vuelta de la normalidad. Sin embargo, en otoño, la segunda oleada del virus será todavía más cruel, como ya ocurrió con la gripe española de 1918, y a esto sí que nadie estará preparado.

Y aquí comienza el cataclismo. Por supuesto, Wright no habla del coronavirus, sino de una fiebre hemorrágica más letal bautizada como Kongoli, el nombre de la prisión en la que se documentan los primeros casos. El título de la novela hace referencia a este segundo brote, este final de octubre que nos llevará hasta el final del libro. Aquí habrá desde un ciberataque que hará caer toda la red y volverá en caos todas las estructuras estadounidenses, (a lo “Jungal de Cristal IV”) y comenzará a haber escasez de alimentos y muertos amontonándose en las calles. No sería un thriller si no nos presentase un in crescendo devastador hasta un esperanzador final.

Aquí aparecerán grupos de huérfanos escondidos en las calles, pueblos deshabitados, perros rabiosos por las esquinas en busca de alimento, y la creación de milicias populares que intentan mantener el orden convencidos de que todo esto viene de Rusia.

Por supuesto, el héroe del libro será un doctor, un epidemiólogo del Centro del Control de Prevención de Enfermedades, una especie de Oriol Mitjà que sabe lo que le conviene al mundo entero. Su nombre, Henry Parsons, que por supuesto tendrá que sacrificar mucho para poder luchar contra la pandemia, desde el sufrimiento de su familia a hambre, intentos de violación, muerte de seres queridos e incluso bombardeos de misiles iraníes. Aparece incluso una viejecita que, por supuesto, morirá del virus sola en su casa y será devorada por sus gatos.

La perspectiva del libro es global, no muy centrada en Estado Unidos como “Apocalipsis”, de Stephen King. El final del libro es más “Estallido” que “Contagio” pero es un escenario que, aunque improbable, también tiene su ventana de credibilidad. Allí, entre otros protagonistas, habrá los defensores de los derechos de los animales, los miembros de una extraña secta y una subtrama terrorista que es lo único que faltaba a una novela sobre el fin del mundo.

Lo cierto es que un thriller de este tipo, con el coronavirus, se ha convertido en un cebo fácil de lectores. Lawrence Wright es un gran periodista, por lo que la primera parte del libro es del todo escalofriante y realista. A partir de aquí vuela la imaginación del guionista de Hollywood en busca de una gran explosión. Porque si no es así, si también acierta en la segunda parte del libro, entonces estos días nos parecerán un juego de niños ante lo que se nos viene encima.