Pujol Ferrusola

Pujol Ferrusola y Bernardo Domínguez se reunieron con ex presos para convertirlos en sus testaferros

El auto judicial de la Audiencia Nacional da nuevos datos sobre los presuntos negocios del hijo del ex president

Bernardo Domínguez, editor de Malpaso y socio de Pujol Ferrusola
Bernardo Domínguez, editor de Malpaso y socio de Pujol FerrusolaTwitter

La lectura del auto judicial del juez de la Audiencia Nacional, José de la Mata, sobre los negocios de la familia Pujol, especialmente Jordi Pujol Ferrusola, sigue proporcionando nueva información sobre el entramado que este supuestamente compartió y sigue compartiendo con el empresario mexicano Bernardo Domínguez, conocido en nuestro país por ser el editor del grupo editorial Malpaso, además de una librería y un restaurante de mismo nombre en el centro de Barcelona.

Uno de los datos más sorprendentes es, siempre de acuerdo con lo apuntado en el escrito judicial, de ex convictos como testaferros, antiguos compañeros de prisión de Pujol Ferrusola durante su estancia entre rejas en diferentes centros. Gracias a las intervenciones telefónicas y al registro que se realizó en el domicilio de Domínguez, podemos saber algunos detalles más sobre estos negocios, más concretamente sobre unas propiedad rústicas en México, concretamente en el municipio de La Paz, en la Baja California. Domínguez y Pujol Ferrusola acuerdan reunirse con Zorik M. M., uno de los reclusos con los que compartió modulo en la prisión de Soto del Real el segundo. Zorik estaba en prisión en el marco de una causa relacionada con delitos de trata de seres humanos y blanqueo de capitales. El 29 de enero de 2018 los tres se reunían en un lujoso restaurante del centro de Barcelona, “exactamente un día después de que Jordi Pujol Ferrusola indicara a Domínguez Cereceres que enviara los documentos sobre el predio rústico referido a esta persona”, según afirma el escrito judicial.

Otro antiguo compañero de prisión en Soto del Real, Juan Sebastián A. P., recibió una invitación parecida de Pujol Ferrusola para formar parte de “operaciones financieras en las que se incluirían activos que éste tendría ocultos y que pretendería traer a nuestro país”. Juan Sebastián también informó sobre el papel de Zorik “como la persona que participare junto a Jordi Pujol Ferrusola en una operación con unas propiedades de mucho valor en su país y que pueden hacer una venta ficticia y que puede entrar dinero así también”. El juez no tiene ninguna duda de que en estos negocios “aparecen indefectiblemente unidas a Bernardo Domínguez Cereceres”. A este respecto, Juan Sebastián A. P. recordó una conversación con Pujol Ferrusola en la que este le indicó que “él no puede aparecer en nada, ponemos un... testaferro, pero un testaferro que es ya un empresario”.

De la Mata sostiene que el editor de Malpaso tiene una relación tan estrecha con el hijo del ex presidente de la Generalitat que “no duda en dar órdenes a testigos judiciales para que no asistan a declaraciones o para instruirle sobre el sentido de sus declaraciones”. Hay en el escrito judicial algunos ejemplos de esta afirmación, como es el caso de una conversación entre Bernardo Domínguez y uno de sus empleados mexicanos. Es el 28 de septiembre de 2017 y este trabajador está en la Procuraduría General de la República esperando la llegada del fiscal y el magistrado. Domínguez le aconseja: “Ponte perro con el Juez”.

El escrito de la Audiencia Nacional también dedica una especial atención a los “préstamos ficticios y simulados” que Pujol Ferrusola habría recibido de manos del padre del empresario mexicano. Aparentemente se le habría dejado al hijo del ex president 2,3 millones de dólares para una operación financiera centrada en el Hotel El Encanto. En noviembre de 2007, Domínguez Moreno suscribió un contrato de préstamo con fecha del 10 de noviembre de 2007 por el que dejaba a Pujol Ferrusola seis millones de euros bajo la modalidad de línea de crédito a devolver en seis años. En marzo de 2010 encontramos otro préstamo, en esta ocasión de un millón de euros.

Cuando tuvo lugar una comisión rogatoria internacional tramitada por las autoridades mexicanas, Domínguez Cereceres “manifestó que su padre Domínguez Moreno falleció en septiembre de 2011 y que él no tiene conocimiento de cómo se entregaron a Jordi Pujol Ferrusola cada una de las disposiciones, el lugar ni los medios al no disponer de información fiscal ni contable, además de no constar tales condiciones en los dos contratos de préstamo”. Sin embargo, sí constan los mecanismos de estos préstamos porque un empleado del editor de Malpaso entregó documentación sobre ellos. Así se puede saber, siempre a partir de lo indicado por la Audiencia Nacional, que cuando Pujol Ferrusola necesitaba dinero unos días antes emitía un requerimiento firmado en el que indicaba la cantidad que necesitaba. “Cuando recibía el capital, confiaba un pagaré privado suscrito por él, en el que se comprometía a pagar el numerario que se le daba a en un plazo máximo de 6 años”, dice De la Mata. El contenido de estos escritos es para el magistrado, “sorprendente” porque todas estas peticiones económicas de Pujol Ferrusola al padre de Bernardo Domínguez Cereceres, “se efectuaron en México DF, pero se solicita en todos ellos que las cantidades sean entregadas en metálico en Andorra”.