Salud
Cataluña contempla ahora el confinamiento de fin de semana
La estrategia de comunicación desconcierta a la población. Los datos no mejoran, doce días después de cerrar bares, el riesgo de rebrote está en 841 y hay 2.017 hospitalizados
Una frase en una entrevista el pasado sábado de la consellera de la Presidencia, Meritxell Budó, puso en alerta a padres y madres. “El cierre de escuelas está sobre la mesa”, dijo. No añadió que, por ahora, sólo el 3,54% de los grupos escolares de Cataluña está confinado: 2.546 de 72.000. Y que la evidencia científica está demostrando que los colegios no han generado una explosión de casos. También dijo que estaba sobre la mesa otro confinamiento como el de marzo. Cataluña ha alcanzado récord de contagios. La tasa de incidencia acumulada en 14 días está en 572 casos por cada 100.000 habitantes. En los hospitales, hay ya 2.017 personas ingresadas por covid, 347 en la UCI. Y el riesgo de rebrote no deja de subir, está en 841. El número de positivos nuevos sigue por encima 4.100 positivos diarios. En las últimas 24 horas, han fallecido 25 personas. Y la RT, la tasa de transmisión, sigue escalando, está a 1,53, esto es que cada 100 infectados contagian a 153 personas. Según los epidemiólogos, el efecto de cerrar bares y restaurantes debería empezarse a ver en las estadísticas esta semana. Pero mientras los datos no mejoran, la portavoz del Govern, Meritxell Budó, ha vuelto a lanzar otra idea. Ahora dice que sobre la mesa hay un confinamiento de fin de semana. Este domingo es “Tots Sants” y el Govern teme desplazamientos para celebrar la Castañada.
En una entrevista en Catalunya Ràdio, Budó ha admitido que el confinamiento de fin de semana se está estudiando. “Es cuando hay más interacción social”, ha alegado. El objetivo es evitar un confinamiento como el de marzo para proteger al sistema sanitario que empieza a sufrir una tensión “importante”. “Tenemos que explorar diferentes escenarios y un escenario es este”, ha dicho. Aunque fuentes del gobierno catalán matizan que no hay nada decidido, sólo es una idea. La precampaña electoral ha acrecentado las diferencias entre los dos socios de gobierno, ERC y Junts per Catalunya. Los dos quieren marcar perfil propio. Pero lanzar mensajes sin consensuar, genera desconcierto entre la población.
Cataluña acaba de estrenar un toque se queda desde las 22.00 hasta las 6.00 horas, después de que el Gobierno aprobara el estado de alarma como fórmula jurídica para facilitar la toma de decisiones para frenar la pandemia. Budó, sin embargo, cree “insuficiente” el decreto de estado de alarma decretado por el Gobierno porque no permite a las Comunidades Autónomas dictar la obligatoriedad de teletrabajar ni tomar medidas que dicten el confinamiento domiciliario.
La jefe de Medicina Preventiva y Epidemiológía del Hospital Vall d’Hebron, Magda Campins, no ve mal la medida del un confinamiento de fin de semana. “Sería una medida efectiva para cortar de raíz las interacciones sociales y rebajar el ritmo de los contagios”, ha comentado también en Catalunya Ràdio.
Campins dice que se necesitarán medidas más drásticas y quizás ampliar el cierre de bares y restaurantes para frenar la transimisión. En las últimas semanas, ha visto como los ingresos en los hospitales se han triplicado. La primera semana de octubre había 855 ingresados por covid, 165 en la UCI. El 1 de mayo había 519 pacientes ingresados en las UCI. Igual que en marzo, las restricciones buscan evitar la interacción social para frenar la propagación del virus y que las plantas de los hospitales y las UCI se llenen y se tengan que dejar de atender otras patología o posponer operaciones y visitas. En la primera ola se pospusieron 100.000 intervenciones. Se tardará 21 meses en recuperar la actividad perdida.
En cambio, el director del Laboratorio de Coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Luis Enjuanes, que también defiende que se necesitan medidas cotundentes para reducir los contagios, cree que el cierre de bares y restaurantes durante el día es quizás excesivo. Es más partidario de la propuesta de Italia, cerrar bares y restaurantes a las 18.00 horas o 22.00 horas, en el caso del resto del territorio, para tratar de mantener un equilibrio con el objetivo de que no cierren y puedan subsistir. Enjuanes es un gran defensor del uso de la mascarilla. Recuerda que reduce entre un 80% y un 90% las posibilidades de contagiarse. Si se suma a una buena ventilación y distancia social, el riesgo de contagio, incluso en un bar o restaurante, cae.
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