Salud Innovación
Vall d’Hebron hace posible el primer trasplante de pulmón a partir de un donante hasta ahora descartado
Una técnica innovadora permite aprovechar los pulmones de donante muerto por corazón parado con una cirugía de tórax previa
“Ahora vuelvo a tener ilusión por vivir; tengo algo de futuro, cosa que antes no tenía”, comenta feliz Juan Manuel Ortiz, quien, tras un año agónico esperando poder recibir un pulmón de donante, el pasado 15 de septiembre se convirtió en el primer receptor en el mundo de pulmones de un donante a corazón parado con una operación torácica previa, concretamente una operación de corazón, un perfil que hasta entonces se descartaba por los riesgos que ello entraña.
“Existen dos grandes tipos de donantes: los cadavéricos, que se encuentran en muerte encefálica pero sus órganos siguen funcionando, y los donantes a corazón parado, que son aquellos que están ingresados en la UCI pero ya sabemos que no van a mejorar”, explica el doctor Alberto Jauregui, jefe del Servicio de Cirugía Torácica de Vall d’Hebron, quien al respecto puntualiza sobre este último grupo que “hasta el momento, había que descartar a todos aquellos que en vida se hubieran sometido a una cirugía de tórax, porque en estos casos, la extracción del órgano se complica, ya que los tejidos crean muchas adherencias y es fácil que se produzcan derrames, lo cual no solo dañaría al propio pulmón, sino también a otros órganos trasplantables, como los riñones o el hígado”.
El caso es que existe una importante lista de espera de pacientes que aguardan recibir un pulmón, de manera que descartar cualquier posible donante es siempre una mala noticia. Y es que además, hay que tener en cuenta que de cada 100 donantes, solo en 10 de ellos es posible aprovechar el pulmón para trasplantar. De hecho, en Vall d’Hebron, único centro en el que se llevan a cabo trasplantes de pulmón en Cataluña, pero que también absorbe la demanda de Aragón y Baleares, esa lista la integran en torno a medio centenar de pacientes, que deben esperar entre tres y cinco meses para encontrar un órgano compatible, y todo ello pese a que este hospital es el centro europeo que más trasplantes de pulmón realiza al año, concretamente en 2019 fueron 120 y 73 en 2020.
Así pues, pese a que como destaca Jauregui, “nadie muere esperando un pulmón”, es importante acortar al máximo el tiempo de espera de aquellos pacientes que necesitan un trasplante de este órgano, porque ello repercute directamente en su calidad de vida. Es por ello, que el equipo de Cirugía Torácica y Trasplante Pulmonar de Vall d’Hebron apostó por diseñar una técnica innovadora que permitiera aprovechar los pulmones de donante muerto por corazón parado con una cirugía de tórax previa sin poner en riesgo al resto de órganos, lo cual supondría un aumento del 5% en el número de posibles donantes.
El proceso de extracción del órgano es el mismo que en el de donante por corazón parado. Es decir que cuando el donante muere se conecta al ECMO (oxigenación con membrana extracorpórea), un sistema que sustituye la función del pulmón y corazón, extrayendo la sangre a través de una cánula gruesa localizada en una vena de calibre grande para moverla mediante una bomba centrífuga con el fin de que atraviese el oxigenador, donde se incorpora oxígeno y se retira dióxido de carbono. A continuación, la sangre se introduce al organismo en otra vena o arteria. Esta técnica permite mantener los órganos en vida para dar tiempo a los cirujanos a extraer los pulmones, algo que deben hacer con gran rapidez.
“Desde que se extrae el órgano hasta que se lo ponemos al paciente puede pasar un máximo de 8 horas y solo disponemos de 15 minutos para llegar al pulmón desde que iniciamos la intervención, unos márgenes de tiempo mucho más reducidos que en otros órganos puesto que éste está más en contacto con el exterior, de manera que se debilita y deteriora mucho más rápido”, explica el doctor Jauregui, quien señala que “ahora, con la nueva técnica que hace posible llevar a cabo un trasplante de donante con operación torácica previa, la novedad es que, con unas pinzas, cerramos la circulación sanguínea en el tórax para evitar que la sangre bombeada por la ECMO llegue más arriba del hígado”, de manera que la sangre puede seguir circulando por el circuito inferior, oxigenando hígado y riñones, mientras que el circuito sanguíneo superior, donde se encuentran los pulmones, queda preservado sin circulación, eliminando así el riesgo de provocar un sangrado general y dañar así el resto de órganos.
Y gracias a esta técnica pionera, Juan Manuel Ortiz ha recuperado la felicidad e ilusión por vivir. “En el último año mi situación se agravó debido a la fibrosis pulmonar idiopática que sufría. Con 50 años, uno de mis pulmones funcionaba solo al 60% y el otro, al 30%, y dependía todo el día del aparato de oxígeno”, recuerda para a continuación asegurar que “fue un año horrible”. “Cualquier esfuerzo mínimo era algo inhumano para mí. Evidentemente, con solo 50 años, dejé de trabajar y pasé a depender mucho de mi familia, de mi mujer y mi hija de 18 años, porque apenas podía subir al segundo piso de casa, donde está mi habitación, para ir a dormir”, lamenta Juan Manuel, quien pasó a engrosar la lista de pacientes que esperan un pulmón tras no obtener resultados con los dos tratamientos a los que se sometió previamente.
“Cuando llegas al grado de enfermedad en el que yo estaba no puedes vivir mucho más así, de manera que lo pasé mal porque sufrí por si no llegaba un pulmón a tiempo”, pero afortunadamente, el 15 de septiembre pasado llegó, gracias en parte a las nuevas opciones de trasplante que ofrece la técnica diseñada y ejecutada por el equipo de Cirugía Torácica y Trasplante Pulmonar de Vall d’Hebron. “El trasplante es vida para mí, porque lo otro era ir mermando día a día”, confiesa Juan Manuel, quien dice estar aún muy débil físicamente, sobre todo muscularmente por haber pasado dos meses en la UCI, pero cada vez mejor a nivel pulmonar”· “He de seguir todos los días mis pautas farmacológicas, ya que debo tomar medicación anti rechazo, insulina y otros fármacos, pero suelo salir a andar y hago bicicleta estática”, algo que hace apenas unos meses era impensable.
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