Colau y Sàmper escenifican ahora unidad tras los graves incidentes del sábado

Entendimiento y unidad institucional en la reunión celebrada hoy entre las dos administraciones. Tras dos semanas de protestas y con el intento de quemar un furgón policial con un agente dentro el pasado sábado, la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona se han reunido para tomar cartas en el asunto. En una rueda de prensa celebrada tras la reunión, Ada Colau ha asegurado que “la violencia nunca está justificada, nunca es el camino, y menos cuando se pone en peligro la integridad de las personas”.

El conseller de Interior, Miquel Sàmper ha asegurado que ambas instituciones lanzan un mensaje de unidad institucional y de rechazo a la violencia, así como una petición para que “entre todos se pueda separar el ejercicio de los derechos fundamentales de reunión y manifestación de las acciones violentas”. El conseller también se reunirá esta misma tarde con alcaldes de otras ciudades afectadas por los alborotadores en la que asistirá Colau.

El mismo día que la CUP y Esquerra han matizado el posible cambio de modelo policial, Sàmper ha expresado “que no es el momento de poner sobre la mesa” el debate. Para el conseller, estos debates deben ser “calmados y serenos” y ahora mismo “no es el momento”. Las condiciones para una investidura por parte de los anticapitalistas pasan por acabar con las balas de foam, evitar que los antidisturbios vayan a desahucios y que la Generalitat se retire de las causas contra activistas.

El cambio de parecer de la alcaldesa llega tras no condenar durante los primeros días de manifestaciones los actos violentos. A pesar de que en Vic ya el segundo día de disturbios se vivieron momentos muy tensos donde los Mossos vieron como eran asediados en la propia comisaría, la alcaldesa y los comunes han tardado varios días en rechazar lo sucedido.

Esta unidad se ha expresado tras una reunión en la que también han participado el vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès; la consellera de la Presidencia, Meritxell Budó; el mayor de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero; el teniente de alcalde de Seguridad de Barcelona, Albert Batlle, y el intendente mayor de la Guardia Urbana, Pedro Velázquez, entre otros.