Efecto Puigdemont

JxCat tumbará a Aragonès y empuja a Cataluña al bloqueo

El Govern cumple medio año en funciones tras la inhabilitación de Quim Torra

Carles Puigdemont sigue sin ceder. El expresidente de la Generalitat no está dispuesto a entregar todo el poder a Pere Aragonès y pelea por retener la dirección del «procés» y del independentismo pese a la derrota en las pasadas elecciones catalanas frente a Esquerra. JxCat se mantendrá hoy en la abstención en la segunda votación e impedirá la investidura de Aragonès hasta que no haya un acuerdo sobre el rol de Puigdemont y su Consell per la República.

Mientras esta cuestión no se dilucide, la política catalana seguirá bloqueada. Y ya van varios meses de Govern en funciones, medio año, en concreto: desde el pasado 28 de septiembre que se inhabilitó a Quim Torra, han pasado ya seis meses. Una circunstancia que impide aprobar proyectos de Ley y, entre otras cosas, unos presupuestos adaptados a la pandemia (ya que los actuales, de 2020, obtuvieron luz verde justo antes de que estallara la crisis sanitaria).

Sin cuentas, el Govern tiene más dificultades para responder a las urgencias de los sectores sociales y económicos más castigados (hasta ahora se ha ido recurriendo a los decretos para ir articulando soluciones ante las distintas emergencias que han ido surgiendo).  Aragonès anunció en el discurso de investidura del viernes que tiene previsto movilizar 700 millones de euros durante los primeros 100 días de Govern.

En estos momentos, Aragonès cuenta con el apoyo de los 33 diputados de Esquerra y con los nueve de la CUP.  En total, suman 42 parlamentarios, lejos de la mayoría simple (61) y de la mayoría absoluta (68). Los 32 escaños de JxCat se abstendrán mientras que PSC, Vox, Podemos, Ciudadanos y PP (61) votarán en contra. Tras esta votación, el margen para investir a Aragonès es hasta el próximo 26 de mayo. Si tampoco se consigue hasta esa fecha, se convocarán elecciones automáticamente para el 18 de julio.

En cualquier caso, JxCat descarta ese escenario electoral, aunque también da a entender que podría agotar el plazo de dos meses que hay por delante. Los posconvergentes aseguran que hace falta todavía tiempo para un pacto ya que hay todavía carpetas por abordar: el Consell per la República, la estructura de Govern y el plan de legislatura. El Consell per la República registró ayer un movimiento después de que Puigdemont se abriera a reformularlo.

El expresident de la Generalitat se ha avenido ahora a hacer cambios en la gobernanza de este ente para «definir de forma precisa y sin contradicciones» las funciones específicas de sus órganos. «Manifestamos nuestra disponibilidad a debatir esta cuestión con los actores llamados a formar parte de esta dirección política colegiada y, a consecuencia de este debate, modificar todo aquello que convenga de lo que ahora dispone el Reglamento del Consell sobre la gobernanza y su estructura institucional», apunta el documento publicado ayer, aunque advierte de que cualquier cambio requerirá de la validación de los 92.000 socios que tiene el ente.

El Consell per la República se creó a finales de 2018 con el objetivo de generar un espacio de poder para Puigdemont en Bruselas tras frustrarse su investidura telemática a principios de ese mismo año. Esquerra siempre ha exhibido mucho recelo y la CUP y Òmnium Cultural ni se han adherido. El Consell está presidido por Puigdemont y cuenta con 11 personas más en la dirección, de diversas organizaciones independentistas (desde ERC a la ANC pasando por Demòcrates).

Los republicanos y la CUP son partidarios de crear un nuevo ente que agrupe a todos los partidos y entidades independentistas para decidir sobre el «procés» y que tenga mayor transversalidad. En cambio, JxCat defiende mantener el Consell per la República y apuesta por crear una bicefalia: el «procés» queda en manos de Puigdemont en Bruselas y la gestión del día a día en Cataluña queda en manos de Pere Aragonès desde la Generalitat. Esquerra rechaza este escenario porque entiende que es una «usurpación» del poder del Govern.

Esquerra, no obstante, ha dado por bueno este paso de Puigdemont y considera que es suficiente para que haya acuerdo de investidura. «No hay escollos insalvables», sostuvo la portavoz de ERC, Marta Vilalta. «No hay diferencias para justificar este no acuerdo», añadió, tras hacer énfasis en los puntos de encuentro, entre ellos, la necesidad de «consensuar una estrategia unitaria independentista».

Los republicanos, de momento, niegan que hayan negociado con Podemos en estas últimas horas en busca de una vía alternativa a JxCat. Los morados se excluyen de un acuerdo con ERC si incluye a JxCat.

«Queremos dar el ‘sí’ lo más rápido posible», defendió la portavoz de JxCat, Elsa Artadi, que trató de diferenciar al Consell per la República de su partido. En este sentido, por mucho que Esquerra haya asumido el gesto de Puigdemont y se hayan mostrado a favor, considera que no es suficiente para la investidura porque todavía quedan otras carpetas. «Vamos avanzando, vamos mejorando en ir tejiendo las confianzas», precisó Artadi, aunque dijo que faltaban elementos, como la definición de la estrategia independentista (por ejemplo, qué hacer en Madrid), la estructura del Govern o el plan de Govern.

«Entiendo que hagan esta apelación, pero saben que mañana no podemos dar un sí cuando elementos fundamentales como el plan de gobierno no está ni cerrado», afirmó. «Creo que la predisposición es buena de Esquerra y nuestra para llegar a un acuerdo», añadió.

¿Cuál es el horizonte temporal? Artadi habló de «días», aunque aseguró que no hay ningún calendario para el acuerdo. «Los negociadores somos los primeros interesados en cerrarlo lo más pronto posible», afirmó, antes de asegurar que no se agotarán los dos meses que hay de margen antes de que se convoquen elecciones automáticamente.