Rompe su silencio
Puigdemont niega la victoria a ERC en el estreno de Pere Aragonès como president
Rechaza haber querido “tutelar” el Govern, acusa a “sectores del independentismo” de querer debilitar el Consell per la República y pide que la estrategia no se base en la “hegemonía de un partido”
Carles Puigdemont ha roto su silencio en el estreno de Pere Aragonès como president de la Generalitat. El posconvergente apenas ha dejado cuatro horas de margen al republicano antes de hacer pública una carta interna a sus afiliados en la que lanza varios dardos velados a ERC, le niega la victoria justo el día en que los republicanos alcanzan el mando de la Generalitat por primera vez ante el espacio posconvergente -”las elecciones no las ganó ningún partido independentista”, apunta-, rechaza haber querido “tutelar” al futuro Govern y acusa a “sectores del independentismo y a todo el unionismo” de algo que califica de narrativa “falsa e inmoral”.
“Las personas que han estado a mi alrededor saben de la falsedad e inmoralidad de esta narrativa, de la falta absoluta de base”, añade Puigdemont en la carta para desgranar los dos objetivos de esta “mentira”, según su diagnóstico: “debilitar a Junts”, su partido, y al Consell per la República, el ente privado que preside desde Waterloo y que los republicanos han señalado como el principal escollo en las negociaciones entre ERC y JxCat, además del motivo de los ultimátums interpuestos por su voluntad de dirigir el “procés”. “Y con él [con el organismo] la legitimidad del 1 de octubre y de la declaración de independencia hecha en el Parlamento de Cataluña el día 27 de octubre de 2017″, añade Puigdemont en un escrito claro y duro, remitido a las bases y a la prensa.
“Ha tenido predicadores diarios, con tribunas y espacios de máxima audiencia, que no han parado de construir un relato con fines meramente propagandísticos”, zanja sobre este aspecto en una crítica a los medios que repite en varios pasajes de la carta.
¿Tutelas?: “Narrativa inmoral”, argumento “simplista” y “deshonesto”
Puigdemont, quien garantiza su “lealtad” a partir de ahora a Aragonès, califica de argumento “simplista” y “deshonesto” haber difundido a través de los medios y de la opinión pública que él quería influir en las negociaciones y llevarlas a sus “intereses personales”. Y a renglón seguido asegura que éste es el motivo por el que se ha apartado de los vericuetos independentistas tras los comicios del 14 de febrero, unas negociaciones que “no han sido fáciles”. “He sido escrupuloso con mi compromiso de no generar ninguna distorsión que afectara los esfuerzos de los negociadores, o que sirve a los intereses de nuestros detractores en la construcción de su relato sobre las supuestas tutelas y otras manipulaciones”.
“Me he mantenido públicamente en un silencio público respetuoso y prudente, que hoy tiene todo el sentido del mundo que acabe”, señala antes de admitir que hay cosas que le han dolido más que la represión, que le han afectado “más”. Y señala una, la única que cita:“la desunión, que es una de las preocupaciones que más me quitan el sueño, sobre todo aquella desunión que ha sido trabajada a conciencia, la paga toda Cataluña y tiene efectos generalizados”.
Y es que Puigdemont, a través de un escrito extenso de tres páginas en el que no duda en expresar su malestar coincidiendo con el día de la investidura de Aragonès, reconoce abiertamente las diferencias en el seno independentismo. Tras apelar al “respeto”, la “confianza” y la “lealtad” para recoser una unidad “tan difícil de conseguir como irrenunciable”, reclama que ni ningún acuerdo “ni la estrategia” del “procés” se basen en “la hegemonía de un determinado partido”. Un aviso tras negar la victoria en las urnas a Esquerra: “Ni ERC, ni Junts, ni por descontado la CUP ganaron las elecciones. “Ningún partido independentista”, sentencia.
Y a partir de este punto dispara el siguiente dardo: asegura que si se trataba de “buscar la manera de forzar al Estado a una negociación”, hubiera sido necesario irrumpir siempre con la máxima fortaleza “y no a partir de la suma de debilidades o de pequeñas victorias particulares”. Un nuevo mensaje velado dirigido a Esquerra tras imponerse a Junts en las urnas y haber negociado la mesa de diálogo con el Gobierno de Sánchez.
Antes de finalizar, eso sí, deja clara su opción: “Continuaré defendiendo el referéndum del 1 de octubre y la proclamación de la república catalana como fundamentos de la independencia de Cataluña y, por tanto, del Estado catalán”. Es decir, la vía unilateral y el choque.
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