Cataluña
Clamor en la España periférica contra el modelo radial
Feijóo, Moreno, Puig y Armengol debaten en Cataluña sobre la reforma del sistema autonómico
El influyente Cercle d’Economía, entidad que aglutina a empresas y académicos de prestigio, ha reunido este jueves a cuatro presidentes autonómicos con una característica en común: forman parte de la España periférica y claman contra el modelo radial. Alberto Núñez-Feijóo (Galicia), Juanma Moreno Bonilla (Andalucía), Francina Armengol (Baleares) y Ximo Puig (Comunidad Valenciana) han debatido, moderados por la economista Teresa García Milà, sobre el Estado autonómico y, aunque ha habido consenso en definirlo como “exitoso”, también han hecho las críticas y coinciden en que hay margen para mejorarlo.
En el centro del debate siempre está Madrid y la capacidad que tiene para drenar o atraer recursos económicos (empresas) y políticos (instituciones). En este sentido, los socialistas Armengol y Puig han sido quienes más contundentes han sido contra el modelo de Estado que sitúa a la capital de España en una posición preeminente, mientras que Moreno y Feijóo han puesto más el acento en las infraestructuras. El sistema de financiación y la fiscalidad han marcado sustancialmente el debate.
Así, Feijóo, que ha intervenido de forma telemática, ha subrayado la importancia de la descentralización en España, que, en cifras, supone que las autonomías gestionen el 50% del total del gasto nacional y en servicios públicos supone la gestión de educación, sanidad y prestaciones sociales. El principal punto a corregir para el presidente gallego consiste en abandonar el modelo radial, que permita una mejor conexión entre distintos territorios españoles sin tener que pasar por Madrid. Y, sobre el modelo de financiación, ha recordado que el actual fue aprobado por el PSOE con el apoyo de Esquerra y ha defendido uno que tenga como principio el “coste efectivo”.
En este sentido, sostiene que el sistema de financiación “financia personas” y se debe tener en cuenta las distintas particularidades territoriales, como la dispersión demográfica o la edad de la población. Como ejemplo, ha planteado que no se puede destinar el mismo dinero para sanidad a una persona de 25 años que de 75 años; o, también ha explicado que Galicia concentra el 25% del gasto en transporte escolar en España, aunque solo tiene el 5% de los alumnos.
Moreno ha subrayado que el proceso de descentralización es encomiable en España tras décadas de Franquismo, pero también ha pedido corregir la falta de “coordinación” entre administraciones que ha puesto de manifiesto la pandemia. También ha abordado la cuestión de las infraestructuras, que considera que se ha partido de una visión “equivocada, muy central, que ha orillado los intereses de los territorios periféricos”. “No puede ser más fácil ir a Madrid que a Valencia desde Andalucía”, ha afirmado. “Ahora toca invertir en la periferia, para que desde Algeciras hasta el Pirineo se pueda viajar y transportar mercancías por ferrocarril de forma rápida y eficiente”, ha añadido, después de recordar que el arco mediterráneo representa el 50% del PIB español.
Asimismo, sobre el ámbito económico, ha pedido autonomía fiscal para, por ejemplo, suprimir el impuesto de Sucesiones, aunque también con ciertos límites para evitar que algunos territorios rebajen los tributos sustancialmente, pero incumplan las reglas de gasto y se aprovechen luego del sistema de financiación para cubrir las insuficiencias financieras.
Puig ha destacado que el Estado autonómico es el “aterrizaje en la España real”, pero requiere de una “actualización” porque en “algunos aspectos está agotado” y ha diagnosticado cinco “disfunciones”: el “megacentro” madrileño, que concentra el centralismo económico, político y mediático e impide “oportunidades a la España periférica”, y ha pedido que haya una distribución de las instituciones por el resto de España (ha puesto el ejemplo del Instituto Oceanográfico, que está en Madrid); el pulso independentista catalán; la divergencia de renta en España, ya que Valencia ha retrocedido en términos de renta per cápita sobre la media española desde 1995; corregir la invisibilidad de ciertas partes de España; y, la España “despoblada” por la absorción de las grandes metropolis.
A juicio del presidente valenciano, la reforma del sistema de financiación debe pivotar sobre dos ejes: la suficiencia financiera para cada autonomía; y, la equidad. En este sentido, también ha asegurado que no tiene ningún interés en subir impuestos, pero debe haber un reparto que permita “a todos (los territorios) llegar a final de mes”. “Yo quiero el paraíso fiscal, pero para todos”, ha afirmado.
Finalmente, Armengol ha destacado que el Estado autonómico es un mecanismo de “éxito” porque permite tomar la decisión “desde cerca del ciudadano”, pero considera que hay que avanzar hacia un Estado que se comporte de “manera más federal”. “Mi deseo sería reformar la Constitución, pero, sin llegar a eso, tenemos otras oportunidades”, ha afirmado, y ha puesto como ejemplo que “no todas las instituciones estén en Madrid”. “El resto somos igual de españoles”, ha añadido.
A nivel de financiación y fiscal, Armengol ha defendido la corresponsabilidad fiscal, que haya “margen para decidir sobre los impuestos”, pero también ha reclamado “tipos mínimos”, como ha hecho recientemente el G-7 en Sociedades.
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