Sociedad

Cataluña no paga a las entidades sociales

La Generalitat debe dinero a casi la mitad de las asociaciones del tercer sector

pobreza indigencia en las calles
La emergencia en el ámbito de la vivienda ha sido una de las prioridades a atender por parte de las entidades del tercer sector social durante la pandemiaEnric FontcubertaAgencia EFE

La crisis social generada por la pandemia llevó en 2020 al 92% de las entidades del Tercer Sector Social de Cataluña en el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) ha intensificar esfuerzos para poder dar respuesta a esta situación y más de la mitad (56%) tuvo que integrar o desplegar otros ámbitos de intervención en su actividad, especialmente en lo referente a la salud mental, tal y como se extrae del Barómetro 2021 del tercer sector de AMB, que fue presentado ayer y que en esa ocasión, como novedad, incluye también a la ciudad de Barcelona.

Entre los perfiles atendidos en los que fue necesario intensificar la atención destacan especialmente las personas que vivían en una economía sumergida, las víctimas de la violencia machista, las personas migradas, las personas sin hogar o la población joven en situación de riesgo. Pero además, durante el 2020, muchas entidades se vieron obligadas a intensificar su proceso de digitalización para poder seguir ofreciendo sus servicios en un contexto de pandemia y, de hecho, solo el 8% de su actividad fue presencial, mientras que el 81,7% se desarrolló en un modelo híbrido entre la presencialidad y la vía telemática.

Todo ello, como es obvio, repercutió directamente en las arcas de estas entidades y prueba de ello es que si en el ejercicio de 2017 un 67% presentaban superávit, en 2020 éstas solo representaron el 58% debido a los efectos de la pandemia, lo que representa cerca de 10 puntos porcentuales menos. Y es que un 90% de las entidades tuvieron que acometer actuaciones de digitalización y un 49% tuvo gastos extraordinarios por este proceso, que concentró el 14% del gasto total de las entidades, pero además se produjo una reorganización de los servicios prestados, priorizando especialmente los ámbitos de la alimentación, la atención psicológica, la emergencia en la vivienda, la violencia machista, la exclusión social y el apoyo digital o administrativo.

En este contexto, el 64,3% de las entidades que participaron en la encuesta del barómetro valoró que el resultado económico del año pasado se vio afectado por la COVID-19, en un 25,9% de los casos por el incremento de los gastos, pero en un 38,4% por la disminución de los ingresos.

En este sentido, es importante destacar que a día de hoy la financiación pública sigue siendo la principal fuente de ingresos de estas entidades (71%), por delante de la financiación propia (19,3%) y de la privada (10%), la privada. En lo que se refiere a la financiación pública, el 49% procede de la Generalitat, el 36% de los ayuntamientos y el 5% del Estado, mientras que un 11% proviene de otras administraciones, y los ingresos que ésta representa para las entidades se destinaron principalmente a las personas en situación de pobreza o exclusión y, en segundo término, a los jóvenes, la infancia, las personas en paro, las migradas y las personas con discapacidad. En lo que se refiere al destino de esos ingresos por ámbitos de actuación destaca la atención psicosocial i/o rehabilitación, las necesidades básicas, la sensibilización o la inserción laboral.

Así pues, en pandemia, la financiación pública debía jugar un papel destacado en lo que se refiere a la posibilidad de las entidades del tercer sector de dar respuesta a las crecientes demandas generadas por la crisis, pero sin embargo, un 42% de las que participaron en el barómetro manifestaron presentar deuda de las administraciones públicas, de manera que han tenido que llevar a cabo servicios por los que aún no habían recibido el correspondiente. Concretamente, el 96% de esas entidades tienen una deuda de la Generalitat, que, por otra parte, es el principal ente financiador, mientras que el 52% la tienen con los Ayuntamientos y el 30%, con la Diputación de Barcelona.

En lo referente a las administraciones locales, el Ayuntamiento de Barcelona fue en 2020 el que más destinó a subvenciones (54,10%), por delante del de L’Hospitalet del Llobregat (10,60%), aunque en un análisis del gasto municipal por habitante y del gasto en subvenciones por habitante, el ránking lo lidera el Ayuntamiento e Sant Vicenç dels Horts, seguido por el de Castellbisbal y el del Prat del Llobregat. En definitiva, en 2020 tuvieron lugar nueve convocatorias específicas para apoyar a las entidades del tercer sector en relación con la COVID-19, las cuales representaron la concesión de 46 subvenciones, que sumaron un total de 169.115,60 euros.