Cumbre

Sánchez limita el diálogo con Cataluña a traspasos de mínimos y no fija fecha para la mesa

El Gobierno y la Generalitat tantean el deshielo con una Bilateral en Barcelona de resultados discretos, posiciones contradictorias y sin día para el foro de diálogo

El Gobierno de Pedro Sánchez y la Generalitat de Pere Aragonès tantearon este viernes por la tarde el deshielo tras las heridas abiertas por la reforma laboral –profundas, hondas por ambos lados– con una nueva reunión de la Comisión Bilateral en Barcelona. Un foro técnico y de carácter estatutario, más amable que la mesa que debe dirimir el llamado «conflicto político» con Cataluña y que se saldó con traspasos de conveniencia. Concesiones de trámite que incluyen, a grandes rasgos, formalizar la gestión de las becas para estudiantes de Primaria, Secundaria y universidad –unos 120 millones de euros al año para Cataluña–, varias fincas rústicas, infraestructuras menores y un preacuerdo explícito de avanzar hacia la gestión autonómica compartida del Ingreso Mínimo Vital (IMV).

Eso sí, como acostumbra a ser habitual en este tipo de cumbres, las versiones de ambas partes sobre el resultado fueron completamente antagónicas: mientras la Generalitat desdeñó lo conseguido y afeó al Gobierno su paso lento, la Moncloa sacó pecho y llegó a calificar la cita de «histórica». «Más allá de lo material, la importancia es haber recuperado la normalidad y la institucionalidad», resumió la ministra de Política Territorial y Portavoz, Isabel Rodríguez, minutos después de las fuertes críticas del vicepresidente del Govern y hombre de Junts, Jordi Puigneró. La republicana Laura Vilagrà, «número dos» del Ejecutivo de Pere Aragonès, intentó ser más comedida aunque también calificó de «mínimos» los pactos alcanzados en la Bilateral.

Es decir, el Ejecutivo de Pedro Sánchez cerró la cita sin pisar ningún charco –ni Cercanías pese a la reciente inyección de 400 millones de euros para el soterramiento en Montcada, ni la convocatoria de los MIR, ni las competencias en Salvamento Marítimo que reclama el Govern ni mucho menos la cesión de la comisaria de Policía de Vía Layetana, como exige el independentismo– y limitó el diálogo con Cataluña a varias concesiones de carácter técnico, discreto, y sin carga ni costes políticos.

También ganó tiempo ante la presión que ejerce Esquerra para convocar cuanto antes la mesa de diálogo. Los republicanos lograron arrancar el compromiso de la Moncloa de agendar una nueva reunión del foro «a principios de 2022», una cita que aún ni ha sido convocada tras las evasivas del propio presidente del Gobierno, primero con la sexta ola de la pandemia y luego con las elecciones de Castilla y León. Ahora, ambas partes hablan de «las próximas semanas» para dar cuenta de la fecha –los comunes incluso fijan el horizonte en Semana Santa– aunque la convocatoria sigue sin concretarse.

Y es que parte del foco de la Bilateral de este viernes, organizada para contentar a Esquerra tras el revolcón de la reforma laboral en el Congreso, estaba puesto en la mesa de diálogo, una incógnita sin resolver a tenor de las palabras de la propia ministra y portavoz socialista. Rodríguez recordó en varias ocasiones que la anterior cita del foro –en septiembre en el Palau de la Generalitat– se saldó con el compromiso de trabajar «sin plazos ni fechas» y rechazó desvelar el horizonte pese a la insistencia de los periodistas.

Por tanto, la Bilateral ha servido para evidenciar que ambas partes, Generalitat y Gobierno, siguen muy alejadas, con opiniones dispares de una misma reunión y sin una fecha clara para reanudar públicamente el diálogo. Además, Esquerra cuenta con la presión añadida de Junts: este viernes, por ejemplo, Puigneró advirtió que el Ejecutivo de Pedro Sánchez debería dar mejores traspasos «si realmente el Gobierno del Estado se quiere tomar en serio Cataluña» y rechazó opinar sobre la mesa argumentando que su partido no participa en ella. Y Vilagrà, pese a reconocer que la Bilateral puede ser un marco que ayude a generar la confianza política necesaria entre ambas partes, avisa que no puede ser sustitutiva de la mesa de diálogo en ningún caso y se esforzó en varias ocasiones en separar ambos foros.

En cuanto a las concesiones y los traspasos encarrilados entre la Generalitat y el Gobierno está la apertura de ponencias técnicas para formalizar el mencionado traspaso de la gestión de becas a estudiantes, de seguros escolares y revisar las competencias de juzgados, y la cesión de varias infraestructuras, entre ellas dos tramos de las autovías B-23 y la B-30, ambas de acceso a Barcelona.

Esta es la segunda Bilateral que se celebra desde que se reactivó el órgano en agosto del año pasado y después de tres años sin convocarse. Lejos queda ya la cita de verano con la importante ampliación del aeropuerto de Barcelona como telón de fondo, una inversión fallida por las discrepancias y reticencias ene l seno del Govern de Pere Aragonès que llevaron al Ministerio de Transportes a paralizar el proyecto.

Un encuentro de una hora

Uno de los primeros aspectos que sorprendió de la reunión fue su duración: apenas una hora justa, más 30 minutos de añadido para que los respectivos equipos prepararan las comparecencias. Una rapidez que tanto el Govern como la Moncloa atribuyeron a los trabajos previos realizados. Por parte del Gobierno, además de la ministra Rodríguez y varios secretarios, se estrenó también la Delegada en Cataluña, Maria Eugènia Gay. Del Govern estaban Jaume Giró y Ester Capella, además de los citados Vilagrà y Puigneró