Desafío
Puigdemont y el “Govern fake” dejan en el aire su futuro papel en Junts
El expresident se ha comprometido a priorizar el Consejo por la República a su partido entre reclamaciones de sus bases
La renovación del liderazgo de Carles Puigdemont al frente del Consejo por la República, una suerte de aparato parainstitucional para dirigir el “procés” desde Waterloo, ha dejado abierta una nueva incógnita en el tablero político: qué hacer con su liderazgo en Junts. Una duda que colea desde hace semanas, pero que ha quedado en un segundo plano este fin de semana por la arenga que el expresident propinó a los partidos llegando a pedir a las bases del independentismo que rompan con las respectivas direcciones y se sumen a él para relanzar el desafío.
La eurodiputada de Junts y exconsejera de Cultura, Clara Ponsatí, abrió la caja de Pandora en la última intervención de los militantes del Consejo por la República en la “investidura fake” celebrada ayer en el sur de Francia. Por vía telemática, la dirigente mostró abiertamente sus discrepancias con tres decisiones de los posconvergentes como partido y en el Govern -los Juegos Olímpicos de Invierno, los Mossos en la Meridiana con los cortes independentistas y la sentencia del 25% de castellano en las aulas- e interrogó a Puigdemont por ello.
El expresident trató de evitar la polémica con distintas evasivas -”no comparezco aquí como militante de Junts”, “no estoy respondiendo a la pregunta de un gobierno autonómico”, alegó- aunque terminó prometiendo que priorizará su cargo al frente del organismo que ha ideado desde Waterloo llegado el caso. “No nos podemos poner la venda antes que la herida y me gustaría que no hubiera herida. Si colisionan roles o hay peligro de que colisionen, siempre priorizaré al Consejo por la República”, zanjó dejando en el aire su futuro liderazgo en la formación que él mismo alumbró.
Por el momento, el dirigente ha sorteado el conflicto después de que la propia asamblea del Consejo por la República rechazara una enmienda sobre la incompatibilidad de cargos y avalara en su reglamento que Puigdemont presida el ente y Junts al mismo tiempo. Eso sí, un sector lo pide y así se lo exigieron en el cónclave de este fin de semana hasta en cuatro intervenciones directas. Una reclamación alimentada por las propias críticas del expresident hacia el Ejecutivo de la Generalitat y hacía la política de partidos con la vista puesta en Esquerra, que también afecta a las filas posconvergentes.
Todo después de que el entorno de Puigdemont filtrara hace escasas semanas la posibilidad de un paso al lado al frente del partido que finalmente no ha llegado. De hecho, el liderazgo del partido, imberbe y sumido en varias corrientes internas al margen del expresident -Jordi Sànchez, Laura Borràs o la ascendencia de Jaume Giró- es uno de los aspectos que debe dirimir a lo largo de este año y con la vista puesta en las decisivas elecciones municipales de 2023.
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