Fin a los 100 días sin lluvia, pero no a la peor sequía del siglo en Barcelona

Domingo de lluvias y bajada generalizada de las temperaturas, noticia en Cataluña a tenor de los datos de los últimos meses: en algunas zonas del área metropolitana y la provincia de Barcelona -como el Vallès Occidental (Sabadell) o Anoia (Igualada)- no llovía desde el pasado 23 de noviembre.

Es decir, 100 días de “racha seca” -en la capital catalana y su zona colindante se ha superado la barrera de los 50- interrumpida este fin de semana por un temporal más leve de lo esperado.

Y es que el invierno meteorológico 2021-2022, del 1 de diciembre al 28 de febrero, es el segundo más seco de los últimos 50 años en Cataluña, sólo por detrás del 2011-2012. La Agencia Catalana del Agua (ACA) declaró a finales de febrero el estado de prealerta en los embalses del sistema Ter-Llobregat tras observar su nivel de reservas a poco más de la mitad. Es decir, los que abastecen a la región de Barcelona y Girona, con 5,5 millones de habitantes, algo más del 70% de la población catalana.

El escenario de prealerta no prevé restricciones en ninguno de los usos, aunque sí permite incrementar la producción de las desalinizadoras, que actualmente están al 85% cuando antes su umbral era del 30%.

Una situación que se agrava en la provincia de Barcelona y especialmente en la capital catalana: el Observatorio Fabra, ubicado en lo alto de Collserola y que empezó a recopilar datos en 1914, cerró el mes de diciembre como el más seco, con leves lluvias la primera semana. Y 2021 se convirtió en el año más seco del último siglo de la capital catalana con el 53% de las precipitaciones habituales. Es decir, llovió la mitad de lo esperado.

Tampoco 2022 ha empezado de la mejor manera: la temperatura se mantuvo por encima de los valores normales durante gran parte del mes y tocó techo el día 18 de febrero con máximas por encima de los 20ºC. También ha sido un mes muy seco, con lluvias testimoniales (5 litros por metro cuadrado en todo el mes) en Barcelona y el prelitoral, según datos del Meteocat.

Con este telón de fondo en el horizonte, el Área Metropolitana de Barcelona plantea construir una planta potabilizadora, una estación de regeneración de agua en el río Besòs (similar a las del Llobregat) y una conducción de aguas regeneradas entre los cauces de los dos ríos para garantizar la disponibilidad del agua.

Y es que, según un informe reciente, Barcelona y su área metropolitana -la capital y los 35 municipios de su entorno, que suman más de cinco millones de habitantes en estos momentos- pueden quedarse sin suficiente agua potable para su población si no se actúa antes de 2050.